El femicidio de Agustina Imvilkeried, de 17 años, ocurrido a principios de enero de 2019 en Esperanza, abrió una serie de interrogantes: “¿Por qué la mataron? Porque era mujer. ¿Por qué la mataron? Porque pudieron. ¿Por qué la mataron? Porque es normal hacerlo, y entonces, ¿por qué no hacerlo?”. Un artículo del Lic. Ramiro.
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Un mundo donde es más fácil matar a una mujer que no matarla