El macrismo cierra su penoso ciclo con un descontrol total de la economía, arrojando a millones de argentinos a la pobreza y destruyendo el tejido productivo del sector privado.
El gobierno no mueve ni una coma de los trazos maestros de su política económica e intenta parches de imposible aplicación, que además afectan directamente los presupuestos (y la gobernabilidad) de las provincias. Algunos le dicen “morir con las botas puestas” a lo que en verdad es una peligrosa necedad.
La crisis desatada a comienzos de 2018 toma ribetes cada vez más temibles. Frente al horizonte de un cambio de gobierno, dialogamos con once referentes para conocer su evaluación sobre el proceso atravesado los últimos años, sus expectativas y sus deseos.
Karla Sosa, Unión Trabajadores de la Tierra. El país se está yendo de nuestras manos como pequeños productores. Los insumos que el productor necesita nos los quieren vender a precio dólar, o hasta no nos quieren vender porque el precio no está estable. El pequeño productor está en peligro de extinción, ya que no podemos comprar para seguir produciendo.
Las medidas que se fueron tomando estos últimos años fueron malas, por ejemplo sacaron el monotributo social agropecuario. Vamos perdiendo terreno como cinturón hortícola, el gobierno prefiere beneficiar a los grandes sojeros antes que a los productores que le damos comida al pueblo. El monocultivo de soja, el extractivismo, la tala de árboles, la falta de regulación sobre cuáles son los terrenos para el cultivo, hacen que se vaya perdiendo terrenos productivos y nuestra identidad.
Nosotros estamos pidiendo medidas para garantizar que los argentinos se alimenten de modo sano y soberano y se genere trabajo digno; queremos que haya una participación de las organizaciones de pequeños productores en los organismos del Estado (nacional, provincial y municipal); exigimos la reglamentación y aplicación de una reparación histórica de la agricultura familiar; queremos que se descalcen los costos de tarifas y combustibles respecto del dólar; y proponemos el acopio estatal de granos (cereales y oleaginosas) con puertos secos, por regiones y a precio justo, e implementar políticas impositivas segmentadas según superficie y producción.