La liquidación de divisas por exportación de cereales en los cuatro primeros meses de 2020 es la más baja desde 2007. La especulación puede mucho más que las necesidades del país en la pandemia y muestra la espalda que tiene el sector.
El coronavirus empezó a pegar en el país en marzo, el 20 se declaró la cuarentena, pasamos todo abril confinados y parece que va a seguir el aislamiento después del 10 de mayo. Toda la economía cruje, en el país y en el planeta. El sector privado está ahogado y los estados, en todos su niveles, ven caídas de recaudación que ponen en riesgo el pago de los sueldos. Los bancos centrales emiten moneda a lo loco en todo el mundo, Argentina lanzó un salvataje histórico que representa varios puntos del PBI, el comercio tiene caídas de ventas del 57% y el campo, que es la patria, está sentado sobre sus silobolsas especulando en el medio del incendio.
La liquidación de divisas por exportación de cereales entre enero y abril alcanzó los 5017 millones de dólares, según los datos de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina. Es el monto más bajo desde los 4315 millones liquidados en los primeros cuatro meses de 2007. Es un 18% menos que lo liquidado en 2019 e incluso un 17% menos que el monto de 2018, el año de la "peor sequía de los últimos 50 años".
El último abril la liquidación fue de 1524 millones de dólares, un 20% menos que los 1915 millones de 2019. Cabe destacar que abril de 2020 está un 11% arriba de abril de 2018, cuando la sequía impactó en las cifras exportadoras. Después hay que irse, otra vez, hasta abril de 2007 para encontrar un abril más bajo. En un promedio desde 2008 a 2019, en abril se liquidan divisas de exportación por 2273 millones de dólares.
Actualmente no hay sequía. Tampoco están afectadas por la cuarentena las actividades agropecuarias y de exportación, todo lo contrario: estuvieron exceptuadas desde el 20 de marzo, nunca fueron tocadas por el aislamiento social, preventivo y obligatorio. Era una actividad esencial producir alimentos para comer y para exportar. Lo segundo parece que no era tan importante. O acaso, no tan importante como la libertad para poder especular de un sector con una evidente capacidad para acumular y ahorrar riqueza en el marco de la peor crisis económica de la historia del capitalismo, que está dejando en la lona a millones de trabajadores en el mundo.