En 2019 se registra el menor consumo de carne vacuna desde 1958. En lo que va del año cayó 12,7% la cantidad de kilos consumidos por habitante, en comparación con 2018. Mientras tanto, los ganaderos aumentaron sus exportaciones un 77% en 2018 y un 41% en el primer trimestre de 2019.
¿Viste que ya no comés asado todos los fines de semana? ¿Viste que el kilo de chinchulines sale 100 pesos? ¿Viste lo que es el modelo Cambiemos? Durante los años del macrismo nunca se alcanzó a comer la misma cantidad de kilos de carne que se comieron en 2015, 2014, 2013 o 2012. Es más, hay varios récords: 2019 viene siendo el año de menor consumo en la historia, 2016 ahora pasa a ser el tercer año con menor consumo en la historia (detrás de 2011), luego viene 2018 como el cuarto peor año y 2017 como el sexto peor año (detrás de 2010). En lo que va registrado de 2019, el primer trimestre, el consumo de carne per cápita cayó 12,7%. Sólo en marzo la merma fue de 18,2%, siempre en comparación con 2018.
Lo notable es que, mientras tanto, el IPCVA también informa que en el año pasado las exportaciones de carne crecieron un 77% interanual. La Cámara de la Industria y Comercio de Carnes suma un dato: en el primer trimestre de 2019 las exportaciones subieron un 41,6%. El sector ganadero vuela y genera divisas a lo loco. ¿Tiene esto alguna relación con el mercado interno? Depende del punto de vista. Los ganaderos dicen que está trabajando en el tope de su capacidad instalada, algo que no ocurre casi en ningún otro sector de la economía, mucho menos en tu parrilla, que lo único que tiene instalado es el recuerdo de una molleja y la nostalgia de un riñón. Sí se puede afirmar una cosa: decididamente la buenaventura de los ganaderos no tiene absolutamente nada que ver con lo que pase en la mesas de las familias argentinas.
En comparación con 2015, en marzo el consumo de carne vacuna per cápita cayó un 20,95%. También en la misma comparación, el primer trimestre de 2019 está 13,98% abajo de 2015. Por cierto, mientras los ganaderos levantaban verdes con pala en 2018, el consumo de los argentinos cayó en el año un 1,65% respecto de 2017. Como se señaló, nunca durante el gobierno de Macri se alcanzó la cantidad de kilos consumidos en 2015: 58,58 kilos per cápita, contra 55,32 en 2016, 57,45 en 2017 y 56,5 en 2018. Ese es el nivel del daño del modelo Cambiemos.