Ada Hegerberg ganó el sábado la Champions League, convirtiendo tres de los cuatro goles de su equipo, pero no irá al Mundial de Francia en protesta por las desigualdades sexistas.
Ada Hegerberg es la mejor jugadora de fútbol del mundo. Hace sólo cinco meses, en diciembre de 2018, por primera vez en la historia se entregó el premio Balón de Oro al fútbol femenino y la distinción fue para la noruega. En esa oportunidad la delantera nórdica superó a futbolistas de la talla de la brasileña Marta, la australiana Sam Kerr, la danesa Pernille Harder o la holandesa Lieke Martens.
France Football, la legendaria revista que inventó los premios más esperados por el mundo futbolístico, intentó subirse a la ola feminista y decidió aportar su granito de arena en un terreno que todavía sigue siendo hostil para la mujer. Pero en esa oportunidad ocurrió algo tan noticioso como la misma entrega del primer Balón de Oro para una jugadora de fútbol.
Tras recoger el trofeo, cada galardonado bajaba por las escaleras y se encontraba allí con el DJ francés Martin Solveig, la noruega se encontró así por primera vez cara a cara con Solveig, quien lo primero que le preguntó tras hacer historia fue: “¿Sabes bailar twerking (perreo)?”. La respuesta de la futbolista del Olympique de Lyon –equipo que había colocado a siete de sus jugadores entre las quince finalistas al Balón de Oro– contestó con un rotundo “No” y con cara de pocos amigos.
Algunos minutos antes Mbappé había recibido el mismo premio, pero el DJ francés jamás le preguntó algo similar. El comentario machista, además de manchar la ceremonia, ponía en evidencia uno de los tantos motivos por el cual demoraron décadas en reconocer a una futbolista.
Ada Hegerberg, una rubia de típicos rasgos nórdicos, al recoger el Balón de Oro señalaba que el premio era “un paso importante para el fútbol femenino, y juntas vamos a conseguir más”. A pocos días para el comienzo de una nueva Copa del Mundo (al igual que el premio, también la sede es Francia) y a cinco meses de aquella frase que sonó a grito de lucha para todas, la futbolista del Olympique de Lyon vuelve a ser noticia. Esta vez no es un premio, tampoco es por sus goles o títulos, esta vez es por su decisión de no participar en el Mundial.
No jugará en la máxima cita del fútbol como medida de protesta, para visibilizar y terminar con la desigualdad sexista que todavía se mantiene en el fútbol de su país. “No es todo el dinero. Se trata de la preparación, del profesionalismo, puntos muy claros que les presenté directamente a ellos cuando tomé mi decisión. El fútbol es el deporte más importante de Noruega para las niñas y lo ha sido durante años, pero las chicas no tienen las mismas oportunidades que los chicos”, dijo la mejor del mundo en una entrevista en la CNN.
La noticia de semejante baja se conoció el 2 de mayo, al oficializarse la lista de 23 jugadoras que participarán en la Copa del Mundo.
Continuidad en la lucha
Después de jugar la Eurocopa 2017, la futbolista explicó que dejaba la selección como medida de protesta y porque ya no tenía motivación para seguir representando a su país. Su hermana Andrine, mediocampista del Partís Saint Germain, también quedó fuera de la selección de Noruega.
También en el año 2017, como reacción a la decisión de Ada, la Federación Noruega de Fútbol y la Asociación de Jugadores firmaron un acuerdo histórico de equiparación salarial entre hombres y mujeres. Las futbolistas duplicaron el sueldo que percibían, al punto que la cifra mensual pasó de 330 mil euros a 640 mil mientras que la de los varones pasó de 700 mil a 642. El acuerdo salarial no torció el brazo de Hegerberg, quien exigió cambios más profundos: “Se trata de la preparación, de actuar, del profesionalismo, puntos muy claros que les presenté directamente a ellos cuando tomé mi decisión”.
Con respecto a la determinación de la delantera, el DT del seleccionado noruego, Martin Sjogrem, dijo: “Como técnico necesitas centrarte en las jugadoras que quieren ser parte de este equipo y Ada no quiere. Respetamos su decisión y trabajamos duro con las otras jugadoras que han hecho un excelente trabajo”.
Ada y su selección
Noruega tendrá un grupo muy complicado en el Mundial, ya que integrará el “A” con el local, Francia, Corea del Sur y Nigeria. Las nórdicas ocupan el puesto 12 de FIFA, mientras que las francesas ostentan el 4, las coreanas el puesto 14 y las nigerianas el 38.
El debut de Noruega será ante Nigeria, el sábado 8 de junio, en la ciudad de Reims.
La historia de las noruegas en los mundiales es muy rica, ya que lograron el título en 1995, que fue la segunda Copa del Mundo de la historia. En esa oportunidad el Mundial se disputó en Suecia, y Noruega le ganó la final a Alemania por 2 a 0.
Además, Noruega es de las pocas selecciones que estuvieron en los siete mundiales que se disputaron, y obviamente estarán en el próximo.
Por su parte, Ada es una jugadora que consiguió 10 títulos con el Olympique de Lyon. Con el equipo más poderoso de Europa en los últimos años, la noruega ganó siete campeonatos locales (cuatro Ligas y tres Copa de Francia) y tres Ligas de Campeones. Con respecto a la famosa Champions, este 18 de mayo en Budapest (Hungría), Olympique y Barcelona juegan la final. Una vez más la mejor jugadora del mundo estará a las puertas de un título internacional.
Una jugadora argentina, Soledad Jaimes, comparte desde este año el plantel con Ada Hegerberg. La futbolista entrerriana llegó a principios de año al Olympique, y no solo que comparte el plantel con la mejor del mundo, además compite por el mismo puesto, ya que también es delantera.
Allá, acá y en todas partes
Las convicciones de la mujer que naciera hace 23 años en la pequeña ciudad de Molde pueden ser tan ovacionadas como los goles que hace en el Olympique, y desde su rol de futbolista las ejerce para ser una luchadora más por la igualdad de género en todo el planeta, por más que veamos a Noruega y otros países nórdicos como ejemplos puros, inmaculados y progresistas a seguir.
Mientras tanto, por estas tierras, la santafesina Macarena Sánchez ya provocó el puntapié de la profesionalización. Aunque ese gesto de AFA tenga sabor a poco y la lucha continúe, vale un puño bien alto y un gran abrazo de gol.