Profesionales de distintas especialidades de la salud reclaman la cobertura para esta modalidad de atención, implementada en el marco de la cuarentena obligatoria.
En el marco del aislamiento social preventivo y obligatorio por la pandemia del coronavirus, diversos profesionales de la salud apelaron a modalidades de atención virtual para continuar tratamientos ambulatorios con sus pacientes. En ese marco reclaman la cobertura por parte de obras sociales y prepagas de esa forma de atención. Pausa dialogó con profesionales de diversas especialidades sobre la situación.
Durante la cuarentena obligatoria, profesionales de la salud brindan sus consultas a través de prácticas de teleatención, como conversaciones por Skype y videollamadas. Cuando se decretó la medida, la Federación de Psicólogos de la República Argentina (Fepra) emitió un comunicado -en consonancia con lo dicho por el Ministerio de Salud- invitando a las y los profesionales de la salud mental a buscar alternativas para continuar asistiendo y acompañando a los pacientes. El Colegio de Psicólogos de la Primera Circunscripción de Santa Fe adhirió a dicha manifestación, tras una nota presentada por la agrupación Alternativa Psi.
"Desde nuestro Colegio apoyamos estas acciones debido a que como ya nos hemos expedido anteriormente, consideramos fundamental el sostenimiento de las sesiones no presenciales en este momento coyuntural que nos atraviesa. Los pacientes no pueden suspender sus terapias y los psicólogos deben cobrar sus honorarios por su práctica (ya sea de forma particular, o por cualquier obra social, mutual o prepaga). Es un deber de las prestadoras de salud, garantizar la atención de sus afiliados", señala el comunicado de la entidad santafesina.
El psicólogo Diego Gamarra (Matrícula 2053), integrante de Alternativa Psi, indica que “El problema que tenemos hasta ahora es que nunca se regularon las atenciones online porque nuestra ley de salud mental lleva muchos años y estos instrumentos tecnológicos no estaban contemplados en ese momento”. En el marco de la emergencia, “la decisión fue seguir acompañando a nuestros pacientes”, indica Gamarra. “Muchos tuvieron que reordenar sus casas para garantizar un espacio de intimidad porque la terapia online tiene los mismos condimentos que la terapia presencial, donde se tiene que garantizar la privacidad”, asegura el profesional.
A medida que comenzó a implementarse esta forma de asistencia, las obras sociales comenzaron a rechazar las órdenes de consulta por no tratarse de una actividad regulada. “Estamos imposibilitados de seguir un tratamiento presencial porque nos rige una normativa que nos obliga a todos a quedarnos en casa, pero hay personas que están atravesando por momentos de ansiedad o de depresión y angustia y debemos garantizar que esos factores puedan ser controlados”. Gamarra sostiene que las situaciones de pánico se han incrementado por la sobreinformación en el marco de la emergencia. El acompañamiento resulta fundamental al momento de poder pensar en el propio cuidado y en el cuidado del otro frente a la pandemia. “Nuestro compromiso es mantener el acompañamiento, pero también queremos visibilizar esta situación”, expresa.
Hasta el momento, Osde reconoció la cobertura, pero se espera la misma medida por parte de otras, como Jerárquicos Salud y el Iapos. Por eso la Fepra elevó una nota a la Superintendencia Nacional de la Salud, que es el organismo que regula a las obras sociales y prepagas a nivel nacional.
La misma situación encuentran las y los nutricionistas, entre otras especialidades. "Nos vemos imposibilitados de continuar con nuestro trabajo", afirma Cecilia Carasatorre (Mat. 631), integrante del Colegio de Graduados en Nutrición, que conformó una comisión ad hoc para el tratamiento de esta situación.
"Si un afiliado tiene una obra social que le cubre el tratamiento nutricional y ahora no responde sobre esta consultas virtuales, no podemos solicitarles que la abonen de manera particular porque tienen una supuesta cobertura", explica la profesional. "Estamos trabajando para resolver la situación y que la obra social les siga cubriendo lo que les corresponde por ser afiliado de las mismas", explica la profesional.
En el campo de la nutrición, Carasatorre enumera las prácticas posibles de ser realizadas a distancia: la entrega de un plan alimentario o los controles de rutina. “Al nutricionista muchas veces se lo ve como un profesional que mide y pesa. Pero en realidad en el consultorio uno tiene una práctica de educación continua con el paciente, que es lo que le permite sostener los hábitos que va construyendo durante el tratamiento", indica.
"Esta cuarentena afecta las rutinas de cada uno de nosotros. La afecta desde el gasto de energía que uno tiene normalmente y que se ve reducido; también en lo relativo a las prácticas de compra de alimentos. Por supuesto, el entrenamiento también se ve afectado. Eso puede significar anular pilares de tratamiento en enfermedades crónicas con diabetes o hipertensión. Entonces hay que seguir acompañando al paciente, para ver de qué manera atravesar estos días distintos a los que uno tiene normalmente", indica la nutricionista sobre la importancia de la continuidad de los tratamientos.