Los datos oficiales marcan que 2019 viene siendo el año en el que menos carne se comió en Argentina. Respecto del año pasado, la merma es del 12,76%. En la comparación con 2015, la caída llega al 14,67%. Las bajas de dos cifras se suceden desde el año pasado.
El consumo per cápita de carne vacuna bate récords de malaria. Enero fue el peor enero desde que hay registro. Lo mismo sucedió con febrero, abril, mayo y junio. Marzo es el segundo peor marzo de la historia, detrás de marzo de 2008. El último dato oficial corresponde a junio, que tuvo una baja del 12,79% en el consumo de carne respecto de junio de 2018. La comparación con 2015 marca que la caída alcanza el 19,51%: una de cada cinco personas dejó de comer carne, literalmente.
Desde noviembre pasado, todos los meses tienen mermas interanuales de dos cifras (con la excepción de enero, con una baja de 7,21%). Son cifras de quebranto. En noviembre de 2018 la caída fue de 12,4%, en diciembre de 13,3%, en febrero de 11,09%, en marzo de 17,77%, en abril de 14,24% y en mayo de 13,39%.
Como se sabe, el consumo per cápita se calcula a partir de la división de la cantidad de carne vendida sobre la población. Nada dice respecto de quienes no bajaron su nivel de consumo y quienes sí. Eso quiere decir que, indudablemente, hay quienes tuvieron una caída mucho mayor en la costumbre de comer vaca.
La comparación semestral arroja una baja del 12,76%, en comparación con 2018. La merma, en comparación con 2015, es del 14,67%. Es un montón. Ya la gestión Cambiemos tenía el segundo y tercer puesto en el ránking del menor consumo anual de carne. El 2016, con 55,42 kilos per cápita en el año, y el 2018, con 56,48 kilos per cápita, fueron mejores que 2011, con 55,2 kilos per cápita en el año. Ese es el podio de la malaria. Sin embargo, al ritmo actual, 2019 será el año en el que menos carne se coma en la historia. Al momento, el consumo de este año está 6,04% abajo del año más horrible, 2011. Nada dice que en los seis meses que faltan esa diferencia se pueda revertir.