El trabajo privado en blanco en general cayó a los niveles de 2010. La construcción, más baja que en 2010. El comercio y la hotelería retrocedieron a niveles de 2013. La pérdida del trabajo industrial rompe el registro estadístico. Datos duros del peor saldo de Macri: la destrucción de la vida de los laburantes.
La deuda externa podrá implicar una hipoteca a un futuro (no tan lejano), la fuga de capitales una sangría brutal de riqueza. Pero el peor saldo del peor gobierno de la historia democrática argentina está en la vida de los trabajadores. Los datos muestran cómo Cambiemos revirtió una mejora continua que se venía dando hasta 2015, generando retrocesos que, a veces, rompen los registros estadísticos.
No hay cifra más dura que la del trabajo registrado. Son, justamente, registros. No encuestas. Es la cifra de los trabajadores que hacen aportes al sistema previsional. Durante la era Cambiemos, la cantidad de trabajadores en blanco apenas aumentó, en total, un 0,93%. Cabe tener en cuenta que, para acompañar el crecimiento vegetativo de la población, debería haber crecido al menos un 1,5% por año. Ese mínimo crecimiento se debe fundamentalmente al aumento exponencial de monotributistas y al crecimiento de los empleados públicos. El empleo privado en blanco, al que Mauricio Macri llamaba "empleo de calidad", cayó un 3,82% durante su gobierno.
Hay que ir hasta noviembre de 2010 para encontrar menos trabajadores privados registrados que en noviembre de 2019. En el último mes de gobierno pleno de Cambiemos había 6.027.068 trabajadores privados registrados. Son menos que los 6.090.570 que había en noviembre de 2011. Ese es el tamaño del retroceso que implicó la era Cambiemos. Casi 10 años de creación de trabajo perdidos.
En el sector más dinámico de la economía, la industria, el resultado es demoledor. Los registros comienzan en enero de 2009 y son más altos que los de noviembre de 2019. En concreto, Cambiemos destruyó el 13,5% del trabajo industrial registrado que recibió. Es un desguace total, que indica claramente cuál era la dirección y sentido del modelo del gobierno anterior: reventar cualquier atisbo de desarrollo autónomo del país. Entre 2009 y 2015, el trabajo industrial registrado creció a razón de 899 trabajadores registrados nuevos por mes (74.587 en total, un crecimiento del 6,3%). Macri dio vuelta todo: 170.166 trabajadores industriales perdieron su laburo en blanco, unos 3545 por mes, en promedio.
Otros sectores fundamentales del empleo privado tuvieron daños similares. El comercio, los restaurantes y la hotelería, que indican el estado del poder adquisitivo general y que suman el segundo bloque con más empleo privado, tuvieron una merma de trabajadores en blanco tan profunda que hay que ir hasta noviembre de 2011 para encontrar menos trabajadores registrados que noviembre de 2019. Durante la era Cambiemos, el 2,8% de los trabajadores de esos sectores sumados perdieron su laburo registrado. En general, esos sectores son bastante poco flexibles a la baja y tienden a acompañar el crecimiento de la población. No fue este el caso.
Por último, una mención a la construcción, muy sensible a las recesiones y muy captadora de mano de obra de los sectores más populares. En noviembre de 2019 había 414.202 trabajadores de la construcción registrados, hay que ir hasta los 394.538 de noviembre de 2009 para encontrar una cifra más baja. Con Macri perdieron su laburo en la construcción el 8,7% de los laburantes registrados del sector que había en noviembre de 2015.
En resumen, los cuatro años del macrismo generaron una década perdida para el mercado laboral. Es completamente falso que no se generaba empleo anteriormente, las cifras lo demuestran de forma palmaria. Pero, además, los datos también indican dónde caló más hondo el modelo Cambiemos. La demolición de la industria, el cierre de empresas y los despidos en el sector son el reverso del país de rentistas holgazanes que encumbró a su máximo exponente en el sillón de Rivadavia.