Mientras escala la crisis sanitaria por el coronavirus, Bolsonaro pierde a su segundo ministro de Salud. Tenían severas diferencias sobre el levantamiento de la cuarentena y la política de medicamentos.
El ministro de Salud de Brasil, Nelson Teich, presentó este viernes su renuncia al cargo a menos de un mes de haber asumido. Lo hizo en medio de presiones del presidente Jair Bolsonaro para que se legalice el uso de un medicamento no testeado para el coronavirus y del anuncio de apertura de gimnasios y peluquerías.
Nelson Teich, ahora ex ministro de Salud de Brasil, había asumido el 17 de abril (hace menos de un mes) y se hizo conocido en todo el mundo por un video viral que circuló esta semana en el que se lo veía claramente incómodo y confundido mientras que un periodista le preguntaba qué opinaba sobre las decisiones del presidente Bolsonaro de reabrir peluquerías y gimnasios. Era claro que Teich no tenía ni la más remota idea de lo que le estaban hablando y que no era una decisión que él compartiera.
Teich presentó su renuncia este viernes y sigue así el camino de su antecesor Luiz Henrique Mandetta, que había sido expulsado de su cargo el 17 de abril por claras diferencias con la política negacionista de Bolsonaro.
Otras de las fricciones recientes entre Nelson Teich y Bolsonaro fueron las presiones del presidente ultraderechista para legalizar el acceso del remedio cloroquina, que hoy es utilizado para el lupus y la malaria, para el combate al nuevo coronavirus.
Bolsonaro anunció el jueves en una videoconferencia con empresarios de FIESP (principal cámara patronal) que solo debería existir un aislamiento vertical (de las personas vulnerables) y eliminar el confinamiento para todo el resto. Lo hizo en medio del aumento de la pandemia en Brasil, en un claro giño a los empresarios.
Ese día, Bolsonaro anunció que el protocolo para el uso de la cloroquina iba a cambiar: “Votaron por mí para decidir y este problema de la cloroquina pasa por mí. Todo está bien con el ministro de Salud, sin ningún problema, creo en su trabajo. Pero este problema de la cloroquina se resolverá. No puede ser que el protocolo (del 31 de marzo, cuando aún Mandetta estaba en el cargo) diga que solo puede usarse en casos graves. ¿No se puede cambiar el protocolo ahora? Se puede y cambiará”.
La posición de Teich era diferente: “La cloroquina hoy sigue siendo una incertidumbre. Hubo estudios iniciales que sugirieron beneficios, pero hay estudios que dicen lo contrario”, dijo el 29 de abril. “Los datos preliminares de China indican que tenía una alta mortalidad y que el medicamento no será un punto de inflexión en relación con la enfermedad”.
Con información de Infobae y La Izquierda Diario