Santa Fe volvió a ser peronista. Cuáles son los lineamientos que ya planteó el gobernador.
Con una apelación simple y efectiva –“Ahora la paz y el orden”–, el PJ recuperó el gobierno provincial tras 12 años de gestiones socialistas. El triunfo de la fórmula Omar Perotti-Alejandra Rodenas en las elecciones del 16 de junio se inscribió en la arrasadora ola peronista a nivel nacional, pero con un plus: Santa Fe es una de las dos provincias en las cuales el PJ logró destronar a un gobierno de otro signo político (la otra fue Buenos Aires).
En su tercera postulación al hilo, Perotti eligió dos ejes para su campaña. Por un lado, la seguridad, sin dudas el punto más débil de las gestiones del Frente Progresista; por otro lado, la economía, con otro slogan que resultó efectivo: “Despertar al gigante”. Desde ese punto de vista, el peronismo logró generar una expectativa de recuperación y bienestar que ahora deberá traducir en políticas concretas.
Sin embargo, es incorrecto afirmar que el triunfo del PJ en Santa Fe obedece solo al influjo nacional. La campaña provincial comenzó en febrero, tres meses antes del anuncio, por parte de Cristina Kirchner, de la candidatura presidencial de Alberto Fernández. Para entonces, Perotti y Rodenas llevaban varias semanas en la ruta machacando sobre los puntos flacos del modelo socialista. En las urnas esa prédica dio resultados y le puso fin a un proceso político que fue hegemónico por 12 años.
El regreso del peronismo al gobierno provincial no se explica solo por las falencias de la gestión anterior; también por el laborioso acuerdo de unidad liderado por el presidente del partido, Ricardo Olivera, a partir del cual los distintos sectores internos del PJ dejaron de lado sus diferencias históricas. La postulación de María Eugenia Bielsa como precandidata en la interna de abril también fue un acierto que terminó potenciando el caudal electoral de Perotti en junio: esta vez, a diferencia de otros comicios anteriores, no hubo fuga de votos.
En su discurso de asunción, el 11 de diciembre, el nuevo gobernador volvió sobre los ejes de campaña. Hacia atrás, remarcó la crisis social y económica, el déficit fiscal, la deuda pública y la inseguridad; hacia delante, prometió “trabajar en conjunto” con la Nación para desarrollar la economía provincial y se esa manera cumplir con su promesa de “despertar al gigante”.
Para el rafaelino, Santa Fe es un gigante dormido que tiene todas las potencialidades para liderar la economía nacional. Su plan de gobierno se apoya en “el esfuerzo” de los sectores productivos, las innovaciones tecnológicas de la llamada “economía del conocimiento” y el apoyo que pueda recibir la provincia de parte de la Nación. El presidente Fernández hizo un anuncio en esa línea: en el acto de asunción de Perotti prometió que la Hidrovía Paraguay-Paraná –el espacio físico por donde circula la mayor riqueza del país: las agroexportaciones– será administrada por las provincias.
De entrada, Perotti avisó que las disputas entre la provincia y la Nación, que caracterizaron los 12 años de gobiernos socialistas, ya son cosa del pasado: “Santa Fe está para más y nos estamos conformando con poco. Vamos a coordinar y armonizar la relación con la Nación. Cuando Argentina anda bien, Santa Fe está mejor. Nunca más de espaldas a un proyecto nacional”.
Aunque prometió no escudarse en “la pesada herencia”, mencionó algunos indicadores que dan cuenta del estado actual de las finanzas públicas: “En lo fiscal, al mes de octubre el resultado financiero deficitario ascendía a 9129 millones de pesos como consecuencia que los gastos vienen creciendo en lo que va del año 9 puntos porcentuales más que los recursos. Si comparamos enero-octubre 2018 con enero-octubre de 2019 el resultado fiscal de la provincia se deterioró un 316%, no observándose en ese período un deterioro de semejante magnitud en ninguna provincia argentina”.
A partir de ese diagnóstico, se encarará una política de austeridad que tiene como medida visible la decisión tomada por Perotti de darle licencia al personal provincial durante el mes de enero. Esa medida apunta a reorganizar las reparticiones públicas (administración central, organismos descentralizados, entes autárquicos e instituciones de la seguridad social) y a generar un ahorro en los gastos de funcionamiento del Estado.
El plan para bajar el déficit lo explicó el propio Perotti ante los legisladores provinciales: “Vamos a cuidar los recursos y a gastar con prudencia. No vamos a utilizar el tema de la pesada herencia como suele decirse. Sabemos que a las crisis no se las llora, a las crisis se las enfrenta y se las derrota”.