El macrismo cierra su penoso ciclo con un descontrol total de la economía, arrojando a millones de argentinos a la pobreza y destruyendo el tejido productivo del sector privado.
El gobierno no mueve ni una coma de los trazos maestros de su política económica e intenta parches de imposible aplicación, que además afectan directamente los presupuestos (y la gobernabilidad) de las provincias. Algunos le dicen “morir con las botas puestas” a lo que en verdad es una peligrosa necedad.
La crisis desatada a comienzos de 2018 toma ribetes cada vez más temibles. Frente al horizonte de un cambio de gobierno, dialogamos con once referentes para conocer su evaluación sobre el proceso atravesado los últimos años, sus expectativas y sus deseos.
Alfredo Hediger, Heladería Necochea. El gobierno vino con un proyecto financiero, no un proyecto productivo. Nosotros como pequeños y medianos empresarios y comerciantes venimos apostando desde hace mucho tiempo al tema productivo. Muchas veces ponés en duda si comprar una máquina para producir y crear trabajo o dejar el dinero en un plazo fijo o en un activo financiero. Nuestra familia siempre pensó en la producción, pero este modelo es nada más que financiero. El esquema del aumento de tarifas, de la manera que se dio, nos sacó el consumo. El consumo ha ido cayendo años tras año. Las últimas medidas no sirven. Hubo un montón de dirigentes planteando una baja del IVA hace algunos años, hoy es imposible de implementar en 60 días. Yo estoy convencido de que en el futuro se tiene que aumentar la demanda. Si se congelaran las tarifas la gente tendría más previsibilidad respecto de sus ingresos y sus próximos consumos. Argentina necesita retomar la vía del consumo como un círculo virtuoso.