Juan Cesoni tiene 38 años y es concejal. De cara a las primarias, se postula para intendente en la lista Encuentro por Santa Fe, del frente Juntos. En un mano a mano con Pausa, repasa su trayectoria en el justicialismo, su presente con María Eugenia Bielsa y sus propuestas para Santa Fe.
–¿Cuándo y por qué empezaste a militar?
–A los 16 años, en la escuela, yo estudiaba en el Industrial. Vengo de una familia que siempre tuvo un compromiso social. Mi mamá daba clases en la escuela Santa Rosa de Lima, que está en la parroquia. Y mi papá, junto con el cura Silva y con un ingeniero amigo de él, Lentini, prestaban un taller que tenían para que los chicos se formen en oficios. Y de ahí surge la escuela técnica del barrio. Nadie en mi familia es peronista. En el Centro de Estudiantes, en aquel momento, conducía la Franja Morada. Me acerqué ahí, no me gustó las formas, el espíritu que planteaban. Compartí mucho tiempo con la gente del Partido Comunista, milité un tiempo allí. Y un día leyendo, buscando en la historia, porque soy un apasionado de la lectura, empecé a encontrar, a descubrir al peronismo y me di cuenta, me descubrí como peronista. Hasta ese momento mis lecturas habían sido más bien marxistas. Pero que había otras expresiones que tenían que ver con un norte progresista, pero con una mirada populista o popular, de cual es la relación entre el pueblo y el Estado, desarrollista. Todo eso no estaba en el socialismo, así todo junto, y en los populismos sí, algunos, lo habían recogido. Me acerqué al peronismo cuando tenía 18 años. Ya era presidente de mi Centro de Estudiantes, tenía una agrupación que era independiente, fundamos la Unión de Estudiantes Secundarios, que también fui el presidente.
–¿Eso es cerca del 2000?
–En el 2000 soy presidente del Centro. Era la época del discurso único, hegemónico, salíamos del menemismo, el fin de las ideologías. Había un contexto donde la política estaba muy denostada, poco tiempo después vino el "que se vayan todos", la crisis. Era muy difícil hacer política estudiantil en ese momento porque uno entraba a un aula con 30 pibes y 28, cuando vos querías hablar, se daban vuelta y hablaban de otra cosa. El tiempo nos dio la razón. Yo siempre digo, que soy pre kirchnerista, porque las cosas que hizo el kirchnerismo eran las cosas que yo decía que era lo que debería ser el Estado. Yo a Néstor lo conocí en el 2003, no daba ni dos pesos por él. Me acuerdo haber escuchado el discurso de él cuando asumió, y se me erizaba la piel. Pero yo decía este flaco mentiroso nos va a coger a todos como nos han cogido hasta acá. Y bueno, después lo fui descubriendo. Yo no compartía el rumbo del peronismo de la provincia de Santa Fe, al acuerdo entre Obeid y Reutemann yo no terminaba de digerirlo, yo no me sentía cómodo con el reutemanismo. Me aparté de la militancia orgánica, partidaria y me aboqué más al estudio. Me recibí de ingeniero y en el año 2008 cuando se produce la crisis del campo, yo ya me sentía kirchnerista, por más de que no militase orgánicamente. Me di cuenta que en ese momento mi partido, o mis ideas, o mi país me necesitaban en la calle. Que era momento de tomar partido, que no era momento de quedarse a verlo por televisión, que verdaderamente lo que se estaba discutiendo era un parteaguas en la sociedad, que claramente iba a haber un antes y un después. Retomé la militancia orgánica, en el espacio de Agustín Rossi, con Leandro Busatto, en aquel momento, con Andrés Rodriguez.
–¿Creés que hoy María Eugenia Bielsa es quien mejor representa esas ideas?
–Yo creo que sí. Creo que siempre mantuvo la coherencia en sus planteamiento general, sus definiciones políticas. Es lo mismo que siento que me pasó a mí. Yo siempre me reconocí peronista y aún así dije "Yo no quiero formar parte de este peronismo". A Menem le hacía tomas de escuelas, huelgas de hambre, porque ese peronismo no tenía nada que ver conmigo. Y al reutemanismo también lo enfrentaba. Los enfrentábamos. Y me parece que María Eugenia es una persona que tiene la coherencia y la valentía suficiente para no atravesar un límite que no hay que atravesar. Efectivamente creo que es la que mejor representa las ideas que ha consagrado este proyecto de país de 2003 hasta 2015.
–¿Qué pasó con el supuesto aval de Cristina Fernández de Kirchner a Omar Perotti como candidato?
–Al candidato oficial del kirchnerismo la única que lo puede designar es Cristina. Y no la escuché a Cristina decir que Omar era su candidato, sí lo escuché a Omar decir que no era el candidato de ella. La verdad que eso es una discusión que la tiene que saldar el sector del kirchnerismo que creyó o que entendió que Perotti era el candidato por el kirchnerismo. Hay otro sector del kirchnerismo, del campo popular, que no lo entendemos de esa manera. Y digo del campo popular porque yo me siento kirchnerista porque adhiero a las políticas del kirchnerismo. Pero sí a mi me dicen "Mirá, el kirchnerismo soy yo y al sellito lo tengo secuestrado y es mío y si vos querés ser kirchnerista tenés que venir y hacer lo que yo te digo" y, la verdad chicos, quédense con el sello del kirchnerismo, yo sigo pensando con las mismas convicciones, actuando de la misma manera, haciendo la misma política. No hago kirchnerismo poniendo una foto de Cristina en mi perfil, hago kirchnerismo presentando proyectos de resolución, de ordenanza en el Concejo Municipal, que están claramente alineados con la matriz ideológica del kirchnerismo, que es la que representa a los trabajadores, que representa a los sectores más vulnerables, a determinadas minorías. Esa es mi forma de actuar. Después si me quieren prestar o no el nombre, es problema de los que se sientan dueño del nombre. Yo no me hice kirchnerista por ninguno de ellos. Me hice kirchnerista por Néstor, me mantuve por Cristina. Me tiene sin cuidado esa discusión. Hace cuatro años atrás descubrí que nadie se quería hacer cargo del kirchnerismo desde la ciudad de Santa Fe. Nadie tenía la decisión de decir, "Che esto hay que ordenarlo". Y yo me la jugué en la ciudad. Y le puse la cara y fui su candidato y me tocó ser concejal. Y durante tres años siento haber representado esas ideas. Y bueno, soy candidato a intendente con mis ideas, en el marco de un frente amplio que se ha conformado con un montón de partidos y expresiones políticas: organizaciones sociales, partidos políticos, instituciones, movimientos y demás.
–¿Qué evaluación haces de los candidatos de tu interna?
–Son dirigentes políticos, alguno más militante que otro, buenos compañeros. Estamos expresando cosas distintas. Nuestro espacio busca la posibilidad de que en los próximos 20 o 30 años el peronismo de la ciudad pueda plantearse una dinámica que implique una disputa del poder real en la ciudad, pero en un espacio donde uno no tenga que andar sintiendo verguenza de lo que hace, donde uno se pueda sentir cómodo. Yo me siento preparado para expresar las mejores tradiciones del peronismo. Y creo que ninguno de los otros candidatos está preparado para eso. Ahora vos me preguntás si yo soy el más preparado, no sé viste, no, me lo tomo con mucha modestia a esto. No pretendo ni conducir al peronismo, ni guiarlo hacia ninguna victoria de ninguna clase épica. Simplemente decir: esto es lo que tengo para ofrecer, estos son mis compañeros, esto es lo que pensamos, de esta manera actuamos. Y si nos acompañan intentaremos organizar al resto para ver si podemos disputar la intendencia de la ciudad. Y si al final de ese proceso, en junio, nosotros dejamos un peronismo que no nos dé vergüenza, que nos haga sentir cómodos, entonces yo ya habré ganado la elección, independientemente si estoy sentado en el sillón del intendente.
–¿Cuáles te parece que serían los puntos principales de una gestión municipal?
–Nosotros tenemos uno: el trabajo. El próximo intendente tiene que pensar creativamente cómo tener una ciudad productiva, que genere empleo para ella misma pero también para los habitantes de las localidades vecinas. Santa Fe tiene que ser una ciudad motor de una región económica, que es el gran Santa Fe. Las personas cuando tienen trabajo, primero tienen su vida ordenada y además empiezan a poder soñar con ejercer otros derechos. Si vos no tenés trabajo no podés pensar en otra cosa que no sea en cómo vas a pagar la comida de mañana.
–Pero la Municipalidad no decide la política económica.
–Si uno cree que la política económica es fijar la tasa de interés, el valor del peso respecto al dolar, los anclajes bancarios, entonces sí, la Municipalidad no va a resolver eso. Pero cuando vos podés desarrollar políticas productivas, estás desarrollando políticas económicas. Por ejemplo: conocer cuál es la matriz productiva de tu ciudad. La última matriz insumo-producto se desarrolló en 1994, pero con datos de la década del 80. Es decir, hoy los argentinos planificamos el desarrollo de nuestro país sobre la base de la matriz productiva de los 80. La matriz insumo producto es el esquema que le permite a una nación cuáles son todos los productos que consume su país y cuáles son los insumos, servicios y productos asociados. Y es lo que a vos te permite planificar estratégicamente hacia delante. La ciudad de Santa Fe tiene que desarrollar su matriz insumo-producto. ¿Cuáles son los productos que se generan en nuestra ciudad? ¿Cuáles son los servicios que presta nuestra ciudad? ¿Los asociados? ¿Cuáles importamos? ¿Cuáles de todos ellos podemos sustituir? Por ejemplo: la ropa del personal municipal, se la estamos comprando a una fábrica de mano de obra esclava en Buenos Aires. ¿No la podemos producir acá? ¿Cuántos empleos podemos generar con eso? Eso es política económica, eso es política de desarrollo. Y direccionar los recursos del Estado, a través de una Secretaría de la Producción que no tenemos, hacia esos sectores. Y después, la obra pública tiene que servir para generar empleo de calidad y formación y capacitación en el lugar. Nosotros hablamos de hacer mil viviendas en cuatro años de intendencia. El presupuesto está para hacerlas. Eso generaría una gran cantidad de mano de obra, que debería estar particularmente adaptada desde el lugar donde se desarrolla el programa de vivienda. También los insumos de ese plan de vivienda deben provenir de la ciudad. Nosotros planteamos crear un parque ladrillero en el norte de la ciudad, que todos los ladrillos que se consuman en la ciudad se fabriquen acá. Hay mucho que se puede hacer en materia económica.
–¿Qué otros ejes se pueden plantear?
–El tratamiento de los residuos sólidos urbanos, la generación de energía a partir de ello, la reutilización de materiales, la modificación del sistema de transporte. Yo fui el primero que habló acá de un sistema multimodal e integrado, donde vos pagues un solo pasaje y estés todo el día utilizando el servicio de transporte público, pero de manera multimodal, no siempre con el mismo formato de colectivo de 50 pasajeros, para el centro, para los barrios. Eso no funciona, es antieconómico. Hablamos también de un Estado autocrítico. Cuando vos no pagás un impuesto, el estado te cobra una tasa de interés. Te multa. Ahora cuando vos hacés un reclamo por un servicio que el Estado no te está prestando, no te descuentan de tu tasa. El Estado se tiene que automultar. Si el colectivo vale 21,50 para que pase por Salta y 4 de Enero a las 11 en punto y pasó a las 11:20, ¿el servicio que vos pagaste, se prestó de manera adecuada? No. Entonces a la empresa también la tenés que multar en el acto. El boleto pierde su valor. Todo eso es posible ponerlo en marcha. Y también nos imaginamos un Estado que sea inclusivo, que piense más en nuevos derechos y nuevas libertades y no tanto en nuevas prohibiciones. Uno ve muy seguido en el Concejo que se presentan proyectos para prohibir cosas nuevas. Todo el tiempo estamos prohibiendo algo más. Y en realidad nosotros en estos tres años que fui concejal, no hemos presentado proyectos para prohibir. El único que presentamos para prohibir fue el de la whiskerías y cabarets. Los cabarets están prohibidos acá por iniciativa nuestra. Había resistencia de otros sectores políticos respecto a esto. También pusimos en marcha una comisión para abordar la problemática de la trata en la ciudad. También postulamos que el Estado tiene que garantizar la paridad en los puestos de trabajo. Yo iba al Industrial y había chicas que estudiaban de técnicas. Hay chicas que saben cambiar un foco, hay pibas que saben podar un árbol. Hay un montón. El plantel de electromecánica, ¿por qué no puede tener cinco hombres y cinco mujeres? Nosotros decimos que esa es la paridad. Ahí es donde empiezan a aparecer la igualdad de oportunidades y con el correr del tiempo, pasados 10 años, vos tenés una sociedad con mujeres que están verdaderamente empoderadas. Ese proyecto, no fue recogido por ningún concejal en el recinto. Pero todos después hacen declaraciones. Todos quieren más cupos. Nuestro proyecto plantea lo mismo para los servicios que brinda el Estado. Las licencias de taxis, ¿por qué se la ganan todas los hombres? Hay algunas mujeres choferes, si pero no son licenciatarias. Las licencias, 50 para hombres, 50 para mujeres.
–¿Cuál es tu evaluación de la actual gestión municipal?
–La primera etapa de esta gestión fue buena.Pudieron poner en marcha obras que había planificado el peronismo y que se pudieron ejecutar porque también la etapa económica era otra. El peronismo gobernó hasta el 2007, el país sale de la crisis a finales del 2005, eso favoreció a la gestión actual. Llegaron muchos recursos nacionales y provinciales a la ciudad. Creo que la alianza con el Frente Progresista, cuando el radicalismo estuvo adentro, permitió acceder a los recursos de la provincia, hacer una gran cantidad de obras, impulsar algunas políticas que fueron interesantes, como la de los jardines. La ciudad que se encontró en aquel momento el radicalismo era una ciudad muy sucia y que ellos la limpiaron verdaderamente. Yo tengo ese recuerdo, haber visto cómo se ordenaba esa ciudad. Hoy eso se ha perdido devuelta. Hay una mirada urbanística que ha tenido esta gestión que es para continuar: las aperturas de calles, esa mirada de conectar barrios. Está muy bien que hayan terminado con una dinámica que traía el justicialismo de hacer asfalto sin haber hecho desagüe, cordón cuneta, cuestiones que son básicas. Creo que hay una primera etapa de política cultural que fue muy interesante. Eso se fue desdibujando con el correr del tiempo y el resultado hoy es una política cultural elitista, cerrada, donde le pasa al radicalismo lo que le pasó al peronismo en su momento, donde se empieza a dejar afuera a un montón de sectores que se autogestionan. Creo que tienen un déficit en materia de salud. El municipio prácticamente no interviene. Creo que tiene un enorme déficit en materia de política deportiva. No hay un programa concreto para ayudar a los clubes, para contener a los chicos adentro del club, para involucrar a los padres, brindarles seguridad, un entorno de infraestructura. Me parece que no se colabora directamente con los clubes. El municipio no tiene una buena relación con las instituciones de la sociedad civil, si no te ponés la camiseta de Santa Fe Ciudad no formás parte del plan, no estás en la agenda municipal. Es lo que ha pasado con las vecinales, que han sido todas cooptadas. Y las que no pudieron, directamente las tienen abandonadas. Pasa lo mismo con los clubes, con los centros culturales: el que no quiere adherir a la política del Estado, se queda afuera. Me parece que es muy pobre la gestión en materia de servios públicos. El servicio de recolección de residuos de la ciudad es pobre, deficiente. El destino final de todos esos residuos es todavía más pobre, es algo que los santafesinos vamos a lamentar los próximos 20 años: tener una montaña de basura al costado del Salado, pudriéndose. Tenemos una bomba de tiempo allí. El servicio de transporte público está cada vez peor. La gente cada vez tiene que caminar más, en vez de caminar menos, en barrios que no están preparados para que la gente camine, la gente en muchos lugares camina por el barro, 15 o 20 cuadras para tomarse un colectivo. Las frecuencias son un desastre, las empresas nunca han respondido a las multas. La calidad de los móviles es cada vez peor. Me parece que ahí hay un déficil enorme. En síntesis, me parece que la gestión se quedó sin creatividad y sin agenda. Que la agenda que tenían se le fue terminando y que se encontraron ante la necesidad de tener que seguir haciendo, sin tener creatividad, entonces aparece esto de copiar y pegar en la ciudad. Traer cosas de otros lugares, donde han funcionado, y probarlas a ver si funcionan acá. Hay un hecho notable en los últimos tres años de gestión municipal, que es que aparece la figura del ensayo. Te ponen una línea de colectivo, irregular, ilegal, sin ordenanza, si hay un accidente van todos presos. Muy fuera de la ley. Pero es a prueba, a ver si funciona. En Mendoza te ponen los canteros a prueba, un año, dos años, si no funcionan hacemos otra cosa. Lo que ocurre es que se hace con plata de todos los santafesinos. Y, por otro lado, esta es una gestión municipal, que se ha endeudado mucho, gestionando con un déficit enorme. Tenes 10 años de gestión deficitaria. El que venga después no va a poder hacer un montón de cosas porque va a tener que cubrir el déficit de 10 años de gestión. Y el déficit es enorme. La ciudad va a destinar el 15% de todo su presupuesto solamente al servicio de deuda.