El director Jorge Eines asume el desafío de tratar el derecho al aborto desde la poética de Federico García Lorca.
Hace apenas un mes la Compañía Tejido Abierto de la mano del director argentino-español Jorge Eines estrenó en Santa Fe Coriolano. Hay un mundo en cualquier parte. Este viernes 17 volvió a la ciudad con Dile a la Luna que venga, otro espectáculo bajo su dirección, recientemente estrenado en el teatro El Extranjero de Buenos Aires, para realizar una función en el Teatro de la Abadía (Estanislao Zeballos 3074).
Dile a la Luna que venga no es más (ni menos) que la historia de una mujer que se va adentrando en los caminos de la libertad. Y para eso, como primera medida, debe huir de su país hacia España y lo hace con su pareja, ambos detrás del mito del poeta Federico García Lorca. Los dos personajes viajarán ‘dentro’ de las maletas del poeta granadino desde Buenos Aires a la madre patria en una travesía que permite conocer el alma de esta mujer y sus conflictos, que no son más que los conflictos que han tenido las protagonistas lorquianas: la lucha entre la moral social y su deseo individual, en fin, su libertad.
Lori llega a España para continuar con su peregrinaje hacia Cataluña donde realizará la interrupción de su embarazo, mientras que recita a Lorca y va descubriendo el floreciente universo de la República en la cual la conquista de derechos de las mujeres había sido notable, incluso en 1937, cuando el aborto estaba legalizado. Ella al principio lo tiene claro: “no quiero ser transporte”, dirá refiriéndose a su vientre. Pero el personaje crece y comienza a preguntarse por su libertad y la libertad de todas las mujeres. Desde el uso del cabello suelto y sin sombrero hasta la decisión sobre su cuerpo, porque dudar también es parte de crecer en la libertad y esta obra lo demuestra con increíble maestría. El uso del tu y el contexto histórico en una primera instancia parecen chocar con la vigencia de una temática tan actual en nuestro país como es la legalización del aborto.
La dramaturgia colectiva entre Eines y los actores demuestra un profundo trabajo con la poética lorquiana como punto de partida para construir una narrativa que, sin linealidades estereotipadas, pueda contar los conflictos de una pareja no solo ante una decisión trascendental en sus vidas, sino también el cambio de una mujer que comienza, desde pasión por la poesía de Lorca hasta cuestionarse la maternidad y amor marital.
Dile a la Luna que venga se apoya en la maravillosa poesía del poeta español y no se encorseta en absoluto en lo textual. En esta puesta, la dirección de Jorge Eines, sobresale por la actuación de sus personajes. Pol, Pablo Andreoli, poniendo a jugar un cuerpo que habla con gran contenido dramático y sigue a su esposa con una devoción por momentos agobiante. ¿Qué decir de Lori? La actriz Florencia Lorenzo realiza ciertamente un trabajo conmovedor, su cuerpo habla y cada acción es producto del ritual técnico que no ha pasado por el tamiz de la razón, que no es funcional a un texto. Un gran desafío que supera con creces al recitar alguno de los poemas de García Lorca que aparecen en escena. “A las cinco de la tarde”, “ fragmentos de “Rosita la que se quedó soltera” “La sangre derramada”, entre otros.
El drama maneja con gran destreza el equilibrio sobre un tema tan sensible como actual para la sociedad: el conflicto de una mujer que aún con la libertad jurídica (ya mencionamos que el aborto era legal en la República española de 1937) parece sentir por momentos una contradicción a la hora de intervenir su cuerpo. “¿Y si somos una familia?”, dirá Pol. Lori duda porque la libertad de decidir sobre el cuerpo no significa intervenirlo irreflexivamente. La libertad para interrumpir un embarazo no significa que todas las mujeres estén obligadas a hacerlo, ni que no cueste tomar la decisión. Lo que no debería ponerse en discusión es la libertad para que aquellas mujeres que tengan la necesidad o simplemente quieran por el motivo que fuera, puedan hacerlo. Esta es una libertad que implica una decisión del Estado en su política pública en salud como en esa España de hace 80 años, que sufrirá un enorme retroceso gracias al franquismo, y que aún nosotros no pudimos imitar.
El hilo entre la pareja Pol-Lori se tensa y agrega suspenso a una trama donde no son tan necesarias las palabras. Sus caminos se bifurcan, la crueldad de la guerra azota y por momentos parece que solo el amor de Pol los mantendrá unidos. Pero ellos no se detienen y en ese eterno peregrinar el calor los agobia... el abanico rojo de Lori dibuja el contorno de su cuerpo desdoblado por la pesada valija. Y con la belleza y la concentración que solo tienen las grandes actrices, Lori mirando al cielo encuentra la esperanza, otra vez nacida primero de su cuerpo para después hablar: “Nubes como aves de algodón... un león...una liebre... no lo ves Pol?” Pero Pol ve solo “teros”, los teros de pluma y huesos que efectivamente están volando en ese cielo. “Los teros son hoscos, tontos y atacan cuando se sienten amenazados...”, le dirá Lori.
El régimen franquista ya ha matado a Lorca, Lori lo sabe y su llanto es infinito. ¿Habrán tomado el tren finalmente Lori y Pol hacia su libertad? ¿Estará vivo aún Lorca por la secreta España? ¿Quedan esperanzas en ese país que se desgrana? Será tarea de los espectadores y espectadoras responder estas preguntas.
Ficha técnica
•Una dramaturgia de Pablo Rodríguez Andreoli, Florencia Lorenzo y Jorge Eines inspirada en Federico García Lorca.
•Dirección: Jorge Eines.
•Elenco: Florencia Lorenzo y Pablo Rodríguez Andreoli
•Escenografía y Vestuario: Lucia Maisano, Dalila Weil
•Asistencia General: Pilar Ivorra