La sangría de dólares no para. Los especuladores salieron del peso y pasaron al verde en 2018. Las Leliq, paco financiero, se están recalentado. Los timberos siguen fugando y rompiendo récords.
El modelo financiero que impuso Cambiemos desde que asumió es una maquinaria sin grasa y cuyos cojinetes rechinan. El extraordinario apoyo del FMI evitó que explotara el desastre que habían armado, a cambio de una deuda de volumen escandaloso. Mientras tanto, los ganadores de la orgía especulativa siguen colocando sus dividendos fuera del país. En enero se fugaron 1958 millones de pesos. Si el resto de los meses siguen a ese ritmo, 2019 será el segundo año con mayor fuga de capitales en la historia, después de 2018, año en el que el país perdió 27.230 millones de dólares en este concepto.
Toda la masa gigantesca de deuda de Macri sirve únicamente para pagar lo que se drena en este concepto. En 2016 se fugaron "apenas" 9951 millones, pero en 2017 se fueron 22.143 y en 2018 27.230 millones de dólares. La suma da 59.324 millones de dólares. En 12 años de kirchnerismo se fugaron 102.159 millones. La comparación es elocuente: tres años de Macrismo equivalen al 58% de todo lo fugado en los 12 años anteriores.
Lógicamente, todo dólar que entra es especulativo. Como se puede observar en la infografía, el ingreso de dinero verde para inversión real y concreta se encuentra en los mismos niveles antes y después de Macri. Pero el ingreso de dólares especulativos tiene una suba fenomenal en 2017, a pura bicicleta con las Lebacs, para luego en 2018 salir volando, en dólares puros y duros.
La dinámica de 2017 queda reflejada también en el peso que supieron tener las Lebacs en relación con el dinero circulante y las reservas. Antes de que implotara esta timba, esos papelitos llegaron a representar en enero de 2018 el 89% de las reservas y el 102% del circulante. Una burbuja impagable que terminó como se esperaba: como era deuda en pesos, se dejó subir al dólar que pegó un salto de 19 pesos a 40 pesos. Los especuladores que saltaron al tiempo (de los grandes, todos) hicieron ganancias como en ningún otro lugar del mundo. Tu sueldo se devaluó a la mitad y la inflación se disparo al 50%.
Tras el fin de las Lebacs, el gobierno inventó otras Lebacs peores, que no vencen al mes sino a los siete días. Las Lebacs eran merca, las Leliq son paco. El gráfico muestra la velocidad con la que crece esta burbuja: el 31 de enero era de 743.977 millones de dólares y representaba el 29,81% de las reservas y el 55% de la base monetaria. El último dato útil para comparar, al 19 de febrero, indica que la deuda de esta motoneta financiera alcanza ya los 935.000 millones de pesos (un día después subió a 947.661). Ese dinero ya representa el 36% de las reservas (falopeadas a pura deuda del FMI) y el 72% de todos los pesos circulantes. Por la velocidad que tiene esa motoneta, en el momento en el que los timberos metan el freno y pasen al dólar, la corrida de las Lebacs al dólar se va a convertir en un recuerdo cándido. Como cuando comparás a Prat Gay con Dujovne.
Por lo pronto, las Leliqs siguen aumentado su volumen porque rinden intereses del 46%. Estaban bajando esa tasa, pero la tuvieron que volver a subir porque los especuladores comenzaron a vender y a irse al dólar. Eso explica la suba del verde de los últimos días.