La 54º Cumbre del Mercosur, realizada a mediados de julio en Santa Fe, giró en torno al tratado de libre comercio con la Unión Europea. Fue el tema central del encuentro, pero no el único: también se firmaron acuerdos regionales sobre roaming, comercio electrónico, seguridad y violencia de género.
Hubo además una evaluación crítica sobre la situación política en Venezuela y una condena, por parte de los presidentes del Mercosur, contra el gobierno de Nicolás Maduro: la firmaron todos los países excepto Bolivia.
La cumbre se realizó en un momento político que ahora parece lejano: Mauricio Macri todavía no había recibido la paliza electoral de las primarias, Tabaré Vázquez mandaba en Uruguay y Evo Morales era el presidente boliviano que se encaminaba a la reelección. En cinco meses, todo iba a ser muy diferente.
Con acuerdos regionales y menciones sobre Venezuela, cerró la Cumbre del Mercosur
Entre el 14 y el 17 de julio, diplomáticos y funcionarios de la región sesionaron en Santa Fe en el marco de la Cumbre del Mercosur. El 17 de julio fue la reunión entre los presidentes del bloque –Mauricio Macri (Argentina), Jair Bolsonaro (Brasil), Tabaré Vázquez (Uruguay) y Mario Abdo Martínez (Paraguay)– y los presidentes de los países invitados: Evo Morales (Bolivia) y Sebastián Piñera (Chile). También estuvieron en la ciudad representantes diplomáticos de Colombia, Perú, Ecuador, Guyana y Suriname.
Durante la cumbre quedó en claro que los países del Mercosur pretenden un nuevo esquema de trabajo “desideologizado” –expresión acuñada por la Cancillería argentina a través de Jorge Faurie– que les permita posicionarse ante el mundo para hacer negocios.
No obstante, el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, anunciado con bombos y platillos pocos días antes de la cumbre, aún está verde y demandará al menos un año y medio más de trabajo diplomático para que sea una realidad tangible.