Estaba por escribir algo sobre las elecciones del próximo domingo, pero prefiero referirme a la serie Years and Years, que vi hace un par de días.
Sólo anotaré algunas cosas que me llamaron la atención:
1) Es británica; ergo, es buenísima.
2) Abarca varios años de los integrantes de una familia de Manchester que suele reunirse de vez en cuando en la casa de la abuela, a partir del 2019, en un recorrido que llega al 2031.
3) En ese futuro inmediato, se van desarrollando cosas que ya están presentes. Por ejemplo, las relaciones gays o los procesos trans, se dan con naturalidad.
4) Es muy interesante cómo tratan el avance del tema de las tecnologías de la comunicación, hasta el punto de que en una mano se puede implantar un celular.
5) Los ciudadanos eligen como primer ministro a una persona bastante imbécil –no sabe qué es poner impuestos a las exportaciones y eso se devela en una entrevista por televisión, en donde pasa un papelón que a nadie le importa. Se hace famosa al decir con desparpajo que el conflicto palestino/ israelí le importa una mierda. Va escalando en posiciones políticas a partir de seducir gente que no entiende mucho del tema. Tiene un semblante casi ridículo: bailotea en cámara, dice pavadas. Es millonaria y, bajo su gobierno, la gente se va empobreciendo, los trabajos se vuelven precarios o se pierden, muchos se ven obligados a abandonar sus casas y vuelven a vivir con sus padres, poco a poco se pierden derechos y sobreviene un empobrecimiento generalizado. Uno de los personajes principales pierde un millón de libras, pues hay un colapso financiero y muchos bancos quiebran. Las superpotencias y sus diferencias abren agenda todos los días y se informa de ello todo el tiempo en la televisión. Meten gente en prisión de manera artera e injusta. Hacen desaparecer personas y nadie parece enterarse. Miente descaradamente diciendo todo el tiempo que el país avanza hacia la gloria, haciendo grandes gesticulaciones, como si la audiencia fuera imbécil. Muchos se enganchan en su discurso pensando que va a cambiar las cosas para bien, y se entusiasman con ello. Barre alegremente con muchos derechos: propone que en próximas elecciones haya voto calificado.
6) No tiene ningún desperdicio el último capítulo: (esto es spoiler, si quiere pase al punto 7) la abuela interpela a toda la familia diciendo que cada uno de los habitantes del país es responsable de lo que está pasando, por actuar con negligencia, sin reflexionar ni oponerse, dejando simplemente que las barbaridades sucedan. “Éste es el mundo que todos construimos”, dice. Y esa frase es la piedra de toque para que muchos empiecen a tramar el fin del gobierno de esa primera ministra que brillantemente protagoniza Emma Thompson. Salen a liberar a los presos, a romper las vallas que han creado especies de campos de concentración en la ciudad, a rebelarse.
7) Es decir, todo el corrimiento a la derecha que estamos experimentando en el mundo, se devela de manera paroxística en ese momento que vendrá, que ya vino.
8) Por eso, el domingo, votemos con responsabilidad. Basta de nuestro Vivienne Root. Ya fue demasiado.