Dame tu aplicación

“Donde el tiempo es hoy
y desde hoy
tu único tesoro”
Hugo & Los Gemelos

 

Las aplicaciones fueron diseñadas para resolver o facilitar operaciones en dispositivos móviles. Las apps son por tanto programas pensados  para smartphones, televisores inteligentes y tablets, caracterizados por ser útiles (allí radica el principal problema), dinámicos, fáciles de instalar (unos pocos clics y firma de todos los derechos) y sencillos de manejar. Tan simples que los podría operar un primate, sin con esto ofender a los monos o a los pequeños seres que aun sin hablar pueden manejar el celular.  Algunas de las aplicaciones dependen de conexión a Internet para funcionar como las asociadas a redes sociales, las noticias, las que piden comida, etc. Es decir que lo importante es que gastemos datos o le robemos el wifi al vecino, da igual, mientras alguien pague con tiempo para ganar tiempo usando las aplicaciones, los datos, internet la luz y la compra de un equipo nuevo para nuevas aplicaciones que necesitan de espacio. Un segundo vale más que cualquier guerra.

Los dispositivos móviles no tienen cuerda, cuando te regalan un celular te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de likes, un calabozo de aire… podría decir Cortázar mientras sube una foto con un cono naranja en la cabeza a Instagram.

El viejo televisor pelotudo que no necesitaba internet tampoco servía para nada pero al menos no te espiaba, no grababa las conversaciones ni mucho menos. 

Hoy sabemos que las app quieren saber todo de nosotres. También sabemos que los teléfonos nos escuchan y que toda información puede ser vendida para ser analizada para luego tener a Macri de presidente bailando Gilda. Pero al menos, las app nos buscan pareja, nos seleccionan música, nos guían por ciudades que no conocemos y nos avisan de los cumpleaños de gente que no vemos hace 10 años.

Ahora, ¿qué nos pasó como humanidad que pasamos de cazar pokemons por la calle a envejecer nuestro rostro? No lo sé, es un enigma. Por suerte, Faceapp solo se centró en el rostro, porque cuerpos envejecidos ya sería demasiado y ni hablar si también modificaba el espacio, eso sí sería terrible. Lugares desérticos, ríos secos y todo más húmedo acompañado de cuerpos tatuados y envejecidos. Oh sí, dame tu cosita.

De todas maneras, lo peor sería que la aplicación pueda mostrarte el envejecimiento de tus ideas... La locura con el tiempo es coherencia pero nadie sabe lo que puede un cuerpo, diría Spinoza mientras le da un match a Beatriz Sarlo.

Vladimir Putin ya iba por su tercera reelección en el Soviet de Estudiantes.

Ahora resulta que el problema son los datos biométricos, si esos mismos que nos pide la AFIP al realizar ciertos trámites complejos o Facebook cuando etiquetas a alguien.

La biometría es la ciencia y la tecnología dedicada a medir y analizar datos biológicos. No hay que confundirla con la bioquímica. En el ámbito de la tecnología de la información, la biometría hace referencia a las tecnologías que miden y analizan las características del cuerpo humano, como el ADN, las huellas dactilares, la retina y el iris de los ojos, los patrones faciales o de la voz y las medidas de las manos a efectos de autenticar identidades. Nos perseguimos tanto y luego juntamos firmas con los vecinos para que nos pongan una cámara las 24 horas en nuestra cuadra.

No te confundas yo no camino para atrás como un cangrejo. No te creas tan importante nos diría Pablito con Viru Kumbieron. Por ahora el capitalismo de plataformas quiere saber qué, cómo y cuándo venderte algo, lo que sea. Eso ahora, en el futuro para qué va a servir todo la información que brindamos nadie sabe. Habrá que hacerse cargo. 

Ah, Faceapp es de un ruso que también se queda con los datos, la propiedad de las fotos, etc. Es igual que todas las otras. ATR perro cumbia cajeteala piola gato.

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