Empresas de la economía social realizan su aporte para evitar el desabastecimiento y hacerle frente a la pandemia.
Más de 500 cooperativas, mutuales y empresas recuperadas en todo el país fabrican solidariamente insumos médicos vitales como barbijos, alcohol en gel, cofias, túnicas y antiparras, indispensables para contrarrestar la pandemia de Covid 19. Muchas de ellas reconvirtieron su producción habitual, en pos de prevenir el desabastecimiento y de colaborar con la emergencia sanitaria.
"La Economía Social y Solidaria se constituye en una alternativa efectiva para contrarrestar el desabastecimiento de elementos esenciales para la lucha contra la pandemia porque la solidaridad se traduce en soluciones", indican desde el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes).
Tanto mutuales como cooperativas acatan el aislamiento preventivo obligatorio que decretó el Poder Ejecutivo Nacional. No obstante, muchos de esos sectores resultan esenciales, tanto para la sanidad como para la procura de productos alimenticios. Ante la especulación de otros sectores empresariales, desde el cooperativismo se apuesta a la solidaridad para hacer frente a la pandemia. Además, trabajadores de distintas cooperativas están asistiendo a las personas más vulnerables y de alto riesgo, llevándoles alimentos y medicinas.
La Federación de Cooperativas y Entidades Solidarias para la Ayuda Mutua (Fedesam) ofrece alimentos de origen cooperativo, para que mutuales y cooperativas asociadas puedan llevarlos a la mesa de sus socios, evitando precios abusivos.
En Catamarca dos cooperativas que habían parado su actividad, “Construcoop” y “San Fernando Textil”, unieron su trabajo y hoy sus 22 operarios producen, con la colaboración del gobierno provincial, 20.000 barbijos semanales para agentes sanitarios y de seguridad pública. Por su parte, las entidades que producen alimentos, tanto en las ciudades como en el campo, siguen funcionando con las medidas de prevención correspondientes.
En Entre Ríos siete cooperativas textiles de diferentes localidades trabajan en la confección de barbijos, camisolines y cofias que serán distribuidos en organismos y dependencias del Estado entrerriano. La producción de barbijos llegará a más de 35 mil, sumando más de dos mil camisolines y cofias. La Asociación Mutual S.M. Laspiur, de Córdoba, donó barbijos para su localidad y para Zenón Pereyra, pueblo santafesino donde desembarcará con una nueva filial.
Las mutuales también aportan
Inaes estima que, entre las semanas del 10 al 24 de marzo, en el universo de mutuales -sólo en farmacias y consultorios médicos- la inversión, directa o indirecta, superó los 30 millones de pesos.
"Hay aproximadamente 600 farmacias mutuales y sindicales funcionando en pleno confinamiento obligatorio; con 30 empleados promedio cada una, sumando un total de 18.000 personas (600 de estas son farmacéuticas y bioquímicas), poniendo el cuerpo frente la crisis", informan desde Inaes. Estas farmacias responden a la atención y demanda de medicina común y de alta complejidad (oncológicos, trasplantes, enfermedades especiales, VIH), con la gratuidad que establece el convenio correspondiente, sin cortar dicha prestación y ofreciendo descuentos de hasta el 20%.
Desde el miércoles 25 de marzo comenzó la aplicación del programa de vacunación antigripal anual, en el marco del convenio con el PAMI. Se siguen atendiendo a obras sociales de todo tipo, con un esfuerzo hecho con capital propio. También las farmacias mutuales y sindicales se sumaron al abastecimiento de alcohol en gel, barbijos y guantes sin ningún tipo de especulación en sus precios. Permanentemente se envían a todos los beneficiarios material gráfico de información, prevención y atención.
Son más de 150 los consultorios médicos mutuales y sindicales que están atendiendo con normalidad. Además, hay más de 20 ambulancias de diferentes mutuales que se pusieron a disposición de los organismos de salud correspondientes para ser utilizadas.
Finalmente, los hoteles y campings de las distintas mutuales fueron puestos a disposición de ciertas poblaciones, en función de las necesidades ya sea para ‘camas’ en caso de necesitarse tratamientos, como de lugares de confinamiento si es necesario aislar a un sector de la población que no dispone de lugares adecuados.