El gobernador Juan Schiaretti hace punta con su anuncio vía Twitter de que cancelará deudas del Estado con proveedores a través de un bono. Servirá para pagar impuestos y podrá ser cambiado por pesos –a un menor valor, obviamente– en un mercado secundario. No es una cuasimoneda, pero le pega en el palo.
Recuerdos del 2001, el más cercano en Entre Ríos con sus Federales o Federicos o Bofes. Así se llamaban los Bonos Federales con los que la administración de Sergio Montiel le pagaba a proveedores y empleados públicos. No es el mismo caso, pero le pega en el palo. Córdoba hace punta con la emisión de un "título para cancelar deudas con proveedores", según anunció vía Twitter su gobernador, Juan Schiaretti. Los proveedores, felices.
"Será transferible y podrá utilizarse para cancelar deudas tributarias vencidas hasta el 29 de Febrero de este año", explica luego el gobernador. En comunicado oficial, se aclaró que título servirá para "la cancelación de deudas con contratistas y proveedores del sector público provincial" y que "podrá ser usado por sus beneficiarios para cancelar deudas tributarias y no tributarias. Además, podrá utilizarse como garantía en bancos, Sociedades de Garantía Recíproca (SGR), emplearse para presentarse a licitaciones y ser una alternativa de inversión para los cordobeses".
Esta herramienta permitirá aliviar en algo la gran caída de la recaudación que afecta a las finanzas públicas, y al permitir compensar deudas y acreencias tendrá un impacto positivo en el sistema económico cordobés. pic.twitter.com/hWFgyayd0I
— Juan Schiaretti (@JSchiaretti) April 6, 2020
El objetivo es doble: aliviar la caída de la recaudación –reventada por la malaria heredada y por el impacto del coronavirus– y a la vez cancelar las deudas contraídas. Las deudas con los proveedores rondan los nueve mil millones de pesos, mientras que el agujero en la recaudación llega a los 29.000 millones.
El pato lo pagan los proveedores, en este caso. Sobre todo aquellos más directamente ligados al Estado, que deberán sostenerse vendiendo estos bonos en un mercado secundario. El bono será pagado en pesos a los 36 meses, y pagará según la tasa Badlar, la referencia que se usa en este tipo de créditos o de pago de plazos fijos de grandes clientes, que hoy está en 27% anual. Quienes tengan capacidad de comprar esos títulos a los proveedores, que en su necesidad de pesos los venderán por debajo de su valor, harán el negocio de acá a tres años.
En su debate con la contumacia monetarismo, no faltan los economistas heterodoxos que defienden sin descanso este tipo de bonos e incluso las cuasimonedas. Acaso en situaciones extremas no exista otra salida. Este bono cordobés no llega a ser un viejo Lecor –el nombre del Patacón cordobés–, pero para los proveedores del Estado no está tan lejos. Vale acaso, contra la teoría, recordar la experiencia histórica. En tiempos de bonos, había que ir a Entre Ríos para ver cómo todo el comercio provincial tenía dos precios y había sólo algunos puntos de venta, con banca suficiente, que aceptaban los bonos al mismo precio (y se atestaban de consumidores). La cerveza salía dos pesos con pesos o lecops –los que usaba la Nación–, pero en Federales salía tres. En una sola jugada el Estado saldaba sus deudas y bajaba el peso de sus gastos corrientes, a costa del bolsillo de maestros, policías y otros agentes públicos.