Como ya sucedió en 2017, la Nación compró enormes volúmenes de leche en polvo en un año electoral. Pero esta vez lo hizo a un muy alto precio y el mercado quedó vaciado. El resultado: subió el precio y la escasez de leche fluida en la góndola.
La compra masiva de leche en polvo por parte de la Nación terminó provocando faltante en las góndolas y la suba de precio de las leches fluidas, en una peculiar combinación de impericia y uso del Estado con presumibles fines electorales, al menos si se consideran notables similitudes estadísticas con lo sucedido en la relación entre el gobierno y el sector lácteo en 2017.
Según la Secretaría de Agroindustria, el promedio mensual de ventas de leche en polvo fue de 6985 toneladas mensuales en 2015, 2016 y 2018. En 2017 fue de 9999 toneladas, un salto muy importante. Se debe a que en junio, julio y agosto de 2017, en plena campaña y sólo en esos tres meses, las ventas de leche en polvo se duplicaron. Pasados esos tres meses, volvieron a su promedio habitual. Se vendieron 8709 toneladas en mayo de 2017 y 15.289 toneladas en junio, 15.952 en julio y 18.141 en agosto, antes de las primarias de 2017. En septiembre bajaron a su nivel típico, 7839 toneladas, y allí se mantuvieron hasta fin de año y durante todo 2018.
En el ambiente de la lechería hay un (no tan) secreto a voces. En el verano la vaca da menos leche, hay escasez estacional, pero en este 2019 se sumó un detalle mayor: el gobierno nacional largó licitaciones de compra masiva de leche en polvo, a un precio exorbitante, y el mercado respondió gustoso. El resultado se está viendo ahora: hay faltantes de leche fluida –la leche en polvo se hace a partir de leche cruda– y los precios vuelan. El gobierno se tomó toda la leche en 2019, un año electoral como 2017.
El periodista Juan Manuel Fernández obtuvo la confirmación del Secretario de Lechería, Ganadería y Recursos Naturales de Santa Fe, Roberto Tión, en Radio EME: si bien la producción primaria de leche es una de las más bajas de los últimos años, “no es el motivo central de que se aumenten tanto los precios”. Tión lo dijo que “la Nación compró varias toneladas de leche en polvo para sus planes sociales, donde hay una exigencia de cumplimiento si no se caen los pliegos”. Las compras fueron exactamente de 16.063 toneladas, al menos según lo publicado en el Boletín Oficial. Tión estima que fueron de 18 millones.
Mucho y caro
Que la crisis está afectando hasta la alimentación popular no es noticia. Según el último dato disponible, a 2018 el consumo de leches fluidas se encontraba un 14,1% por debajo de 2015. Considerando todos los lácteos sumados, la merma en la misma comparación es de 8,8%.
La situación ha de preocupar mucho al gobierno nacional, sobre todo a la ministra Carolina Stanley. Según las decisiones administrativas publicadas en el Boletín Oficial, entre enero y abril de 2019 se licitaron compras de leche en polvo por un volumen superior al anual de 2016, 2017 y 2018. Los organismos que lanzan esas licitaciones, Desarrollo Social y Salud, efectuaron compras por 10.727 toneladas en todo 2016, 15.588 en 2017 (en el año electoral, subió 45% la cantidad comprada) y 14.127 en 2018, que no fue año electoral. A abril de 2019, y todavía faltan ocho meses en el año, las licitaciones de leche en polvo efectuadas por el gobierno nacional ya alcanzan las 16.063 toneladas. Tión tiene razón: el gobierno nacional se la está tomando toda, como pasó en las elecciones de 2017.
Del otro lado del mostrador, las empresas lácteas no pueden no aprovechar la situación, sobre todo porque el gobierno paga realmente muy bien por esa leche en polvo. A valor dólar, y considerando sólo las licitaciones efectuadas entre enero y abril de 2016, el gobierno pagó 1,73 veces más por la tonelada de leche en polvo que el precio de la tonelada para exportación, según los datos de referencia del sector publicados por la compañía neozelandesa Fonterra, la principal exportadora láctea del mundo. En 2017, año electoral, pago 2,01 veces más la tonelada en comparación con el precio de exportación. En 2018, que no es año electoral, pagó 1,55 veces más. En 2019, nuevo y decisivo año electoral, pagó 1,89 veces más la tonelada que si hubiese estado destinada a exportación.
Pero vale marcar un detalle. En lo que va del año se hicieron dos licitaciones, cuyos resultados se comunicaron el 11 de febrero y el 7 de marzo. En la primera se compró el grueso, 13.463 toneladas de leche en polvo de las más de 16 mil que se llevan licitadas. En esa gran compra, el gobierno pagó, en promedio, 2,11 veces más el precio de la tonelada exportada. El costo es el desabastecimiento actual y la cajita de leche a 60 mangos.