Reseña y entrevista sobre el nuevo material de Big Ton: reggae con raíces cumbieras, porro friendly y anti represión.
Simple y orgánico es el nombre de lo que sería la primera entrega del nuevo disco firmado por Big Ton, cuyo cuerpo coincide con el de Gastón Ramos, y no se trata de tres palabras que más o menos peguen con el speech estereotipado del reggae: “Es una idea que yo me repito constantemente”. Es su mantra.
Gastón es programador y el prejuicio automático sería pensar que la informática y el arte no pueden estar más disociadas, pero no es el caso: “Siento que estas dos ocupaciones mías son bastante cercanas, la programación requiere mucho de la creatividad, así como para grabar música ahora ayuda muchísimo tener herramientas digitales”, le dice a Pausa. Así es que se explica también que durante la cuarentena haya publicado tanto material nuevo: hace un mes que se completó la publicación de Simple y orgánico y ya están apareciendo canciones de lo que es Sonido del bañado, la segunda parte de este disco que en la suma recopila 11 canciones.
En la primera parte de un full álbum todavía intitulado, en el que post producción, mezcla y máster fue hecha por El Chávez (Árbol, El puntero), Big Ton retoma un sonido que se diría urbano, innegablemente reggae y tirando a reggetón, con recursos del dancehall y la cumbia villera que se cuela en la onda de los teclados y por ahí también en las voces (“es la cumbia que más me gusta, línea Pablo Lescano”). Todavía más cerca, Gastón se revela fan también del reggaetón, de Los Palmeras y de la época dorada del Grupo Cali, con Sergio Torres como cantante, lo que explica muy bien su apego por los ritmos más latinos.
Las situaciones cantadas nos ubican en el barrio, mayormente en los fines de semana, mientras que en algunos de los videoclips la contracara se presenta cantando en contra de la vida rutinaria y poniendo en escena el ambiente de oficina. Sea para entretener o para dar un mensaje, en Big Ton es clara la concepción sobre cuál es el poder de la música: el de liberarte (“es la mejor forma que tengo de expresarme, de plasmar mi creatividad y la forma en la que me entretengo”). Ahora bien, camino hacia la parte II, Sonido del bañado, se explicita el movimiento desde la ciudad hacia la zona costera y la laguna y el arroyo van a convertirse en la locación principal de esta entrega también hecha en conjunto con El Chávez.
Si bien su camino compositivo empieza desde lo más tribal (“un ritmo de batería”), las palabras que se eligen tienen que cumplir algunos requisitos más que lograr rimas consonantes, también tienen que sentar una posición en el mundo. Así es que hay palazos para los moldes que el sistema de producción nos precocina, así como a Monsanto y al ex presidente Macri. Y va todavía más allá: “Las tierras son de Benetton pero no del ancestral/y a Santiago lo mató Gendarmería Nacional/la Patricia en su casa tomando del tetra/y la economía la planea la vieja Mirtha Legrand” canta en “Ganar a la Rutina”.
Otros de los tópicos que dominan tienen que ver con el uso recreativo de la marihuana como remedio para los males de la vida, con efectos casi tan potentes como los del arte en sí mismo.
—¿Qué es la música para vos?
—Una muy buena manera de encontrarse con amigos.