El coronavirus se posó sobre tierra arrasada. La herencia del macrismo y la cuarentena tienen a los pequeños comerciantes contra las cuerdas.
La pandemia del coronavirus no se pudo desatar en peor momento. Entre enero de 2018 y enero de 2020, en la provincia de Santa Fe se perdieron 21.700 empleos registrados, según datos oficiales del Indec. Además de la caída sostenida del trabajo registrado, en la provincia también hubo, al cierre de 2019, un aumento de la tasa de indigencia que pasó del 3,7% al 7% en el Gran Santa Fe y del 6% al 7,3% en el Gran Rosario, también según datos del Indec.
La sangría no termina allí. Entre diciembre de 2019 y enero de 2020 hubo una pérdida de 3900 empleos asalariados. Respecto de enero de 2019 (12 meses), la caída fue de 12.200 y en relación a enero de 2018 (24 meses) se perdieron 21.700 empleos registrados en el territorio santafesino. En cantidades, a enero de 2018 había registrados un total de 510.600 trabajadores; un año después, en enero de 2019, eran 501.100; para diciembre de 2019 la cifra cayó a 492.800 y en enero de 2020 descendió a 488.900 la cantidad de empleados “en blanco”.
La caída del empleo registrado en los últimos dos años del gobierno de Cambiemos fue del 4,2%.
La herencia del gobierno de Mauricio Macri, en materia de indicadores socioeconómicos, se agrava ahora con el aislamiento obligatorio por el coronavirus.
El Ministerio de Trabajo de la Nación señaló que con la pandemia “se espera una dinámica desfavorable en el empleo, especialmente en sectores como el turismo, los servicios culturales, comercio, transporte y determinadas actividades industriales”.
El país entró en cuarentena el 20 de marzo, medida que fue prorrogada tres veces y que, al cierre de esta edición, tiene como fecha de vencimiento el 10 de mayo, aunque el gobierno nacional ya avisó que la salida del asilamiento obligatorio no será automática sino por etapas y luego de un minucioso análisis rubro por rubro y región por región.
Flexible y administrada
Superadas las dos primeras fases de la cuarentena, el lunes 20 de abril el gobierno provincial informó que 4886 unidades productivas (de las cuales 1289 son industrias) quedaron exceptuadas de cumplir el aislamiento obligatorio en territorio santafesino para volver a funcionar, aunque bajo un estricto protocolo sanitario.
El decreto 341/20 firmado por el gobernador Omar Perotti adhiere a la resolución administrativa 524/20 de la Jefatura de Gabinete de la Nación, por la cual un conjunto de empresas quedaron exceptuadas de la cuarentena luego de un mes completo sin actividad.
La nueva disposición es un “estímulo a la economía” en el marco del “riguroso cumplimiento de las medidas de higiene y seguridad”, según indica el decreto del gobierno provincial.
Para volver a funcionar, los comercios, las industrias y las empresas que reabrieron sus puertas antes tuvieron que pedir una autorización al gobierno través de los respectivos protocolos y declaraciones juradas del empleador y del trabajador, que se tramitan en el Ministerio de Trabajo de la provincia a través de la página web santafe.gob.ar
La primera etapa de la llamada “cuarentena administrada” alcanzó a 11 actividades: la atención médica y odontológica programada, la venta de mercadería elaborada a través de comercios minoristas (solo mediante plataformas electrónicas), los establecimientos que desarrollan actividades de cobranza de servicios e impuestos, la actividad registral nacional y provincial, los laboratorios de análisis clínicos y centros de diagnóstico por imagen, la ópticas, los peritos y liquidadores de siniestros de las compañías aseguradoras, los establecimientos para la atención de personas víctimas de violencia de género y la producción industrial para la exportación, con autorización previa del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación.
Se abren más actividades
En una segunda etapa de flexibilización que comenzó el 4 de mayo, la provincia anunció la reapertura de una gran cantidad de actividades a partir del miércoles 6 en toda la bota excepto el Gran Santa Fe y el Gran Rosario, los tres lugares donde se registraron mayor cantidad de casos de coronavirus.
La medida fue adoptada luego de consultas con entidades de comercio, empresarias, municipios y comunas. Al momento del anuncio, Perotti afirmó que “se ha podido ver el avance y los esfuerzos de los santafesinos hecho realidad en haber controlado este pico con el que habíamos comenzado”.
El comercio mayorista y minorista; las mudanzas a través de fletes y empresas autorizadas; las actividades inmobiliarias; el ejercicio de las profesiones liberales; las obras privadas de hasta cinco trabajadores, que reúnen allí los oficios, albañiles, ceramistas, mosaiquistas, carpintero, plomeros, gasista, pero llegando siempre hasta cinco trabajadores como máximo; y el servicio de peluquería, manicuría y podología son las nuevas actividades habilitadas, en todos los casos con las medidas de seguridad que ya se vienen aplicando: distanciamiento social, lavado de manos, uso de alcohol en gel, barbijos y guantes.
En esta nueva etapa, el funcionamiento de los distintos sectores se está llevando adelante en forma desdoblada: por la mañana los bancos, las actividades relacionadas a la administración pública, el pago de servicios y las profesiones liberales. Por la tarde, los comercios en aquellas localidades donde pueden abrir al público. “La idea es que no juntemos mucha gente, que podamos seguir teniendo la posibilidad de no generar aglomeraciones”, argumentó el gobernador.
“Entramos en una etapa donde nos ponemos más a prueba porque nos encontraremos con más gente en la calle y el comportamiento de cada uno tiene que ser clave para que este tipo de actividades se puedan seguir desarrollando. Empezaremos todos a transitar una etapa distinta, en la que confiamos plenamente en la conducta de cada santafesina y de cada santafesino”, completó Perotti.
Clamor del comercio
Si la situación económica y social del país y de la provincia ya era mala antes del coronavirus, ahora es mucho más delicada. La ayuda económica dispuesta por el gobierno nacional a favor de los sectores más desprotegidos funcionó como un bálsamo transitorio, pero luego de un mes y medio de cuarentena los reclamos son cada vez más virulentos.
No sorprendió que esa demanda, que tiene como protagonistas a sectores de las clases media y media-baja y cuentapropistas que dependen de su propia actividad, se haya cristalizado en las calles. Las protestas registradas el lunes 4 en Rafaela y Esperanza y el miércoles 6 en la ciudad de Santa Fe, todas por parte de comerciantes que necesitan volver a trabajar, son un toque de atención para los distintos niveles del Estado.