Durante el 2019 comenzaron a verse en nuestra ciudad a los cadetes caracterizados por la mochila gigante que llevan en sus espaldas. Ya sea en bicicleta o en moto, recorren las calles llevando pedidos de un lado a otro, siguiendo un recorrido indicado en su teléfono celular.
Las plataformas, como Pedidos Ya, Glovo o Rappi, que se dedican al reparto y distribución de cualquier cosa que quepa en esas mochilas, han crecido exponencialmente en el último tiempo. Sin embargo, estas empresas no tienen una oficina fija y, en su mayoría, sus trabajadores no tienen relación de dependencia. Su modelo de negocio se basa en un esquema de flexibilidad: alquilan una oficina como domicilio legal, consiguen una mínima autorización para funcionar, contratan monotributistas para trabajar, conectan compradores y vendedores vía internet, controlan sus empleados mediante geolocalización y hacen transacciones con comercio electrónico.
Este esquema laboral combina nuevas tendencias del management empresarial con las tecnologías informáticas: a nivel mundial la robótica, la informática y la inteligencia artificial están generando cambios en las formas de producir y trabajar. Este modelo de negocios hace crujir las estructuras laborales y gremiales institucionalizadas durante el siglo XX, lo que constituye un desafío a futuro sobre cómo generar puestos de trabajo y garantizar los derechos laborales.