Cien mil pesos de gas y un gobierno nacional que prometió reintegros pero nunca cumplió.
El término crisis económica es diminuto para abarcar todo lo que destruyeron y destruyen los tipos que llevan las riendas de Argentina desde el 10 de diciembre de 2015. Si las consecuencias sólo fueran monetarias estaríamos ante un panorama complicado, pero no con estas características de gravedad que atraviesa y se profundiza en la población cuando se levanta la cabeza parar mirar el futuro.
No acceder a vacunas mata, no acceder a medicamentos mata, no acceder a un alimento digno mata, no acceder a un empleo mata, no acceder a la cultura mata, no acceder a la educación mata, no acceder al deporte mata. Entiéndase el concepto de matar en su significado más literal y en todas sus concepciones de deterioro económico, de salud, social e intelectual. Entre todos esos aspectos que la economía de la Alianza Cambiemos destroza a diario está el deporte, una actividad que está directamente relacionada con su función social y de salud.
El rol que juegan los clubes es vital para colaborar con una sociedad que aspire hacia un país “normal, mejor, en serio”, tal como lo plantean los políticos en campaña. En Santo Tomé hay un club con mucha historia, Unión. El famoso CUST, en el que jugó el “Chapu” Nocioni, es el único club de la vecina ciudad que posee una pileta climatizada. El presidente Néstor Lenarduzzi, con apenas dos meses en su cargo, le contó a Pausa que no saben qué hacer para afrontar los tarifazos del gobierno nacional. El problema de estos días tiene tres letras: gas. “La pileta cumple varias funciones, natación de manera recreativa, hay un grupo que entrena para competencias, hay un grupo de buceo y además va mucha gente a realizar trabajos de rehabilitación, ya que tenemos un convenio con el centro de salud Vera Candioti. Mayormente se usa para una función social”.
La función de la pileta supera el importante rol deportivo y de recreación para los socios de Unión. Para mantener la piscina climatizada en otoño, invierno y primavera hay que tener mucho dinero, pero mucho de verdad. Hay que tener 100.631 pesos para pagar el gas. Sí, leíste bien, la factura mensual de Litoral Gas superó los cien mil pesos.
La dirigencia del CUST deberá romperse la cabeza para trazar una estrategia recaudadora en un club en el que aportan sólo 600 socios. A la boleta que le llegó hace pocos días atrás hay que sumarle la anterior, de 83 mil pesos. Y mientras esta noticia sale a la luz, el tesorero del club termina de pagar una deuda (casi 44 mil pesos) con Litoral Gas que vencía en mayo.
Lenarduzzi no sale de su asombro y dice: “el metraje cúbico que siempre hemos tenido en esta fecha (otoño-invierno) es el que nos marca la boleta, es una locura el aumento”. Según el presidente, y teniendo en cuenta el mismo período del año (mayo/junio) “el aumento fue de algo más del 20%”.
Aclara una y otra vez, “más allá de los servicios normales que tenemos, que puede ser la calefacción de algunas salitas del club, nosotros tenemos una pileta climatizada”.
Más lamentos
Lenarduzzi subraya que “es la única pileta de la ciudad de Santo Tomé (está desde el año 2001), y la verdad que la Municipalidad nos ha ayudado, pero esto no está al alcance de los gobiernos locales, sólo nos pueden dar una mano cada tanto”.
Con el lamento de una situación desesperante, manifiesta: “no tenemos la capacidad económica para dejar de ser deficitarios, si siguen aumentando esto será una bola de nieve enorme. Se hace muy difícil seguir y sabemos que todos los clubes estamos en la misma situación, si no son los tarifazos es por la economía en general que te deja con pocos socios, o es por la AFIP, ya que se hace muy complicado cumplir con todas las cargas sociales de los sueldos de los empleados”.
La salida es una puerta que se achica en cada tarifa que llega al club, y en esa realidad desesperante, el titular de Unión dice: “si nosotros trasladamos estas tarifas de servicios a los socios se haría inviable para todos, la gente dejaría de venir al club. Teniendo en cuenta la muy mala economía del país, el club es uno de los primeros recortes para las familias”. El presidente tira el dato duro de los 600 socios, “con una cuota que en el mes de agosto escaló a los 500 pesos”.
El valor de la pileta en el aspecto económico era vital para el CUST, “desde que empezaron con los grandes aumentos de tarifas no pudimos realizar los mantenimientos que requiere una pileta climatizada, hay obras en la estructura integral que no la podemos llevar a cabo, el club necesita tener abierta la pileta porque sin ella es deficitario”. Y agrega: “lo poco o mucho que podíamos recaudar con la pileta iba a tapar otros agujeros internos del club, pero hoy se hace muy complicado porque esa brecha de ganancia termina siendo cada vez más chica por el valor de las tarifas”.
Lenarduzzi es contundente: “acá no queda demasiado por recortar, hay una realidad que nos asusta, estamos trabajando con lo mínimo indispensable, y no queremos tocar a los empleados del club, porque sabemos que atrás de ellos hay familias”.
Otro verso nacional
“Con el gas a nosotros no se nos aplica ningún tipo de descuento, aquí es un sistema de devolución de tarifa, uno paga y luego el Estado Nacional debería reintegrar el 40% de ese valor, pero al día de hoy no recibimos nada, seguimos acumulando una especie de crédito a nuestro favor, que serían más de 400 mil pesos”. Esa frase de Lenarduzzi es la que le cabe a cientos de dirigentes de clubes de barrio de todo el país. O sea, por ahora es una mentira más de la política macrista.
Mientras el Estado Nacional no cumple, los directivos santotomesinos organizan un evento solidario, que consiste en una “pollada” que servirá para pagar el gas. “Ojalá lo pudiésemos utilizar para mejorar la infraestructura del club, pero lamentablemente es para pagarle a Litoral Gas”, aseguró el presidente.
Gerardo Rebaudino, el tesorero del CUST, en junio dialogó con El Santotomesino y manifestó: “nosotros periódicamente vamos cargando todas las facturas y cada dos o tres meses llamamos a la Agencia de Deportes de la Nación para que nos aprueben o nos rechacen esa documentación que enviamos. Hasta el momento siempre hemos tenido todo en regla y la respuesta que nos dan es que está faltando la partida presupuestaria que debe llegar desde el Ministerio de Economía. Lo que nos dicen es que tenemos que seguir esperando, pero como pasa en todos los clubes la espera se hace larga y nos complica seriamente en la situación económica general”.
Menos consumo, más dinero
El panorama con las entidades que poseen piletas climatizadas es similar en la zona. “Nosotros tenemos diálogo con otros clubes de Santa Fe y todos estamos en una situación muy parecida, por lo tanto nadie puede pensar en hacer obras para progresar, todos pensamos y trabajamos para la subsistencia”, destaca Lenarduzzi.
Uno de esos clubes es Gimnasia y Esgrima. El club céntrico de la ciudad de Santa Fe, que también cuenta con una pileta climatizada, tiene que abonar una factura de gas de 170.126 pesos. En el mismo período del año pasado el club consumió 21.000 m3 y pagó 143 mil pesos, en este 2019 bajó a 13.500m3, sin embargo deberán abonar un aumento de algo más de 27 mil pesos.
Pausa le consultó al presidente de Gimnasia, Marcelo Sabatini, sobre la posibilidad de demandar al Estado Nacional. El dirigente contestó entre risas: “no le puede cobrar el estado provincial mirá si le vamos a cobrar los clubes”.
Rosario se tira a la pileta legal
Jeremías Salvo, presidente de la Red de Clubes Rosario, manifestó que la mayoría de las instituciones rosarinas no recibe los reintegros en las facturas de gas, luz y agua desde hace un año y medio.
Ante la delicada situación y hartos de de esperar, demandarán al Estado por no cumplir con el subsidio prometido.
El retraso en la devolución del 40% de las tarifas de los servicios básicos corre desde enero de 2017. El gobierno no realizó más devoluciones, el único camino que queda es la demanda judicial. “No hay respuesta y casi que no hay otra opción que el reclamo legal”, afirman los dirigentes consultados por los medios rosarinos.
Teniendo en cuenta la postura en Rosario, el presidente de Unión de Santo Tomé dice que “están estudiando qué camino tomar”. Mientras tanto la factura descansa en el escritorio del tesorero, la pileta sigue funcionando y el rol social del CUST sigue dando brazadas, aunque el macrismo insista con ahogarlo.