La malaria sigue mostrando su profundidad. Durante la Semana Santa el turismo estuvo por debajo de los niveles de 2015, tanto en cantidad de personas como en días usados para vacacionar. El gasto también cayó fuerte.
Semana Santa significa escapadita a la Capital Federal o a Córdoba. Algún aventurado se va a las Cataratas del Iguazú, otra se junta con amigas para pescar en alguna cabaña del Paraná. El fin de semana largo es una invitación anual al turismo regional. Pero la crisis pinchó también en las jornadas que acaban de pasar: la cantidad de turistas bajó de 2.450.000 en 2018 a 2.100.000 este año. La cifra es todavía más baja que la de 2015, que fue de 2.224.000.
Los datos son la Confederación Argentina de la Mediana Empresa. La estadía promedio de los turistas también se fue a pique: de 3,7 días promedio en 2015 bajó a 3,1 días en 2019. En el año pasado, la cantidad de días promedio fue de 3,6. En concreto, antes la mayoría de los turistas vacacionaba por cuatro días, ahora por tres. Parece una diferencia menor, es una caída proporcional muy fuerte.
Por último, el gasto vacacional: "El gasto promedio diario, por persona, fue de $1250, 44,5% mayor al del año pasado, cuando la inflación acumulada en 12 meses ronda el 55%". Es decir, en términos reales los turistas fueron muy gasoleros en comparación con el 2018.