Según los datos de la Cámara Argentina del Acero, van dos meses consecutivos con caídas superiores al 15% en la producción siderúrgica. El sector tuvo dos años positivos, pero la crisis también lo alcanzó. Fue uno de los peores eneros desde el 2001.
La producción de hierro, acero y laminados fríos y calientes está en la base de la industria argentina. A fuerza de inversiones en Vaca Muerta, el sector mantuvo y mejoró en 2018 los niveles de 2017: fueron dos años positivos pese a la caída general del sector manufacturero, en especial el que demanda metales, como las automotrices o los fabricantes de electrodomésticos. Techint, para decirlo rápido, sostuvo el alza productiva y, entonces, el año pasado cerró con una suba global de 7,29%. La cantidad de toneladas producidas en todo concepto estuvo por debajo de las cifras logradas en 2014, 2013, 2012, 2011 y 2010, aunque superó a las de 2015, por poco.
Pero el modelo Cambiemos –y el recorte del pago de subsidios prometidos a Paolo Rocca– terminó pegando de lleno. En noviembre la producción se contrajo un 1,66%, en diciembre la caída interanual ya fue de 15,95% y en enero la merma respecto de enero de 2018 alcanzó el 15,13%.
Así, diciembre de 2018 fue el cuarto peor diciembre desde 2001. Apenas supera las cifras de 2016, 2001 y 2009, en ese orden. La gestión macrista tiene dos puestos en ese penoso ránking. Lo mismo sucede con enero de 2019: apenas supera a enero de 2017, enero de 2009 y enero de 2002, en ese orden.