Se entregaron en barrios de siete ciudades de la provincia de Santa Fe, a partir del trabajo articulado con ONG y diferentes niveles del Estado. Empresas, instituciones, vecinos y vecinas pueden apoyar la iniciativa sumándose a colaborar.
En medio de la emergencia sanitaria y social generada por la pandemia de coronavirus, la Universidad Nacional del Litoral (UNL) intensificó el trabajo en la Planta de Alimentos Nutritivos que impulsa junto al Banco Credicoop. En este sentido, en los últimos meses produjo y distribuyó más de 200 mil raciones de alimentos en barrios de siete ciudades de la provincia de Santa Fe.
“Como universidad pública, el rol de la UNL en un contexto de estas características es estar atenta a las necesidades de la ciudadanía y apuntar a brindar soluciones concretas a esos problemas”, aseguró el rector Enrique Mammarella para luego indicar que “la decisión de intensificar la producción de estos alimentos de consumo masivo y gran eficacia nutricional, responde al compromiso social y al alto grado de involucramiento que la UNL tiene en este contexto de emergencia sanitaria, económica y social”.
Desde la casa de altos estudios indicaron que, a partir del trabajo articulado con instituciones intermedias y con diferentes niveles del Estado, las raciones se están entregando en Sunchales, Rafaela, Frontera, Lehmann, Santo Tomé, Cañada de Gómez, Monte Vera y Santa Fe.
Manos a la obra
Seis personas trabajan cotidianamente en la Planta de Alimentos para garantizar que la materia prima sea correctamente guardada, para que las máquinas funcionen de manera óptima, para que los productos sean de calidad, para que el empaquetado sea prolijo y para que el embultado sea cuidadoso y proteja los alimentos.
“Estoy en la Planta desde los inicios. Me genera mucho orgullo ser parte de una institución como la UNL que siempre ha estado comprometida con quienes más lo necesitan”, aseguró Néstor Virili, trabajador de la Planta que desempeña tareas desde 2007, año en el que UNL creó el Programa de Alimentos Solidarios dependiente ahora de la Secretaría de Extensión Social y Cultural. De esta manera, además, confió: “En cada crisis, en cada emergencia, hemos estado dando una mano. La pandemia que atravesamos demanda un compromiso mayor y estamos trabajando en ese sentido”.
En este contexto, además, cinco estudiantes de la UNL cooperan de forma voluntaria en la tarea cotidiana. “Cuando vimos la convocatoria para participar como voluntarios, no dudamos un segundo en sumarnos para dar una mano; esta realidad nos trasciende y es nuestro deber colaborar, como lo hemos hecho históricamente los estudiantes de la UNL”, sostuvo Maite Riviglio, secretaria General del Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales.
En el mismo sentido, Ignacio Basualdo, presidente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Ingeniería Química, aseguró: “Tanto la FUL como los centros de estudiantes siempre estuvieron dispuestos a colaborar en tiempos de crisis; es nuestro tiempo, no podemos permanecer al margen; puede parecer poco, pero lo que estamos haciendo permite que más alimentos lleguen a quienes más los necesitan”.
Finalmente, Roberto Longo, secretario General Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Médicas, indicó: “Toda la UNL está abocada a trabajar en pos de resolver esta situación delicada por la que estamos atravesando; los estudiantes no podemos hacer menos que colaborar aportando nuestro grano de arena”.
Compromiso social
Además de los organismos específicos de los diferentes niveles del Estado, las asociaciones civiles son un actor clave para los alimentos producidos por la UNL lleguen a las personas y familias que más lo necesitan.
Sunchales, Rafaela, Frontera, Lehmann, Santo Tomé, Cañada de Gómez y Monte Vera son algunas de las localidades que reciben la producción y, en la ciudad de Santa Fe, barrios como Alto Verde, Yapeyú, Barranquitas y Santa Rosa de Lima, están incluidos en el plan.
Para llegar a estos sectores, como parte integrante del Plan Argentina contra el Hambre, desde diciembre se comenzó a trabajar en un componente institucional en el que se articulan acciones con el Movimiento Los Sin Techo, Cáritas Santa Fe, el Banco de Alimentos de Santa Fe, la Confederación General del Trabajo -Regional Santa Fe- y el Consejo de Pastores Evangélicos.
Jorge Jourdan, coordinador del Movimiento Los Sin Techo, señaló: “Recibimos de manera mensual un aporte importante de alimentos de la UNL que nos permite ayudar a más de 40 familias indigentes, 200 adultos mayores indigentes y familias que participan del plan de erradicación de ranchos. Los productos son muy nutritivos y son fácil de cocinar. Por tanto, pone calorías y proteínas a disposición de los vecinos que más lo necesitan”. Finalmente, valoró que “el trabajo articulado con la UNL, que se viene desarrollando desde hace años, permite al Movimiento optimizar el trabajo barrial. La gente lo valora mucho porque les da seguridad alimentaria”.
Expansión
Este sistema de producción de la UNL despertó el interés de la Universidad Nacional de Río Negro, institución con la que se busca firmar un convenio que permita transferir conocimientos con el objetivo que la Universidad patagónica pueda producir y distribuir los alimentos en su región.
Además, se está avanzando en un acuerdo con el Banco de Alimentos de Rosario para que distribuyan 100 mil raciones de alimentos nutritivos de la Planta de la UNL en barrios de esa ciudad. Algo de similar naturaleza está ocurriendo con la localidad bonaerense de Tandil.
Aportes solidarios
Además de la inversión continua de la Universidad, la producción de la Planta de Alimentos se nutre de aportes solidarios. Días atrás, el Banco Credicoop realizó una donación de 150 mil pesos que se destinaron a la compra de insumos para la producción de raciones alimentarias con destino solidario en el marco de la actual crisis sanitaria. Sin embargo, cualquier persona puede sumarse de una manera muy sencilla y colaborar con el aporte voluntario de dinero.
Las donaciones se pueden realizar en cualquier momento mediante un botón de pago donde la persona o institución podrá elegir cuantas raciones donar (de 1 a 500) a un costo de 20 pesos la unidad. Posteriormente, el sistema lo deriva a diferentes medios de pago. La contribución es por única vez y se puede realizar mediante transferencia, tarjeta de crédito o efectivo mediante cupón de pago. El personal de la UNL puede adherirse además al descuento por recibo de sueldo.
Para conocer más sobre la planta ingresar a www.unl.edu.ar/alimentosnutritivos donde hay información sobre los productos, asociado solidario, donaciones y formas de contacto.
Para establecer contacto es necesario llamar al teléfono (0342) 4571193 o escribir un correo electrónico a [email protected]
Experiencia modelo
La Planta de Alimentos Nutritivos es una experiencia reconocida por su compromiso social, que se propone mejorar la alimentación, no sólo desde la producción de alimentos sino también generando capacidades, instancias de formación, diálogo y aprendizaje junto a la comunidad.
En ese sentido, Enrique Mammarella explicó que "la UNL viene desde hace mucho tiempo desarrollando diferentes propuestas de alimentos de interés social, en especial a través del trabajo iniciado en el Instituto de Tecnología de Alimentos de la Facultad de Ingeniería Química la década del 70, y desde hace ya 13 años con la creación de la propia planta se ha demostrado como el conocimiento desarrollado en los laboratorios se pone al servicio de la sociedad".
En particular, la Planta de Alimentos viene trabajando desde el año 2007 y desde entonces ha producido y distribuido más de 5 millones de raciones. Elabora cinco productos: tres guisos (de lentejas, arroz y fideos) y dos variedades de arroz (primavera y cuatro quesos) que son de fácil preparación y almacenamiento y trabaja con las instituciones colaboradoras en la educación alimentaria nutricional y el desarrollo de conocimientos alimentarios en la población.
Además de atender a demandas y pedidos de instituciones de la ciudad y de la región desde la Universidad se han destinado alimentos ante situaciones de emergencia como la inundación de Santa Fe (2007), el terremoto de Haití (2010), el tornado en Pozo Grande (Formosa) y las inundaciones en Concordia, Entre Ríos. En 2015 para los inundados en Mercedes, Luján y La Plata, en 2017 para inundados en Ramona, Santa Fe, y este año para los inundados en el norte de la provincia de Santa Fe.
Con información de Prensa UNL