La periodista e investigadora disertará sobre temas vinculados a la alimentación y su industria. Será el próximo sábado 14 de septiembre, con entrada libre y gratuita.
“El almuerzo desnudo” es el nombre de la charla que el próximo sábado, a las 17, brindará Soledad Barruti en El Molino, Fábrica Cultural (Bulevard y Pedro Vittori). El encuentro se dará sobre la explanada de calle Pedro Vittori, con entrada libre y gratuita (no requiere inscripción previa ni el retiro de entradas).
Barruti es periodista y escritora. Difunde temas vinculados a la alimentación y la industria alimentaria en programas de radio y televisión, y en distintos medios gráficos como el diario La Nación y la Revista Mu. Sobre esa temática también brinda charlas en universidades nacionales e internacionales, y ciclos en todo el país y en el exterior.
Su primer libro de no ficción, Malcomidos, cómo la industria alimentaria argentina nos está matando fue editado por Planeta en 2013 y se convirtió inmediatamente en un best seller.
En su segundo libro, Mala leche, editado en 2018, la periodista continúa investigando la industria alimentaria y pone el foco en los lácteos. “Que puedan ser buenos en algunos pueblos con sistemas productivos respetables es una cosa, pero lo que se desarrolló alrededor de esas recomendaciones sobre lácteos son sistemas sustentables crueles, poco saludables y productos que hacen que esos lácteos vengan llenos de azúcar, repletos de aditivos y de cosas que no querríamos consumir”, señaló Barruti en una entrevista.
“Con bebés y niños como clientes predilectos, las grandes marcas parecen decididas a hacer de la comida una experiencia perfecta: práctica, rica hasta lo adictivo y libre de cualquier sospecha. Para lograrlo, cuentan con un arsenal imbatible de aromatizantes, colorantes, texturizantes, vitaminas agregadas, packagings rutilantes y miles de millones de dólares invertidos en publicidad. Todo parece diseñado para nuestra comodidad. Pero el precio que pagamos por comer sin saber es muy alto: la dieta actual se convirtió en el obstáculo más grande que deben sortear un niño para llegar sano a la adultez y un adulto a la vejez. La Organización Mundial de la Salud ya advierte sobre esta tragedia. Sin embargo, hay una industria que, a pesar de las evidencias, no parece dispuesta a dar un solo paso atrás. ¿Qué hacer entonces?”.