En respuesta a una demanda sostenida desde Amsafe y el movimiento de mujeres y de las disidencias sexuales.
Las y los integrantes del Equipo ESI del Ministerio de Educación titularizaron sus cargos el pasado 29 de julio. A través del decreto 2918/18, el Estado provincial dio respuesta a esta demanda, que garantiza la estabilidad laboral de quienes integran el equipo, pero también la continuidad de la educación con perspectiva de género y de derechos humanos en toda la provincia.
“En el ámbito paritario acompañamos este proceso, estuvimos juntos y a la par con el Equipo en construir un reglamento orgánico” señala Carina Criado, Secretaria de Educación del Adulto de Amsafe. “Fue una lucha sindical, pero sentimos el apoyo y el cuidado de todas las organizaciones feministas y de derechos humanos. En documentos de la Mesa Ni Una Menos se incorporó la necesidad de la estabilidad del Equipo y nuestra estabilidad laboral. Esa demanda laboral se convirtió en una demanda social, y nos sentimos muy acompañados” cuentan Ximena Frois y Melisa Faccioli, integrantes del Equipo ESI.
“Por un lado la demanda tenía que ver con nuestros derechos laborales; y por el otro, con defender a la ESI. Para que haya un equipo que quede, más allá de las cuestiones de gobierno, y que se pueda consolidar como una política educativa. Porque entendemos que, para que las perspectivas que tiene la ESI se instalen, tenemos que seguir trabajando mucho tiempo y de una forma constante” indica Faccioli.
Surgido en 2008, en el marco de la ley nacional 26.150, el Equipo se conformó con personas provenientes de diversas disciplinas y recorridos en la lucha por la igualdad de género. En ese entonces estuvo a cargo de Mabel Busaniche, reconocida militante de nuestra ciudad. Hoy está integrado por 44 personas y su función es brindar a la docencia las herramientas para trabajar la educación sexual integral en las aulas. Pasaron más de diez años de trabajo pedagógico en pos de instalar la ESI en las escuelas y entre los equipos docentes.
Frois analiza lo realizado en perspectiva histórica: “Hubo que trabajar con concepciones muy arraigadas y también con estereotipos, no sólo individuales y personales, sino de la escuela misma como institución sobre, por ejemplo, el baño: varones y mujeres. Era transformar un sentido común hegemónico sobre lo que es la escuela”.
“Hay que entender la ESI como uno de los derechos sexuales y (no) reproductivos, que es el derecho a recibir información. La ESI es integral porque es para todos los niveles y todas las áreas. Eso hace que, si estás hablando de historia, puedas construir un diseño curricular que visibilice a las mujeres que fuimos parte de la historia, que puedas hablar de derechos humanos” explica Frois. Faccioli señala los cinco ejes que atraviesan la ESI: cuidado del cuerpo, género, ejercicio de los derechos, afectividad y respeto por la diversidad.
“Los chicos de ahora saben que tienen derecho a saber sobre el cuidado de su propio cuerpo, sobre su identidad sexual, sobre violencia de género. Entonces cuando los chicos saben de derechos, esto no se puede frenar más. La semilla ya está plantada” manifestó finalmente Carina Criado.