Desde octubre, las calles de las principales ciudades de Chile están tomadas por los manifestantes y sus reclamos. Foto: Migrar Photo

De un aumento en los transportes al pedido de reforma constitucional.

El neoliberalismo suele presentarse como aquello que viene después, lo más nuevo. En sus orígenes teóricos, es posterior al keynesianismo, al corporativismo fascista, al marxismo. En su crítica radical al Estado y su acción no suele diferenciar esas tres vertientes, sus divulgadores pueden acusar a sus detractores de comunistas fascistas, u otras quimeras. Su triunfo global coincide con la caída del Muro de Berlín, toma ahí su barniz de modernidad, de estar más allá de historia.

Sin embargo, sobre los escombros bombardeados, la sangre y los cadáveres torturados de la primera democracia socialista de América se construyó el primer laboratorio neoliberal del mundo. Ahora, Chile es el escenario del derrumbe masivo de ese experimento que nunca terminó. En la hora de los monstruos, cuando lo viejo no muere y lo nuevo no nace, aparece con el presidente Sebastián Piñera un nuevo tipo de régimen, legal pero duramente represivo, republicano pero completamente autoritario, democrático pero totalmente ilegítimo.

Los jóvenes despertaron a Chile

El pacto posterior al fin de la dictadura de Pinochet, en 1990, fue siempre vendido por los medios de comunicación como un ejemplo de orden institucional democrático. Los partidos, discutiendo sobre la nada. El corazón del modelo implantado por una de las dictaduras más cruentas del cono sur, perpetuado sin ninguna reforma por medio del voto popular. Se dijo más de una vez: las reformas que venía a imponer el neoliberalismo monetarista –los verdaderos Chicago Boys, becarios chilenos en la escuela de Milton Friedman– no podían ser aplicadas sin una mano militar reconfigurando la sociedad en todos sus niveles. El pacto democrático posterior, que nunca tocó las reglas del juego, dejó avanzar los efectos de ese modelo hasta bordear los límites de la ficción apocalíptica. La desigualdad se extendió al infinito en un país gris y silencioso. En Chile existe la mayor concentración de mil millonarios del cono sur, mientras que ni la provisión de agua es un derecho.

Que más político que el acontecimiento de un estallido social. Un aumento de boleto devino en estudiantes saltando molinetes devino en quema de estaciones de transporte devino en millones de chilenos en la calle, con la Wenofuye ondeando, los activistas Mad Max resistiendo al guanaco y a los drones a puro laser y el pueblo clamando por una reforma constitucional que lo dé vuelta todo. Mientras, la esposa de Piñera llama “aliens” a los chilenos que protestan y el principal problema para el coro de grandes medios de comunicación chilenos es la “vuelta del orden”.  

La rebeldía juvenil que sacude a Chile

Las generaciones que están en la calle no tendrán la huella en sus cuerpos del terror de la dictadura, pero los pacos sí se muestran como dignos hijos de esa oscuridad. Los herederos de los estudiantes que jaquearon la primera gestión Piñera reciben soda cáustica en el agua de los hidrantes. Y se suman los disparos dirigidos a los ojos, los centros clandestinos de detención y tortura, los allanamientos y secuestros de militantes, los asesinatos. El gobierno llama excesos a lo que tiene la continuidad y persistencia del método sistemático.

Chile nunca vivió un estallido así, el neoliberalismo está perdiendo a su joyita más preciada. Del otro lado de los Andes, la historia nos hizo saber una cosa: tarde o temprano hay que ordenar, dar cauce, zurcir la consigna, plasmar la representación. Si no se impulsan esos procesos, se imponen solos.

Hasta ahora, la consigna parece ser la reforma de la Constitución. ¿Cómo se traducirá eso en el sistema político realmente existente, que también está colapsado? ¿Cómo soportará el gobierno el larguísimo trecho que le queda hasta las elecciones presidenciales de noviembre de 2021? Y sobre todas las cosas, ¿cómo aguantará ese pueblo alzado el ritmo y la masividad de las protestas que asombraron al mundo?

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