Es un espacio de amistad y compañía para los y las futbolistas en actividad o en el retiro.
Los días posteriores al retiro de los futbolistas profesionales (que tenían buenos sueldos) suelen ser de alivio, cuentan que comienzan a vivir la vida familiar de otra manera, con más tiempo y mayor dedicación. Aparecen las visitas a los amigos, los viajes sin tiempo y la tranquilidad de emprender un proyecto, vinculado o no al fútbol. Pero luego de ese período varios pueden caer en un malestar al que no le encuentran respuesta. La visita a los profesionales de la psicología es una salida saludable para muchos, pero otros se quedan, peligrosamente, envueltos en recuerdos emotivos de entrenamientos, partidos y concentraciones en centenares de hoteles.
Una investigación de la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (FIFPro) asegura que el 38% de los jugadores sufre depresión o problemas psicológicos, en especial los que atraviesan lesiones graves. En la población en general, el porcentaje varía entre el 13 y el 17%. Y después del retiro comienzan los problemas de insomnio, angustia y alcoholismo. La depresión ganó las primeras planas de los problemas de salud en la sociedad moderna. Y en el fútbol, aún más. Una de las claves para entender semejante dificultad pasa por no preparar a los jugadores para el día después del fútbol.
La experiencia cercana
El pasado mes de abril Julio Toresani decidió quitarse la vida. La medida más extrema que puede tomar un ser humano sacudió una vez más al corazón del fútbol, llegaron los lamentos, las preguntas sin respuestas y la inacción de los que ya sabemos que se tienen que mover.
El presidente de la Liga Santafesina de Fútbol, Axel Menor, con toda la angustia del caso, le decía a los medios de comunicación a las pocas horas de conocer la noticia: “Hicimos lo más humanamente posible para ayudarlo. Él había venido de Uruguay al estar al frente de Rampla Juniors, y después de desvincularse tuvo un distanciamiento familiar y nos pidió si podíamos darle una mano y tenerlo cerca de los chicos nuestros que estaban trabajando aquí en el predio. Hace 30 días que estaba con nosotros”.
Desde la Liga Santafesina, con el presidente al frente, se habían puesto en acción. “Le habíamos acondicionado un lugar que eran oficinas para que duerma, con una heladerita, un televisor, las comodidades acordes a una persona. Estaba allá en el Predio de la Liga (zona norte de Santa Fe), un poco alejado de la gente y de la familia también”, agregó.
Menor, en esa charla que se repetía con la prensa, recordaba el último encuentro con el ex Unión, Colón, River y Boca: “Ayer estuve hasta las 6.30 con él porque los chicos me habían manifestado que estaba desganado y lo fui a sacar de la habitación para que comparta conmigo y miremos alguno de los partidos de los juveniles. No quiso. Estuvimos charlando un largo rato y lo dejé. Esta mañana me llaman los chicos de allá y me dicen que cuando fueron a preguntarle si necesitaba algo lo encontraron fallecido”.
Y una vez lanzaba su costado más humano: “De parte nuestra tratamos de darle la asistencia humana de amigos, tratar de darle una mano, y estábamos buscándole la vuelta para que esté dentro de la Liga”.
En el mes de marzo el fútbol santafesino tuvo otra gran pérdida, la de José Luis Saldaño, el famoso “Poroto”, uno de los máximos ídolos de Colón. Más allá que el fallecimiento del ex sabalero se desencadenó por causas de una enfermedad cardíaca, la situación personal no era la mejor, y en ningún momento contó con la contención necesaria de alguna institución vinculada al fútbol (Colón, Futbolistas Agremiados, etc).
La idea, la acción
Antes de la muerte de Toresani, la idea de Axel Menor para ayudar a ex jugadores ya estaba dando vueltas por su cabeza. Y fue así como en la primera semana de junio se presentó La Casa del Fútbol en Santa Fe. La iniciativa que surgió de la mano de la Liga Santafesina fue presentada por Axel Menor y los exfutbolistas Nery Pumpido y Esteban Fuertes, que serán presidente y vice de dicha institución.
La entidad abarcará a todas las personas que estuvieron y están allegadas al fútbol profesional de Santa Fe. Se buscará contenerlos socialmente, como también brindar herramientas para que luego de dejar la actividad puedan manejarse dentro o fuera del fútbol.
La Casa del Fútbol realizará capacitaciones y otorgará atención médica y orientación profesional por parte de abogados, contadores y médicos. Una de las bases es la experiencia que se ejecuta en Holanda, con FIFPro. En dicho país europeo se trabaja sobre cinco dimensiones principales: el desentrenamiento, las patologías osteoarticulares, la promoción de un estilo de vida saludable, la prevención de problemas de salud mental y cognitiva, y las posibilidades de empleo y educación.
Vale destacar que se pondrá a disposición un ambiente en el que se puedan relacionar entre ellos disfrutando de un café, un asado o una peña. La casa está en Corrientes 3031, muy cerca de lo que es hoy la casa madre del fútbol liguista de la ciudad de Santa Fe.
Nery Pumpido es la máxima referencia de La Casa del Fútbol, seguido por Esteban Fuertes, pero además se hicieron presentes en la inauguración Luciano Zavagno, Adrián Marini, Fernando Alí, Darío Cabrol, Edgar Fernández, Claudio Mir, Ramón Mántaras, Gustavo Sandoval, Roberto Battión, Luis Abdeneve, José Luis Marzo, Ramón Mántaras y Martín Mazzoni.
Ayuda integral
En contacto con la prensa, Pumpido dijo: “Hace un tiempo que venimos hablando de esta idea con Axel (Menor) y con otros muchachos. Veíamos que podíamos ayudar a muchos exjugadores, pero también a futbolistas que están en actividad. Los vamos a asesorar, a brindar contención desde muchos aspectos, puede ser en lo laboral, en lo psicológico, físico y también en el plano de lo educativo, entre otras cosas”. Y además destacó que “también estará a disposición del fútbol femenino”.
El arquero campeón del mundo en 1986 agregó al tema: “Brindaremos una ayuda integral, en todo lo que se puedan imaginar y ahora estamos realizando una especie de censo de ex jugadores y ya tenemos más de 120”. Según Pumpido en “aproximadamente un mes la Casa del Fútbol estará funcionando, por ahora venimos muy bien, con muchos interesados y con instituciones vinculadas al fútbol con las que ya estamos en contacto”.
Preguntas que duelen
Juan Manuel Herbella, excompañero de Toresani en Colón en 2002, en un artículo periodístico se preguntó: ¿Es posible que veinte años después de haber salido campeón y de haber jugado en los mejores equipos de Argentina un ex futbolista se suicide viviendo sólo en la miseria absoluta? ¿Qué nivel de padecimiento hay detrás para llegar a ese punto y tomar semejante decisión? ¿No podemos hacer algo para registrar estas situaciones y acompañar de manera institucional? ¿Qué hacemos en las etapas formativas para evitar que los futbolistas de hoy no sean los Toresani de mañana?