En pleno domingo, decreto. Los exportadores estarán obligados a liquidar sus dólares en el país –Macri había levantado esa regulación– y el Banco Central limitará la venta de dólares. Volvió el control de cambios, que en otro tiempo llamaron cepo. En el camino, destrozaron la economía.
Tras cuatro millones y medio de pobres nuevos, cientos de miles de millones de dólares de deuda externa para nada, cientos miles de millones de dólares fugados, cientos de miles de nuevos desocupados, industrias y comercios en crisis, bolsillos rotos y pérdida de poder adquisitivo, palos, gases y balazos para las protestas, horas y horas de arrogante batucada sobre "lo que se hace en todo el mundo" y el "camino de la verdad", el gobierno decidió volver al control de cambios, otrora llamado cepo. La medida se publicó a horas de un partido entre River y Boca por la Superliga, en un gesto político más patético que pícaro.
La derrota conceptual y concreta del monetarismo argentino es total, resta todavía saber si es definitiva. Para el caso, es la tercera vez que Argentina pisa el mismo palito, o al menos de características similares. El Boletín Oficial señala que hasta el 31 de diciembre "el contravalor de la exportación de bienes y servicios deberá ingresarse al país en divisas y/o negociarse en el mercado de cambios en las condiciones y plazos que establezca el Banco Central". Con el decreto 609/2019, queda derogada la política iniciada por Cambiemos en abril de 2016, cuando se otorgó la primera extensión de plazo para la liquidación de los dólares de las exportaciones. En enero de 2017 esa obligación se extendió a 10 años, un plazo virtualmente infinito. En septiembre de 2019, hay que poner dólares ya, porque se vuela todo en mil pedazos.
Ya, ya, no. Según el BCRA, los exportadores deben vender sus dólares en el mercado local al menos cinco días después de cobrarlos. Cinco días de pura locura libertaria.
El dólar pasó de 9 pesos en diciembre de 2015 a 20 pesos a comienzos de 2018, 40 pesos a fines del año pasado y 62 pesos el viernes. Con Macri el dólar aumentó casi el 600%. En agosto las reservas cayeron 13.793 millones de dólares. Desde el año pasado, solamente suben cuando entra el dinero del FMI. Dicho al revés, todo el dinero del FMI se escurre por la canaleta de la fuga de capitales y queda como una hipoteca que sojuzgará la vida de tus hijes. Apenas hay 54 mil millones de dólares de reservas. El viernes pasado, solamente, cayeron en casi dos mil millones. En la corrida se están retirando a toda velocidad los depósitos en dólares de los bancos, que hoy están a niveles de diciembre de 2018, según el último dato. Y los bancos, que venían haciendo ganancias monstruosas en pesos con las Leliqs, no renovaron 118.300 millones de pesos el viernes pasado. El Banco Central les ofreció una psicodélica tasa récord de 83% y no la agarraron.
Todo ese dinero se iría a dólares este lunes mismo, de no ser por el artículo 2° del decreto publicado hoy: "El Banco Central de la República Argentina, conforme lo previsto en su Carta Orgánica, establecerá los supuestos en los que el acceso al mercado de cambios para la compra de moneda extranjera y metales preciosos amonedados y las transferencias al exterior requerirán autorización previa". Quiere decir que le BCRA va a limitar la venta de dólares. Eso se llamaba, en 2015, cepo.
Según el BCRA, nadie estará limitado para extraer dólares de sus cuentas bancarias, no habrá impedimentos para el comercio exterior, ni restricciones sobre viajes (Buquebús la va a levantar en pala). Como en 2015, se distingue a las "personas humanas de la de las personas jurídicas". Las personas de verdad no podrán comprar más de diez mil dólares por mes ni realizar transferencias a cuentas al exterior por el mismo monto y período. Las empresas no pueden comprar dólares para atesorar, pero son libres de comprar para importar y para pagar deudas que tengan en el exterior (lo cual también puede devenir en giros delirantes en la cubierta del Buquebús).
Otro punto del decreto
En su artículo quinto, el decreto 609/2019 establece que quienes tengan títulos de deuda pública alcanzados por el default selectivo anunciado la semana pasada podrán usarlo para pagar deudas con la seguridad social. Una belleza: van a llenar Anses de papelitos.