La Canasta Básica aumentó un 3,7% en enero y acumula una suba del 55,8% en el último año, dos cifras muy por encima de la inflación en general: los aumentos pegan más en los más pobres.
Una familia compuesta por una pareja y dos hijes necesita $26.442,92 por mes para no ser pobre y $10.577,16 para no ser indigente. El dato se desprende del informe del Indec sobre valorización mensual de la canasta básica alimentaria (CBA) y de la canasta básica total (CBT). El valor de ambas canastas aumentó un 3,7% en enero y un 55,8% en el último año. Es muchísimo más que el porcentaje de la inflación en general, que alcanzó un 2,9% en enero y un 49,3% en los últimos 12 meses.
Medida de forma individual, un adulto tipo de entre 30 y 60 necesita $8.557,58 por mes, según el Indec, para no ser pobre. La línea de indigencia bajo ese parámetro está trazada en $3.423,03. La cifra es ridícula, es apenas un poco más que el gasto mensual de un fumador.
La suba de las canastas por encima de la inflación señala que el proceso generalizado de alza de precios está pegando con mucha mayor fuerza entre pobres e indigentes.
Si bien no todos los hogares medidos por el Indec en su Encuesta Permanente a Hogares son hogares tipo (con una pareja y dos niñes), lo cierto es que según la última tabulación sobre distribución del ingreso, correspondiente al tercer trimestre de 2018, el 50% de los hogares tiene ingresos menores a los $26.700.
Peor resulta la comparación respecto de los ingresos de quienes dependen de la seguridad social. La jubilación mínima a partir de marzo –con el último aumento del 11%– será de $10.410,37, mientras que la infrajubilación, o Prestación Universal del Adulto Mayor, estará en $8328,29, ya por debajo de la línea de pobreza para un individuo varón.
Un perceptor de la Asignación Universal por Hijo recibirá apenas $2031 por niñe. La cifra está bien por debajo de la línea de indigencia para un varón adulto. La Asignación por Hijo con Discapacidad se elevará a $6620, por debajo de la línea de pobreza.