La pandemia ya se cobró 1434 víctimas en Bolivia, el sistema de salud está colapsado, los cuerpos quedan en la calle y ya hay tres ministros contagiados. Mientras, en Brasil, Bolsonaro veta el uso de barbijos en la cárcel.
El gobierno de facto de Jeanine Áñez, como era previsible, perdió el total control de la pandemia en sus tierras. Con más de 40 mil casos confirmado y casi la misma cantidad de muertos que Argentina, los hospitales están desbordados, los crematorios no dan abasto, los cuerpos de quienes no fueron atendidos en el sistema de salud se acumulan en las calles y comienzan a conocerse autoridades gubernamental infectadas.
En las últimas horas se confirmó el positivo por coronavirus de la ministra de Salud, Eidy Roca; que se suma al de Yerko Núñez, ministro de la Presidencia, y a Jorge Fernando Oropeza, ministro de Minería y Metalurgia.
En Brasil, Jair Bolsonaro sumó hoy nuevos vetos a la ley aprobada a principio de junio por el Congreso sobre el uso obligatorio de tapabocas. El viernes pasado, autorizó a los brasileños a circular por comercios, escuelas y templos –lugares de contagio seguro por concentración de personas– sin usar el tapabocas. Hoy fue por más y vetó la obligatoriedad del uso de barbijos dentro del sistema carcelario, donde hay más de 700 mil personas alojadas. Unos 4900 internos ya contrajeron la enfermadad y más de 60 fallecieron.
Siguiendo con su plan de masacrar a su pueblo, Bolsonaro también vetó el punto que obligaba a los comercios y empresas a funcionar con un número máximo de personas y a que coloquen carteles indicando el tope de gente admitido en su interior.