El físico santafesino Pablo Bolcatto publicó el libro “Micromundos”, compuesto por historias y experiencias cotidianas que tienen como objetivo la divulgación de conocimientos científicos.
“El libro es una complicación de relatos breves que escribí hace algunos años y se publicaron en revistas de circulación limitada. La primera intención era hacer divulgación científica pero escrita de una manera lo menos formal posible. La otra idea era que los relatos estén contextualizados en una anécdota santafesina, urbana o personal. Siempre la idea de los textos es explicar algún fenómeno o hecho científico. Y después con el tiempo me di cuenta que fui armando un estilo propio, que dio lugar a una especie de impronta de autor”, afirma Bolcatto.
El libro es multifacético y de lectura aleatoria. Cada una de las historias pone en juego saberes y hechos científicos que dejan pensando al lector. Por ejemplo, una de las cosas que se aprenden es que hacer actividad física no sirve para bajar de peso. Es decir que ir al gimnasio no te hace adelgazar; al contrario, los deportistas aumentan de peso porque aumentan su masa muscular. Así que tengan en cuenta que no sirve hacer una caminata luego de bajarte tres platos de ñoquis con salsa bolognesa.
En dialogo con Pausa, Bolcatto brindó más detalles sobre su publicación y la situación actual de la ciencia en la Argentina.
-¿La idea de incluir los relatos en anécdotas santafesinas es un modo de demostrar que la ciencia forma parte de la vida cotidiana?
-Exactamente. La estrategia de hacer popularización de la ciencia (o a mí me gusta llamarlo naturalización del hecho científico) tiene que ver con darse cuenta que la ciencia no es sólo algo que está recluido en un ámbito académico, sino que también nosotros estamos conviviendo con resultados de hechos científicos.
-¿Entonces concebís a la ciencia como un conjunto de ideas sobre el mundo más que un compendio de saber?
-Tener la visión de que la ciencia es una enciclopedia es una falacia. Porque la ciencia no es estática, es dinámica. Todo el tiempo uno está corriendo los limites, generando nuevas preguntas sobre el mundo que vivís. Esa visión de que la ciencia es un conjunto de saberes da la sensación de que en algún momento el cocimiento se termina. Es decir, cuando se dice esa frase de la “verdad científica”. Eso en sí mismo es un oxímoron. Porque es cierto que tenemos ciertas certezas, pero al decir que existe una verdad científica significa clausurar la búsqueda de nuevos saberes y de nuevas preguntas. Por eso yo creo que la ciencia es un modo de conocer el mundo antes que un conjunto de saberes.
-También en los relatos hay mucha reflexión sobre los cambios tecnológicos en la comunicación y en la informática…
-Sí, porque esos nuevos accesos tecnológicos cambiaron la forma de relacionarnos socialmente y de conseguir información, de mantener amistades, que son mediadas por estas tecnologías. Este es un tema importante. Se puede hacer nueva ciencia básica porque existen nuevas tecnologías. Galileo pudo resolver la discusión del heliocentrismo y el geocentrismo porque apareció el telescopio y pudo hacer mejores observaciones. Y eso pasa todo el tiempo. Cuando apareció el microscopio pudimos ver mejor la materia, se pudo estudiar mejor y ver para qué usarla. Así generamos el microchip. Y así miles de ejemplos.
-De hecho, en tu caso también aprovechas las nuevas tecnologías para difundir el libro.
-Es cierto. El primer objetivo era compilar todos los textos que ya estaban escritos. Pero también quise aprovechar nuevos recursos para tratar de abrir el universo que cada relato propone. Por eso hice un libro en papel y en formato ebook y también desarrollamos el formato transmedia, con los audios de locutores y narradores leyendo los relatos, con ilustraciones, gráficos, fotos, links hacia temas vinculados, canciones, etc. Y también para la comercialización del libro utilizamos mi sitio web, como otra forma de aprovechar los nuevos soportes tecnológicos.
-¿Cómo surgió el interés de hacer divulgación científica?
No lo sé exactamente. Quizás la chispa haya surgido en 2002 cuando estaba leyendo un paper en la prestigiosa revista Nature que explicaba por qué los jueces de línea se equivocan al levantar la bandera cuando hay un offside en un partido de fútbol. Me gustó el tema pero pensé que no lo iba a leer nadie, porque estaba en Nature. Ahí fue cuando tuve la idea de querer explicarlo para el público en general [N. de la R: el autor hace referencia al relato “¡Marche un telebeam!”, incluido en el libro]. Después de eso surgió una especie de vocación de hacer divulgación, no solo escrita sino también en la radio, en ferias y festivales.
-¿Puede ser que otro objetivo del libro sea poner en discusión el estereotipo del científico loco, brujo, alienado, encerrado en un laboratorio?
-Ese es un estereotipo que está muy arraigado, pero hay que romperlo. En realidad, el científico es igual que el arquitecto, el abogado o el periodista; forma parte de la sociedad. Además la ciencia es un hecho colectivo. No existe un Dexter encerrado en su laboratorio, extraño, solitario y malvado.
La situación de la ciencia en la actualidad
-¿Cuál es tu opinión sobre la política de ciencia y tecnología que está implementando el gobierno nacional?
-La estamos viendo muy mal. No hay dudas que esta situación no es producto de errores, sino que se apoya en un modelo preindustrial de la economía, para ser el granero del mundo. Y eso no requiere de desarrollo autónomos. Por eso hay una destrucción de la producción de conocimiento soberano. No les interesa tener un desarrollo de tecnología satelital o de energía nuclear, ni mucho menos un desarrollo reflexivo de las ciencias sociales sobre la situación de la pobreza estructural o cómo mejorar las condiciones de habitabilidad. Entonces, desde esa perspectiva es muy lógico que se reduzca la cantidad de ingresos de investigadores o que se baje el presupuesto de los institutos. Ni siquiera les interesa sostener lo que estaba, sino reducirlo a su mínima expresión. Todo esto hace que la perspectiva de desarrollo profesional como investigador científico esté cortada.
Datos sobre el autor y su libro
Pablo Bolcatto es Doctor en Física y docente de la Universidad Nacional del Litoral. Se dedica a la divulgación de la ciencia en revistas, programas de radio y ferias.
El libro Micromundos se editó en 2018 y la producción transmedia se pueden conseguir en el sitio web www.pablobolcatto.com.ar.
El próximo 20 de marzo Bolcatto presentará el libro en Paraná, en una charla organizada por las Secretarias de Cultura y Ciencia y técnica de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER).