Hay que reconocerle a la alianza de gobierno Cambiemos la admirable virtud de modificar nuestra relación con el tiempo. Pocas veces tuvimos tanta certeza para reconocer que el año anterior fue mucho mejor que este y, si nos apuramos, es posible que el 2019 sea aún mucho mejor que el 2020. Motivos para especular sobran y si el país fuera una empresa privada, como muchas veces nos quieren hacer creer, diríamos que sería mejor cerrarla y escapar. Pero por suerte siempre aparece un colectivo que recupera lo que el patrón abandona.
Por momentos me arrebata cierto hartazgo, no puedo entender que Tato Bores aún tenga vigencia y me asusta. El problema tiene edad de retiro, si pudiéramos viajar en el tiempo setenta años… solucionamos todo. Sería algo así como una versión de bajo presupuesto de la película Doce Monos (1995), una de ciencia ficción dirigida por Terry Gilliam, inspirada en la película La Jetée (1962), de Chris Marker, (si tiene poco tiempo vea La Jetée, va a entender menos que la primera pero es más corta) y protagonizada por Bruce Willis. Obviamente no podríamos pagarle a Bruce Willis para lo cual se puede optar por llamar a Baby Echetcopar, Marcelo D’Alessio o alguno que se le parezca. Elija el que más le guste.
En la versión de Gilliam en un mundo postapocalíptico, un prisionero llamado James Cole se ofrece como voluntario para un experimento científico que tiene como finalidad viajar al pasado para saber qué provocó la situación en la que se vive en el futuro.
En nuestra versión el objetivo principal es matar a Perón y listo, somos Suecia en un abrir y cerrar de ojos. También podríamos mezclar con alguna escena de Casta de Malditos... Total si necesitamos extras no le pagamos, en dónde se ha visto que actuar sea un trabajo.
Las pantallas transmiten a repetición, aparecen señores de buen vestir con recetas que integran inversión (que ya va a venir), una pizca de suerte y ajuste a gusto. Es decir, echar personas que en lo posible malgasten su tiempo en el Estado. Pero ojo, primero te pueden capacitar para lograr que cambies el “chip” de un trabajo estable y te conviertas en un gran emprended@r desocupad@. Trabajo siempre hay, el problema somos nosotros. Podemos crear comida para astronautas, flexibilizar a más no poder y pedalear para una aplicación. En la brevedad está el curro. Lo mejor es ser coach de los que enseñan a emprender y venderle a la mente para salir de la mediocridad de un asalariado. Faltan reformas, el mundo es otro, hoy la longevidad es alta. Una mujer japonesa puede llegar a los 116 años, por lo cual deberíamos repensar el sistema jubilatorio. Total si pasaron los 65 todavía pueden dar mucho dar mucho más, si en realidad aún jubilados siguen trabajando. Además sos responsable por el mal gobierno de los últimos 70 años. Faltan reformas, esas de las buenas, en el ámbito laboral. Hay que imitar a los que van por el buen camino, no podemos quedarnos atrás del pentacampeón. Vayamos al hueso con una Banelco en el bolsillo.
Como una mala remake de Doce Monos, la repetición es la repetición de la repetición. El final es el mismo, un aeropuerto es el lugar donde huye un hombre con una campera amarilla y con un maletín en la mano.