Las primarias dejaron un panorama para trazar pisos y techos de votos y, también, para estimar adónde hay que ir a pescar los electores, en un paseo electoral por la provincia. Mirá en los mapas en qué departamentos se juega la elección para cada candidato.
El 16 de junio está a la vuelta de la esquina y quedaron apenas tres contendientes en la carrera para la Casa Gris, dos con mayores oportunidades y uno muy rezagado. El corte de boleta compulsivo que produce la boleta única generó todo tipo de cruces entre categorías, lo que permite estimar cuáles son los mínimos y los máximos de cada candidato, más allá de cómo orienten sus campañas en función de seducir a los votantes.
Una hipótesis básica indica que es más fácil pescar votos en la propia pecera. Si un candidato a intendente –o a senador en el interior de la provincia– supera con muchos votos a un candidato a gobernador de la misma lista, lógicamente que el primer lugar para ir a cazar votos está allí, adhiriendo la imagen al ganador territorial y, más en particular, aprovechando sus soldados, que son los que verdaderamente conocen el terreno. También puede pensarse, a la inversa, en la tracción del candidato a gobernador.
A partir de esta hipótesis, entonces, podemos ir a ver dónde están los votos que los candidatos necesitan para ganar. Todos los datos están producidos con información del escrutinio provisorio, las diferencias respecto del escrutinio definitivo no alteran las proporciones.
Juntos
Que Omar Perotti cuenta con el ancho de espadas nadie lo niega. Lo único que tiene que hacer el rafaelino es no darle más temores al kirchnerismo no peronista, una identidad política fuerte y amplia en una provincia con antecedentes como los votos de Elisa Carrió en el 2003 y la potencia del Frepaso en los 90. Hay un voto progresista y popular que de por sí ya tenía en claro su elección por María Eugenia Bielsa en las primarias y su voto por Antonio Bonfatti en las generales, de no ganar la rosarina en la interna. En los cuarteles del socialismo se especulaba que era más fácil batir a Perotti que a Bielsa, por este mismo motivo. Lo que no esperaban es la baja cantidad de votos del candidato propio. A la inversa, nunca se vio con tanta confianza y aplomo a los peronistas como en estas elecciones.
A la hora de ir de pesca en la propia piscina, el primer dato es que la suma del electorado que votó a Bielsa y Perotti alcanza los 677 mil votos sobre una participación del 69% del electorado.
• Supera en 289 mil votos a la suma de todos los candidatos de ese frente en la categoría de diputados.
• En la ciudad de Santa Fe, la categoría de gobernador de Juntos sacó 34 mil votos más que la suma de los candidatos a intendente. En Rosario, la diferencia es de 39 mil, si se considera a Juan Monteverde, de Ciudad Futura, como un candidato de Juntos. Si no, la diferencia es de 90 mil votos.
• En la categoría de senador, la más poderosa en el interior de la provincia, sólo en nueve casos los candidatos departamentales de Juntos obtuvieron más votos que la suma de Perotti y Bielsa. Hasta en La Capital, con un pingo ganador como Marcos Castelló, Perotti y Bielsa sumaron más votos (apenas 1302). Esos votos para sumar en el interior –electores que votaron a un senador de Juntos y a un gobernador de otro partido– apenas suman 38 mil.
¿Cuántos son los votos del kirchnerismo no peronista que el socialismo puede pescar? ¿Uno de cada diez votos de Juntos, dos de cada diez, tres de cada diez? Una mayor participación del electorado puede darle más volumen al caudal de votos de Juntos, pero las preguntas son válidas porque, como frente, parece que Juntos llegó a su techo de votos. Último tip: ¿qué pasa si habla CFK?
Frente Progresista
Los ánimos en el socialismo y sus partidos aliados son contradictorios. Como frente, puede retener las dos principales ciudades de la provincia y la Cámara de Diputados, pero está el riesgo real de perder Casa Gris. Yendo más al detalle, en Rosario, con Pablo Javkin, el socialismo dejará el poder por primera vez en tres décadas, gane o pierda el Frente Progresista, mientras que en Santa Fe los votos son toditos –o en buena parte– de Emilio Jatón.
Antonio Bonfatti casi fue el peor candidato en todas las categorías del Frente Progresista. Es un dato que puede preocuparlos pero que, a la inversa del caso de Juntos, también muestra que los 494 mil sufragios de la primaria son sólo un piso. En un repaso rápido:
• Bonfatti sacó 49 mil votos menos que los que encabezó Miguel Lifschitz en la lista de diputados provinciales.
• En Rosario, la suma de los votos de Pablo Javkin y Verónica Irizar (los precandidatos del Frente Progresista que disputaron la interna para la intendencia), superó en 52 mil votos a Bonfatti.
• En Santa Fe, Jatón le sacó 38 mil votos a Bonfatti.
• Hasta la suma de Jorge Henn y Miguel González obtuvo más votos que Bonfatti, en el departamento La Capital (3756 votos). En Rosario, la luz de los candidatos al Senado fue mayor, 26 mil votos.
• En el interior de la provincia, Bonfatti quedó debajo de los candidatos a senador en ocho casos. Dos de ellos son muy significativos: General López, al mando del conservador Lisandro Enrico, y General Obligado, donde Orfilio Marcón tuvo una interna que le sumó una pila de votos que –evidentemente– eligieron otro candidato a gobernador. Bonfatti tuvo una fuga de al menos 49 mil votos en el interior de la provincia.
Al revés del caso de Juntos, el Frente Progresista está en su piso. Un piso que quedó bajito, bajito. Y encima, la campaña rosarina tendrá características inéditas.
Lo cierto es que a Bonfatti se le escaparon muchos electores y que tiene, en consecuencia, un potencial de pesca en la propia pecera bastante importante, que arranca en los 79 mil votos para recuperar y que tiene como máximo los 140 mil sufragios.
Cambiemos
José Corral sufre los efectos del derrumbe económico nacional, del mismo modo que Albor Cantard disfrutó en 2017 del pico de popularidad del sello Cambiemos. El oficialismo nacional hizo una muy mala performance. Con 312 mil votos, el intendente de Santa Fe quedó tercero lejos y sin muchos argumentos para pescar más votos. Es más, con la espiralización de la crisis todo indicaría una fuga en dos direcciones: del viejo reutemanismo a Perotti –si ya no lo hizo, en verdad– y del antiperonismo más rancio a Bonfatti. Esa última porción del electorado seguramente vivió las primarias como una falsa interna. Baste sumar además que todos los jefecitos territoriales de Corral no son desconocidos de las estructuras del socialismo, que debe estar comiendo peones a dos manos, sobre todo teniendo en cuenta que en el armado de listas se le entregó una buena porción de todo al PRO. Yendo a las cifras:
• Corral sacó 119 mil votos más que su lista de candidatos a diputados, encabezada por el concejal rosarino del PRO Gabriel Chumpitaz.
• Corral sacó 21 mil votos más que Adriana Molina, la candidata a senadora por La Capital. También superó en 10 mil votos al candidato a senador por el departamento Rosario de Cambiemos.
• Corral sacó 14 mil votos más que Cantard, candidato a la intendencia de Santa Fe. En Rosario sí tiene algo para pescar, unos seis mil votos de ventaja que sumaron el malogrado Roy López Molina junto al eterno Jorge Boasso, en la disputa por la intendencia.
• Corral quedó por encima de sus candidatos a senador en todos los departamentos, menos cuatro. En el interior de la provincia tiene apenas 15 mil votos por ganar.
Esa es la verdadera dimensión de la derrota de Cambiemos en la provincia: Corral fue el mejor candidato posible, pero quedó tercero cómodo y cerca del techo de los votos que puede conseguir.
En resumen
Corral tiene las menores chances de llegar a Casa Gris. Perotti sólo necesita de un sólido cerco sobre los votos menos peronistas que obtuvo Bielsa, ya que Juntos parece haber llegado a un techo. Si sobreactúa, los votantes históricos del rafaelino no se asustarán ante lo que reconocerán como humo de campaña. Y puede ser que Juntos levante algunos votos más de Cambiemos, no muchos, del viejo reutemanismo.
Si bien roza el techo de sus votos, Perotti tiene la mayor chance de ganar. Bonfatti, que está en su piso de sufragantes, deberá mostrar dotes de boxeador: primero defender y recuperar votos de su propia pecera, por izquierda deberá ir por los votos de Bielsa y por derecha por los votos de Corral. Puesto en cifras: con poco más del 20% de los votos de Bielsa y el 30% de los votos de Corral, gana. Dicho en una línea parece una pavada, pero para el Frente Progresista es el desafío más grande de sus 12 años en el gobierno.