Cooperativas y empresas recuperadas enfrentan los efectos del desguace económico de Macri y una pandemia que obliga a parar las máquinas. Ante todo, renace la solidaridad.
El coronavirus avanza sobre la tierra arrasada de persianas bajas y máquinas paradas que dejó en Argentina la gestión de Cambiemos. Suman en todo el país 300 mil los puestos de trabajo que subsisten a fuerza de creatividad y empuje colectivo, en cooperativas y empresas recuperadas.
Cristian Horton, socio de Cooperar 7 de Mayo y presidente de la Federación de Cooperativas de Trabajo de la República Argentina (Fecootra), pone la Emergencia Sanitaria en contexto: “Ya veníamos con algunas dificultades producto de un país en el que estaba bastante destruido el mercado interno, con la esperanza de reactivarse. La pandemia ha profundizado los problemas que teníamos”. Horton indica que algunos rubros siguen activos, como aquellos que producen elementos esenciales para la pandemia: jabón, alimentos. “Pero en líneas generales es complicada la situación”, manifiesta.
En promedio, entre 2015 y 2019, cerraron por mes 509 pequeñas y medianas empresas de hasta cien trabajadores en todo el país. “La política económica estaba fuertemente direccionada a la concentración y al sistema financiero, los bancos hicieron su gran negocio y las industrias estaban deprimidas”, reseña Horton. “A eso le sumás esta situación y bueno, y la verdad es que nos está complicando mucho. En un país arrasado como el que recibió el gobierno de Alberto Fernández, en este momento se hace más difícil. Así y todo creo que el gobierno está implementando políticas razonables”, considera el referente.
“Creo que las normas que se han dictado son muy buenas porque están dando buenos resultados para por lo menos frenar en esta instancia inicial la pandemia. Apoyamos todas las medidas, nos comprometemos y nos ponemos al servicio del gobierno y de los organismos del Estado para colaborar”, dice Horton. “No obstante el freno económico nos está complicando en todo el país. En la cooperativa en la cual me desempeño, Cooperar 7 de Mayo, estamos parados", agrega. En Villa Constitución, Cooperar 7 de Mayo se dedica a la elaboración de productos metalúrgicos, logística, movimientos de suelos, entre otras tareas de la construcción. "Son rubros que hasta hoy se encuentran frenados por no ser esenciales”, explica Horton.
En la ciudad de Santa Fe, la Cooperativa de Trabajo Jóvenes de San Cayetano emplea a 15 socios, en su mayoría oriundos del barrio Villa del Parque. Desde hace quince años fabrica bloques de cemento, losetas, caños para acequias, desagües para cielo abierto y asfalto articulados, además de otros trabajos de la construcción. La situación se asemeja a la realidad que viven sus pares del sur provincial. “En este momento tenemos las máquinas paradas, no estamos trabajando”, dice Oscar Bogao, referente de la cooperativa.
Con la cadena de producción y venta interrumpida por la pandemia, los Jóvenes de San Cayetano se la rebuscan igual. Ahora prestarán servicios de desmalezamiento a la Municipalidad de Santa Fe: limpiarán la zona de la ciclovía de Pedro Vittori y también Villa del Parque. Bogao cuenta que a principios de 2020 también brindaron ese servicio, por un convenio con el municipio.
"Hoy estamos contentos porque más allá de los riesgos que implica salir a limpiar la calle, vamos a salir a limpiar nuestro barrio", piensa al respecto Bogao. Y también aclara: "No solamente lo hacemos cuando hay un convenio o dinero de por medio, sino que nosotros tenemos vocación social de trabajar en el barrio". El valor de la solidaridad trasciende las puertas del taller. “En Villa del Parque trabajamos con jóvenes con problemas de drogadicción, con pibes que salen de la cárcel o que no tienen trabajo y con adultos mayores. Trabajamos para incluir”, afirma con orgullo.
Al norte de la ciudad de Santa Fe, en la localidad de Candioti, la fábrica recuperada de fideos Galletti sigue produciendo. “La situación de la pandemia afectó pero se sigue trabajando igual, tomando las medidas que se tienen que tomar. La demanda ha aumentado en estas últimas semanas así que seguimos”, afirma la joven cooperativista Yanina Hofstetter, quien con 24 años es secretaria del Consejo de Administración de la empresa, que cuenta con 36 asociados.
“Lo de la pandemia nos azota un poco porque los clientes toman sus precauciones, los comercios cierran y a su vez otros clientes nos llaman y nos solicitan mercadería. No podíamos salir porque nuestros choferes son de edad avanzada y los teníamos que cuidar. Pero le buscamos la vuelta, hicimos varias reuniones para ponernos de acuerdo y llegar a una solución que beneficie a lo social y a lo económico”, describe Hofstetter.
Galletti se constituyó como una fábrica recuperada por sus trabajadores en noviembre 2016. En esta coyuntura, también apela a los valores de la economía social: “los precios del producto siguen igual, sabemos que es un artículo esencial y que tiene que estar a un precio acorde a lo que requiere el consumidor y la Emergencia Sanitaria”. Por pedido del gobierno provincial, las pastas secas que produce Galletti también se sirven a la mesa de comedores escolares y comunitarios.
Con recursos propios, los operarios de Galletti consiguieron sus elementos de protección y echaron a andar la línea de producción para llevar el alimento a la ciudadanía. “La cooperativa asume los riesgos de los socios que se están exponiendo y estamos a disposición de la ayuda social que se necesite. Queremos estar a la altura de la circunstancias”, dice Hoffstetter.
Medidas necesarias
Desde Villa del Parque, Bogao expresa un deseo y una esperanza: “Venimos de un proceso de devastación de las cooperativas y tenemos mucha expectativa en el gobierno de Alberto Fernández respecto a poner en acción la actividad económica”, plantea. Bogao y la cooperativa San Cayetano integran la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo. “Tuvimos reuniones con el presidente del Instituto Nacional de la Economía Social (Inaes), Mario Cafiero, y con el Ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, pero la pandemia frenó el impulso y la energía que esperábamos tener”, comenta. “Eso se está postergando, lo que hace más difícil sostener la situación de las cooperativas”, grafica. "Necesitamos que se vayan previendo medidas a nivel nacional, creo que se están haciendo”, admite.
Horton destaca los esfuerzos del gobierno nacional en esta coyuntura y las medidas que ya se tomaron para las pequeñas y medianas empresas. “Las medidas para el sector de las cooperativas debieran ser un poco las mismas que están teniendo los sectores de la economía formal o en relación de dependencia y los trabajadores más vulnerables, como los autónomos y los monotributistas” expresa. “Las cooperativas, por más que no tenemos dueños ni patrones, también somos Pymes”, indica.
“Debiéramos tener la misma asistencia en lo que respecta al Programa de Recuperación Productiva (Repro) y a lo anunciado en el DNU 332/20”, que plantea ciertas exenciones para las pymes. “Por ejemplo, nosotros no tenemos aportes patronales y esos se podría traducir en una exención del monotributo. Con respecto a los Repro, nos vendría muy bien que nos compensen una parte de nuestro anticipo de retorno, que en algún momento no vamos a tener”, propone Horton. Es decir, la retribución a los trabajadores por aquellas prestaciones que en este contexto no pueden realizar. “En una cooperativa los trabajadores cobran de acuerdo a lo que se produce o se vende. Si no hay facturación no podemos cobrar, entonces ayudaría mucho que esas medidas se repliquen en el sistema cooperativo”, explicita.
Social y solidaria
Pese a las dificultades económicas, las empresas de la economía social hacen su aporte en la Emergencia.“Hay varias cooperativas textiles que estaban paradas en este momento y se están poniendo en marcha haciendo barbijos, camisolines. Con otras conseguimos hacer alcohol en gel. Y con las alimenticias tratamos de que los productos lleguen al menor costo a través de la cooperativas de consumo, con programas de ayuda alimentaria”, cuenta Horton.
El presidente de Fecootra subraya las posibilidades que ofrecen los valores del cooperativismo. “En este momento donde los formadores de precios se están haciendo otra vez de buenos dividendos, nosotros podemos llevarle a la comunidad nuestros productos a precios razonables, sin especulación”, expresa. “Como dijo el Papa: ‘Nadie se salva solo’. Y las cooperativas entendemos al mundo colectivamente, no como una salida individual. Esto pone en debate qué nos va a ayudar a salir de esto, si una economía de lucro o una economía con rostro humano, para todos los habitantes del mundo”, reflexiona el referente.
Lo que falta
Alberto Fernández firmó el decreto de necesidad y urgencia 332/20, que crea el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción para empleadores y empleadoras, y trabajadores y trabajadoras afectados por la emergencia sanitaria. Incluye ayudas económicas para los sectores productivos, como la postergación o reducción de los aportes patronales y medidas compensatorias del salario para trabajadores en relación de dependencia. Hoy las cooperativas de todo el país demandan políticas similares que se ajusten a sus modos horizontales de organización. Al cierre de esta edición, aún no se anunciaron las mismas.