El macrismo cierra su penoso ciclo con un descontrol total de la economía, arrojando a millones de argentinos a la pobreza y destruyendo el tejido productivo del sector privado.
El gobierno no mueve ni una coma de los trazos maestros de su política económica e intenta parches de imposible aplicación, que además afectan directamente los presupuestos (y la gobernabilidad) de las provincias. Algunos le dicen “morir con las botas puestas” a lo que en verdad es una peligrosa necedad.
La crisis desatada a comienzos de 2018 toma ribetes cada vez más temibles. Frente al horizonte de un cambio de gobierno, dialogamos con once referentes para conocer su evaluación sobre el proceso atravesado los últimos años, sus expectativas y sus deseos.
Guillermina Benítez, La Bancaria. La situación actual es el resultado de las políticas del gobierno nacional. Desde la organización gremial durante este tiempo que viene gobernando Mauricio Macri y las políticas del libre mercado estuvimos en la calle contra todo tipo de ajuste para los sectores más débiles y vulnerables. Lo que está pasando hoy no es algo que nos sorprenda. El gobierno de Mauricio Macri fue por toda la clase trabajadora, ajustando y pidiéndonos esfuerzos. Destruyó el aparato productivo de la Argentina y fomentó la especulación financiera, que no da trabajo.
La Bancaria siempre propuso una nueva ley de entidades financieras, porque la ley actual está desde la dictadura y permite que el sistema financiero sea un negocio y no un servicio para la gente. No tiene otra función más que la de recaudar. La salida es a través de un Estado que esté presente sin dejar que el libre mercado sea el que gobierne. Un Estado que esté presente en las decisiones que se toman desde el Banco Central, como tasas que sean acordes para invertir en industria argentina y generar más empleo, y no para la timba financiera.