A través de una iniciativa aprobada en el Parlamento, el gobierno de la ciudad busca regular los precios y contrarrestar la especulación financiera.
El Parlamento del Estado de Federado de Berlín sancionó el pasado 31 de enero una norma que congela los precios de los alquileres de las viviendas por cinco años. De esta manera, el gobierno de coalición de la ciudad busca frenar el aumento de precios suscitado en los últimos años por la especulación financiera. La nueva ley establece un tope al precio de la vivienda de alquiler de 9,80 euros por metro cuadrado para inmuebles listos para ser habitados antes de 2014, y se congelan los arrendamientos durante cinco años. La oposición y organizaciones empresariales manifestaron que la ley es inconstitucional y tienen previsto presentar un recurso.
La nueva ley, que había sido anunciada en junio de 2019, fue votada por 85 votos a favor, 64 en contra y una abstención. La medida fue impulsada por el gobierno regional —una alianza del Partido Socialdemócrata (SPD), Los Verdes y Die Linke— y alcanza a 1,6 millones de viviendas. La oposición, integrada por democristianos, liberales y la ultraderechista Alternativa para Alemania, y los sectores empresariales expresaron su rechazo, argumentando que la nueva norma podría desalentar las inversiones.
Los precios de todos los contratos existentes no podrán subir en un período de 5 años. Los propietarios no podrán cobrar un alquiler más alto de lo que pagaba el anterior inquilino en la propiedad y, si el alquiler supera el límite establecido por la tabla, los inquilinos podrán demandar para reducir su alquiler. Habrá dos excepciones: la vivienda pública (que ya tiene su propia regulación) y las nuevas construcciones (pisos de obra nueva desde 2014).
Por otra parte, en casos de mantenimiento y reformas del inmueble, los propietarios podrán subir el alquiler hasta un máximo de 1 euro por metro cuadrado del precio de referencia. A partir de 2022 los alquileres solo podrán subir hasta un 1,3%.
Según informa EFE, Berlín fue históricamente una ciudad de alquileres bajos en comparación con otras ciudades alemanas, pero esta situación se revirtió a partir de la reunificación alemana de 1990, cuando los precios comenzaron a aumentar. Otros medios como El País indican que esta ley es el preámbulo de una propuesta más ambiciosa: reducir los costos de los alquileres a los niveles previos a 2013.