A partir de la crisis del modelo de acumulación industrial hacia la década de 1970, caracterizada por una caída de la rentabilidad de la manufactura, el capitalismo avanzó hacia un nuevo modelo de negocios basado en la extracción, análisis y control de datos personales y sociales.
El siglo XXI se caracteriza por la consolidación de plataformas virtuales que estructuran la vida social. Desde el 2000 comenzaron a surgir entornos virtuales que centralizan la producción y circulación de informaciones y contenidos a nivel mundial. Gracias al protagonismo cada vez mayor de la tecnología digital se fue consolidando un tipo de producción basado en el procesamiento de datos, la big data y la inteligencia artificial.
Esta situación dio lugar a un floreciente capitalismo de plataformas que regula no sólo la economía sino también la comunicación, socialización y cultura. Hoy las plataformas organizan la vida social: el conocimiento (Google, Wikipedia), la socialización (Instagram, Facebook, Twitter), el consumo audiovisual (YouTube, Netflix), el transporte y movilidad (Uber, Cabify), las relaciones sexo-afectivas (Tinder, Happn), el alojamiento (Airbnb), y así en todos los ámbitos. Es decir, en la actualidad estas plataformas online no son un elemento adicional a nuestra vida, sino que estructuran las relaciones sociales. Hoy no se puede pensar la sociedad y el capitalismo sin ellas.
Aunque parezca que el servicio que brindan es gratuito (o de precio módico), en realidad estas empresas mantienen sus plataformas a partir del almacenamiento y clasificación de los datos personales de sus usuarios. Esta información les permite construir perfiles de usuario para luego poder ofrecerle anuncios personalizados.
Los servicios no son gratuitos. Las empresas conocen gran parte de la vida de sus usuarios: su lugar de residencia, sus gustos y preferencias, amigos y familiares, viajes, religión, ideología, y varios etcéteras más. Esta información permite segmentar mercados y ofrecer publicidades según sus perfiles. Si el servicio es gratis, el producto sos vos. De modo que un usuario es al mismo tiempo proveedor de recursos, producto y consumidor.