Con la experiencia de 2017 y la construcción paciente de su presidente, Ricardo Olivera, el peronismo puntea tras las primarias. Omar Perotti debe evitar la fuga de votos si quiere llegar a la Casa Gris.
Por primera vez desde que dejó el gobierno provincial en 2007, el peronismo avanza con chances de volver a la Casa Gris. Los resultados de las primarias del 28 de abril ubicaron al frente Juntos (PJ y aliados) al tope de las preferencias. Pero en el conteo individual, el socialista Antonio Bonfatti obtuvo mejores números que el ganador de la interna justicialista, Omar Perotti. Las experiencias recientes, sobre todo a partir de la implementación de la boleta única, obligan a ser cautos. No está dicha la última palabra; el comportamiento electoral de los santafesinos ya ha dado señales difíciles de interpretar.
Si Perotti logra contener los votos que obtuvo su rival María Eugenia Bielsa en las primarias, el peronismo volverá a gobernar la provincia. En ese escenario, el Frente Progresista debería cosechar 200 mil votos más que el 28 de abril para retener el poder.
En 2007, Hermes Binner ganó las elecciones con 860 mil votos: una cifra solo equiparable a las que solía sumar Carlos Reutemann en los 90. En 2011, Bonfatti se impuso con algo más de 680 mil votos. Cuatro años más tarde, Miguel Lifschitz era electo gobernador con apenas 584 mil votos, en un inédito escenario de tres tercios.
La merma en el caudal electoral del Frente Progresista se observó también el pasado 28 de abril: según los datos del escrutinio definitivo, Bonfatti sumó algo más de 510 mil votos.
El contraste es la evolución del peronismo luego de la derrota de 2007. En 2011 Agustín Rossi fue víctima de la fuga de votos de los sectores ortodoxos y anti K hacia Miguel Del Sel. Rossi apenas logró 388 mil sufragios y el PJ fue tercero. Cuatro años después, Perotti (sin internas) superó los 550 mil votos en las generales y se ubicó, también tercero, pero muy cerca de Lifschitz y Del Sel. En las Paso de este año logró 465 mil votos, pero sumados los dos precandidatos el PJ ganó la categoría de gobernador con 704 mil votos.
El comportamiento de los votantes de Bielsa (fueron 239 mil en las Paso) será decisivo para que el PJ pueda cantar victoria en las generales el 16 de junio.
Un frente amplio
La remontada que hizo Perotti entre las primarias y las generales de 2015 (pasó de 365 mil a 558 mil votos) y la buena performance de la dupla Rossi-Rodenas en las intermedias de 2017 (esa vez, sin fuga de votos) fueron el prólogo del armado electoral de 2019.
El primer paso hacia la proclamada “unidad” fue el Congreso Provincial del PJ realizado el 1º de diciembre de 2018 en Santa Fe. Allí se acordó una política “amplia” de alianzas, que iba a catalizarse más tarde a través del frente Juntos. En aquel momento, el presidente del PJ, Ricardo Olivera, habló de “poner todo el esfuerzo para replicar la experiencia de 2017 y volver a gobernar la provincia”.
En febrero de este año, poco antes del cierre de listas, el peronismo selló un acuerdo con aliados históricos –y otros nuevos– en el que confluyen todas las vertientes del partido, incluidos el kirchnerismo y el massismo. El frente Juntos contiene al PJ y otras 13 fuerzas políticas: Partido Progreso Social, Partido Solidario, Movimiento de Integración y Desarrollo, Frente Grande, Partido Comunista, Producción, Trabajo y Desarrollo, Encuentro por la Democracia y la Equidad, Partido de la Cultura, la Educación y el Trabajo (que a nivel nacional orienta Hugo Moyano), Frente Renovador, Partido Demócrata Cristiano, Partido Abrazo Solidario (de Carcarañá), Firmat Futura y Partido Acción Vecinalista Sunchalense.
La principal novedad de 2019 fue la incorporación del Frente Renovador, que desde 2013 venía presentando listas propias en Santa Fe, en línea con la estrategia electoral de Sergio Massa. La conformación del frente Juntos ensanchó las fronteras del PJ y le otorgó posibilidades reales de obtener la gobernación.
Los votos de Bielsa
Los resultados del 28 de abril dispararon varias incógnitas; una de las principales es el destino de los 239 mil votos que obtuvo María Eugenia Bielsa y que no necesariamente va a conservar Perotti (el antecedente más cercano es la fuga de votos hacia Del Sel, en 2011, que perjudicó las chances de Agustín Rossi, el vencedor de aquella primaria).
Rápido de reflejos, el diputado socialista Rubén Galassi, jefe de campaña de Bonfatti, salió a planear el dilema al señalar que los comicios de junio no están resueltos “porque los votos no tienen dueño y menos con boleta única”. En base a los mismos antecedentes, Galassi concluyó que “los votos no son de los candidatos sino de los ciudadanos”. El Frente Progresista, está dicho, irá en busca de los electores de Bielsa.
La propia Bielsa fue la primera en responder esa hipótesis: “Se equivocan el actual gobernador (Lifschitz) y su candidato a sucederlo (Bonfatti) si creen que pueden pescar voluntades entre quienes acompañaron a nuestro espacio. Lo hemos dicho durante la campaña: el Frente Progresista y Cambiemos son un límite político”. De ese modo, aunque esquive las fotos “de unidad”, la arquitecta rosarina reafirmó su apoyo a Perotti para las generales de junio.