La compañía de Mark Zuckerberg está dispuesta a colaborar restringiendo la circulación de desinformación.
Amén de los posteos públicos y de las cadenas de mensajes, Facebook está lleno de grupos cerrados que se dedican a la divulgación de información y teorías conspirativas que preocuparon hasta a profesionales sanitarios de Estados Unidos que hicieron un llamamiento a la compañía de Mark Zuckerberg para que actúe en consecuencia.
"Facebook tiene que establecer entre sus prioridades ocuparse de la amenaza que supone para la salud pública que se compartan falsedades y desinformación. No se trata únicamente de autolesiones, esto es un daño a la comunidad", dijo en febrero la portavoz de la Academia Americana de Pediatría doctora, Wendy Sue Swanson. Incluso algunos políticos se pronunciaron al respecto siendo categóricos. Tal es el caso del congresista demócrata Adam Schiff, que calificó a los antivacunas como "una amenaza directa para la salud pública".
La propia Organización Mundial de la Salud, incluyó al rechazo a las vacunas entre las 10 amenazas más peligrosas para la salud y el planeta en este 2019. Alcanza solo con repasar los altos índices de sarampión durante el año pasado.
El plan
En concreto, se anunció que ya no va a recomendar los grupos y páginas que compartan información falsa y mitos sobre vacunas y, aunque no se van a eliminar, no va a ser tan fácil encontrarlos a través de su motor de búsqueda.
En una nota de prensa, la vicepresidenta global de gestión de políticas de la compañía Monika Bickert aseguró que no se permitirán los anuncios pagos que "incluyan desinformación sobre vacunas".
Facebook, que se cuidó de no nombrar puntualmente a los grupos antivacunas (sí a la "desinformación sobre vacunas"), también planea distribuir "información autorizada sobre esta materia" a través de la propia plataforma.