Jorge Henn, precandidato a senador: admite que “no se han logrado los objetivos” en materia de seguridad y cuestiona al intendente Corral por haberse pasado a Cambiemos.
Después de sus gestiones como vicegobernador y diputado provincial, Jorge Henn decidió volver al pago chico y competirá en las primarias del 28 de abril como precandidato a senador por el departamento La Capital, en la interna contra el socialista Miguel González, quien actualmente ocupa ese cargo. “El progresismo tiene que ser inconformista”, responde al ser consultado por la decisión de ir a internas.
Henn está convencido de la victoria del Frente Progresista en Santa Fe: “Vamos a recuperar la ciudad con Emilio Jatón”. Y presume que en junio, en la elección de gobernador, el oficialismo de la mano de Antonio Bonfatti va “a polarizar con el peronismo”.
—¿Qué los decidió a ir a elecciones internas en el departamento La Capital?
—La convicción de que el radicalismo fue fundacional en el Frente Progresista y fue protagonista de hechos que son puntos de inflexión en la historia de Santa Fe. A mi me tocó encabezar la lista de concejales (en 2005) que le gana por primera vez al justicialismo, en el marco del Frente Progresista. Y los radicales alfonsinistas, progresistas y santafesinos tenemos ideas y propuestas para el Frente Progresista. Nos parecía necesario visibilizar todo ese aporte que históricamente hicimos para que el Frente llegue a donde llegó. Nos parecía que había que hacer un aporte para que sigamos gobernando la provincia y para que tengamos mayoría en el Senado.
—¿Cómo observa el escenario político provincial?
—En la categoría de gobernador vamos a polarizar con el peronismo que aniquiló el Estado en los 90: una clara confrontación de modelos. Mi aporte en la senaduría es tratar de darle un fuerte perfil a la gestión metropolitana del departamento. Hay una cultura metropolitana en Rosario que no hemos podido replicar acá. Quiero pensar el área metropolitana como un espacio de oportunidades, por ejemplo, para productos turísticos. También otro tema fundamental es la planificación urbana. Es imposible de pensar desde los estrictos límites comunales o relacionados con las ciudades. Es obligación pensar el desarrollo urbano de los próximos 10 años. Al norte de Santa Fe haremos una sola mancha urbana con Monte Vera y Recreo, imposibles de separar. El tema del hábitat y la vivienda es central. Hoy seguimos creciendo horizontalmente. Cada vez que se habilita un nuevo loteo, aparecen cuestiones como el impacto hídrico, ambiental, nuevas centralidades viales. Por cada peso que pone un urbanizador, son tres pesos que pone el Estado. Entonces hay que planificar dónde se llevan adelante.
—El Frente lleva tres gestiones, ¿qué balance hace?
—Quiero poner en valor todo lo construido en estos años. Si tomamos el sistema de salud, hemos construido más de 100 centros de salud, 222 mil metros cuadrados de efectores de salud, tres centros de mediana complejidad, dos de alta complejidad y vamos por uno más. Tenemos bajo nivel de mortalidad materno-infantil y un laboratorio de elaboración de medicamentos. Entonces, creo que la fortaleza del Frente Progresista es que tiene un plan. Vamos a invertir cerca de 40 mil millones de pesos este año, una parte importante en el departamento La Capital. Muchas obras que se atribuye el intendente las hizo la provincia.
—¿Y cuál es su lectura política de los últimos 12 años en la ciudad de Santa Fe?
—Me produjo mucha tristeza el cambio que llevó adelante el intendente. Se entiende como transfuguismo cuando una persona que fue elegida para una conducción política, pero inmediatamente se muda y ya no representa a su frente sino que representa los intereses de la Casa Rosada. En ese sentido uso la palabra tránsfuga. El Frente había ganado la ciudad de Santa Fe en esta gestión. Yo en la primera gestión fui presidente del Concejo Municipal. Y, con Binner-Tessio a la cabeza, se hicieron muchísimas obras. Por ejemplo, hubo fortalecimiento del sistema hídrico, incluso obras municipales que el intendente no hace. Por eso vamos a recuperar la ciudad con Emilio Jatón. Y para ello necesitamos concejales y concejalas con juventud, perspectiva, capacidad, conocimiento del territorio y, además, que representen y visibilicen lo que el radicalismo hizo por el Frente Progresista. Esa alternativa la representa Lucas Simoniello (actual subsecretario de Hábitat y precandidato a concejal). Él conoce la ciudad e hizo un fuerte trabajo para lograr que muchos ciudadanos tengan su título de propiedad. Más de 3000 títulos por año se entregan en la provincia y muchos se lo agradecen personalmente.
—Usted dice que la elección provincial se va a polarizar entre el Frente y el PJ. ¿Cómo ve a Cambiemos en este proceso?
—Veo una polarización entre Antonio Bonfatti (candidato a gobernador del Frente Progresista) y Omar Perotti, que fue ministro en la época del menemismo. Yo veo muchas similitudes entre el menemismo, el macrismo y Perotti. Y cuando digo esto, entiendo la incomodidad que genera en algunos sectores del peronismo que tienen un modelo diferente. Creo que Cambiemos en la provincia va a pagar un costo muy grande por el incumplimiento de sus promesas electorales y por la profundización de la grieta en su propio beneficio. No hay una sola medida que haya mejorado la vida de la gente. Todos los números económicos son dramáticos. El mapa político cambió: ya no hay una situación de tres tercios. Hoy el Frente Progresista está compitiendo con este peronismo que tiene un paralelismo con Macri y con Menem.
—La campaña de Cambiemos está orientada a la inseguridad, ¿qué reflexión le cabe?
—No se puede hacer política electoral con estos temas. Son muy serios. Es cierto que no se han logrado algunos objetivos, como lograr que la gente pueda caminar tranquila por la calle, pero puedo asegurar que no hay un solo día en que el ministro de Seguridad (Maximiliano Pullaro) no genere una medida concreta en ese sentido. Hay problemas grandes en los vínculos interpersonales: el 80% de los homicidios tiene que ver con una equivocada resolución de los conflictos, agravada por el uso de armas y la defensa de territorio narco. Y desde la ciudad también se podrían hacer cosas, iluminar las calles; la veo muy abandonada, con barrios precarizados y eso coadyuva con estos problemas. El intendente debería priorizar la gestión y no estar tanto tiempo en Rosario y en Buenos Aires.
—¿Se puede separar la campaña y la elección provincial de lo que está ocurriendo a nivel nacional? ¿Existe una provincialización de la elección?
—Sí, hay una clara provincialización y localización de las campañas, y eso es bueno. Antes, por votar un presidente, se votaba un intendente que no sabías quién era. Así nos inundamos, por ejemplo. Esto -la elección desdoblada- permite poner la centralidad en quién es nuestro gobernador y nuestro intendente. Por eso importa saber quién es cada uno de los candidatos. La gente tiene que saber que la provincia ha crecido en equipamiento público y eso fue una fuerte decisión política llevada a cabo por el Frente.
—Después de 12 años, ¿es necesaria una renovación dentro del Frente Progresista?
—Absolutamente. Nuestra lista de concejales marca esa renovación que la política requiere. Tenemos a Lucas Simoniello, a Virginia Coudannes y otros dirigentes con frescura e innovación. Siempre se renuevan los objetivos. El progresismo tiene que ser siempre inconformista. Hay que profundizar lo que hicimos bien y seguir cambiando lo que todavía tenemos que cambiar.
—¿Qué incidencia puede tener el resultado santafesino en la próxima elección presidencial?
—Sin lugar a duda la Argentina necesita un modelo industrialista basado en la centralidad del Estado, que ponga el acento en la ciencia, la tecnología, la innovación. El mundo está cambiando. Creo que ese proceso está en marcha, veo con expectativas estas reuniones que llevan adelante Roberto Lavagna con Ricardo Alfonsín y con Miguel Lifschitz. En ese sentido, la provincia tiene un modelo para crecer, el “modelo Santa Fe”, que interpela este péndulo perverso que ha condenado a la Argentina a los actuales niveles de pobreza. No hay ninguna política que vaya a producir un cambio si se pendula. Para dejar de pendular se necesita una calidad institucional que interpele los populismos, el proyecto es el de las ideas, en nuestro caso el continente son las instituciones y no quien coyunturalmente gobierne. El otro concepto es la cultura política de la Argentina. Gobernar no puede ser el arte de ningunear, como hizo el kirchnerismo. Por el contrario, hay que visibilizar al que piensa distinto. En la diversidad aparecen los mejores resultados. El fundacionalismo es un pecado de la política, que impide que haya procesos sostenidos en el tiempo. Por eso es importante que se sostenga lo que se viene llevando adelante en la provincia con la elección de Antonio Bonfatti.