Lo encontraron el sábado muerto en el baño con decenas de heridas de arma blanca. Organizaciones de la diversidad sexual denuncian que se trató de un “crimen de odio”.
Fuente: Agencia Presentes
En Reconquista, una las ciudades más importantes del norte de Santa Fe, donde por estos días proliferan las marchas contra la expropiación de Vicentín, asesinaron este sábado a Roberto Monje, de 40 años, activo militante gay de esa localidad. Trabajaba en un comercio céntrico, por eso era conocido por la mayor parte de la ciudadanía reconquistense.
El cuerpo de Monje estaba en el baño de su casa, con decenas de heridas de arma blanca, la mayoría en la zona del cuello. Algunos puntazos en sus manos indican que intentó defenderse. En base a las imágenes que captaron cámaras de seguridad cercanas a ese domicilio, en la calle Ludueña al 1020, el supuesto asesino llegó a la casa de Roberto en bicicleta, el viernes alrededor de las 20, y se retiró del lugar 11 horas después.
En diálogo con Presentes, el fiscal adjunto de la Unidad Fiscal Reconquista del Ministerio Público de la Acusación de Santa Fe, Alejandro Rodríguez, relató: “Me llamaron alrededor de las 8.30. La empleada doméstica de la víctima se preocupó porque no pudo ingresar a la casa y advirtió un vidrio roto en la puerta. Fue hasta el trabajo del fallecido y regresó con algunos compañeros de él. No pudieron ingresar, por lo cual llamaron al 911. La policía entró por un lateral a la vivienda y lo encontró sin vida, en el baño”.
El fiscal ingresó al baño donde yacía Roberto junto con la médica forense. “La persona fallecida tenía signos compatibles de haber sido agredido físicamente con elementos punzocortantes. La autopsia confirmó el motivo de la muerte. Se convocó a todo su entorno y comenzamos a recibir información. Hoy no tenemos aún un autor del hecho, pero sí indicios que conducen a probables autores. No tengo tampoco aún el móvil del hecho”, dijo el fiscal.
Con múltiples hipótesis en la cabeza, un equipo de investigación de 17 personas revisa por estas horas las imágenes registradas por todas las cámaras de seguridad de la ciudad (una superficie de poco más de 500 kilómetros cuadrados). Ayer domingo se realizaron 16 entrevistas, se concretó la autopsia y se avanzó en la observación de las grabaciones. Frente al domicilio donde se produjo el homicidio hay un sanatorio que con varias cámaras. Allí se observa la llegada y el retiro de una persona del lugar.
El fiscal Rodríguez confirmó, además, que en la casa de Roberto no se encontró su teléfono celular y que tampoco apareció una suma de dinero que una persona retiró de su cuenta bancaria, horas antes, a pedido del mismo. “Se constató la extracción en un cajero automático. Se entrevistó a la persona que lo extrajo, pero no hay vinculación de la misma con el hecho. Estamos haciendo un trabajo maratónico. Tengo la convicción de que vamos a llegar al autor del hecho”, dijo.
Al ser consultado acerca de la posibilidad de que se trate de un crimen de odio, dadas la extrema violencia que evidencia el ataque y la conocida militancia de Roberto en la comunidad gay, Rodríguez señaló que “hoy todas las hipótesis son posibles, ninguna de ellas se descarta”.
“Se trata de un crimen de odio”
Roberto era gay y había militado durante algunos años en la asociación civil VOX, una ONG que desde 2001 trabaja en la provincia de Santa Fe por los derechos civiles y sociales de la diversidad sexual. Sus primeras manifestaciones públicas a favor de los derechos de las disidencias y por la educación sexual integral fueron en 2008, cuando Reconquista se convirtió en noticia porque una supervisora de escuela justificó el maltrato a un niño de 12 años por ser “afeminado”. Con el tiempo dejó la organización pero nunca abandonó las causas de Derechos Humanos.
El asesinato de Roberto golpeó fuerte a toda la comunidad, en las redes sociales se compartieron fotos y mensajes para un hombre que formaba parte de la cotidianeidad de muchas personas. “Quienes conocimos a Robert’s por su activismo en defensa de los derechos de las disidencias sexuales, nos encontramos ante una noticia dolorosa y una situación que deja a las claras la permanencia de los crímenes de odio”, publicaron en las redes sociales del Frente Justicia por Vanesa Zabala, una de las organizaciones que acompaña el pedido de esclarecimiento del crimen de Monje.
“Por la saña y la forma en que se llevó a cabo consideramos que se trata de un crimen de odio. De todas maneras, estamos esperando más información”, dijo a Presentes Eliana Ibarra -integrante del Frente Justicia por Vanesa Zabala. Y agregó: “Es un golpe muy fuerte para Reconquista. Era una persona muy conocida en el ámbito comercial y por sus acciones con grupos que llevamos adelante luchas por los derechos”.
A través de sus redes sociales también Valy Shop, el comercio donde Roberto trabajaba desde hace años, publicó un mensaje que tuvo cientos de reacciones: “Hoy es un día muy triste. La gran familia de Valy, personal, proveedores, clientes y amigos, nos vimos sacudidos con la peor noticia. Perdimos a un hijo, un hermano y un gran amigo (…) Indudablemente no vivió en vano. Buena persona, educado, fiel, honesto… Gracias por todo Ro, buen viaje, vuela alto, ya nada te lo impide. Te vamos a extrañar MUCHO”.
También Carina Santa Cruz, integrante de la Red Diversa Positiva Reconquista, dialogó con Presentes, y recordó a Roberto: “No era de mi círculo íntimo pero teníamos muy buena relación. De hecho, él era empleado de comercio desde hace muchísimos años y yo frecuentaba ese negocio porque queda cerca de mi casa”. “Robert era una excelente persona, no tenía problemas con nadie. Realmente fue un golpe muy duro para toda la sociedad”, dijo.
En declaraciones al sitio ReconquistaHoy, la hermana de Roberto, Lorena, pidió justicia e insistió: “Esto no puede quedar así, nos arrebataron una parte principal de nuestra familia. Nos dejaron sin hermano, y a una madre y un padre sin hijo, no puede ser que esto quede sin esclarecer”.
Crímenes de odio en la zona
El crimen de Roberto se suma a una lista de asesinatos a personas LGBTIQ+ en la zona que han tenido un fuerte impacto en la comunidad de unos 70.000 habitantes. “Este caso nos vuelve a poner en un lugar horrible, remueve muchas cosas, tenemos una seguidilla de casos que nos duelen todavía”, reconoció Eliana Ibarra.
Uno de los más resonantes fue, en el 2000, el crimen de Ana Brítez, una travesti trabajadora sexual que se enfrentó a la persecución policial y terminó asesinada, mutilada y desechada a la vera de la ruta nacional A009. En 2007, el profesor Ives Medina fue asesinado de 13 puñaladas. Durante toda la investigación, el tema de su orientación sexual se abordó de manera violenta en la mayoría de los medios de comunicación.
El 29 de marzo se cumplieron siete años del asesinato de Vanesa Zabala. Las cuatro personas responsables del crimen fueron condenadas por “homicidio doblemente calificado por ensañamiento y alevosía y agravado por la participación de menores”. Sin embargo, técnicamente no se definió en los expedientes como un crimen de odio.