“El Número gobierna al mundo, a las formas y a las ideas y es la causa de los dioses y de los demonios.” Pitágoras
Después de la lluvia viene... Agosto 2019 tuvo una fuerte vibración numerológica signada por el número 11, fue un mes que nos enfrentó a vencer nuestra cobardía para obtener la libertad y el valor necesario para terminar de romper con los mandatos y la big data. Nos dirigirnos hacia la nueva realidad que nos está invitando a terminar de romper los límites que aun nos hacen dudar para ir en busca de esa nueva realidad que estamos creando.
El mes de septiembre fue renovación, brotes y flores de aromito. Una invitación a relajarnos, divertirnos y beber de todo aquello que nos hace sentir vivos. Hay que dejar de procrastinar y ser contundentes. Lo ideal sería ver todo aquello que hemos venido posponiendo y decidir qué es lo que realmente queremos… más allá de un salario acorde, seguridad social y respeto por los derechos humanos.
Nos han insinuado que la felicidad implica un modo de alinearse con los demás, o de marchar en la dirección correcta. La felicidad es un mueble heredado a repartir. Si se puede salir del laberinto tiene media batalla ganada.
Septiembre lleva la energía del número 3. Es la energía de la transformación, lo viejo es desechado (en húmedo y seco… dudando donde va el saquito de té) y se prepara para recibir nuevamente 1; es decir un nuevo ciclo reperfilado.
El número 3 se relaciona con la limpieza, la limpieza de la casa, de su cabeza, de su vida, de todo lo posible de ser despejado. Entre Marie Kondo y Urbafe. La limpieza y sahúmo de origen ancestral son los mejores aliados para moverse durante esta primavera. El vinagre es el mejor aliado para las limpias y las gomas a mano por si hay que hacer un piquete.
Es difícil discernir dónde poner la energía, se puede caer en actividades que diluyan sus objetivos o incluso encontrarse en una contramarcha solo por guiarse con Google Maps. La firmeza en las decisiones le resguardará de tentaciones no vinculables a planes de cuotas fijas, descuentos imposibles o propuestas indecentes de futuras viejas deudas a pagar por generaciones.