El joven está desaparecido desde el 30 de abril. Tres testigos coinciden en afirmar que ese día vieron cómo era subido a un patrullero de la Bonaerense. Se investiga el hecho como desaparición forzada, un crimen considerado de lesa humanidad.
Hace 77 días que Facundo Astudillo Castro está desaparecido. Lo último que se sabe del joven de 22 años es que el miércoles 30 de abril salió caminando de su casa, en la localidad bonaerense de Pedro Luro, con destino a la casa de su ex novia, que vive en Bahía Blanca. Entre Pedro Luro y Bahía Blanca hay 122 kilómetros. En dirección al norte, a lo largo de la ruta nacional 3, se suceden los pueblos: Ascasubi, Mayor Butarovich, Teniente Origone, General Cerri. En ese camino se pierde el rastro de Facundo. Desde ese día su teléfono está apagado.
La familia radicó la denuncia y el hecho comenzó a investigarse como “averiguación de paradero”. La pesquisa preliminar estuvo plagada de irregularidades y declaraciones contradictorias de los policías, que primero manifestaron haber visto a Facundo en la localidad de Mayor Buratovich y después en Teniente Origone. Uno de los policías testificó que, tras ser demorado en un control caminero, Facundo se fue en una camioneta particular hacía Bahía Blanca. Cuatro días después dijo que, en realidad, se fue caminando. Ante estas inconsistencias, la familia radicó una denuncia por desaparición forzada, un crimen considerado de lesa humanidad, que hoy investiga la justicia federal y que tiene en la mira a la Bonaerense.
“No es descabellado, lamentablemente, pensar que en la desaparición de Facundo haya tenido participación la Policía Bonaerense”, sostuvo Sandra Raggio, directora general de la Comisión Provincial de la Memoria (CPM) de Buenos Aires, en diálogo con Pausa.
La familia de Facundo Astudillo Castro también advirtió, al radical la denuncia por desaparición forzada, que el joven era desde hace algunos años víctima de hostigamiento policial. "La madre señaló que el joven, cuando era aún menor de edad, había sido golpeado por la policía y que, en otra oportunidad, le habían roto de manera intencional un ciclomotor. En los dos casos, la madre identificó a un agente que, incluso, lo vio participar de los rastrillajes en el lugar de la desaparición", consignan desde la CPM a través de un comunicado.
La Comisión Provincial de la Memoria es un organismos público y autárquico, mecanismo local de prevención de la tortura de la provincia de Buenos Aires y de monitoreo de la acción de las fuerzas policiales en el territorio. Por eso se constituyó como querellante en la causa federal que investiga la desaparición de Facundo. “La hipótesis que se está investigando como fuerte es la que impulsó la familia, el abogado de la familia y nosotros, y es la que plantea que la de Facundo es una desaparición forzada y que en su desaparición está involucrada la policía. Creemos que hay que trabajar en esa hipótesis con mayor fuerza y celeridad”, afirmó Raggio.
Para la directora de la CPM se trata de la peor hipótesis, puesto que “implicaría que en la desaparición de Facundo no está su voluntad de alejarse de su hogar y de sus afectos, sino que es una desaparición forzosa: que Facundo no está apareciendo porque se le ha impedido hacerlo”.
“Como sostiene el abogado de la familia y también la madre, uno de los peores escenarios es que también Facundo haya sido asesinado”, deslizó Raggio. “A Facundo se lo estuvo buscando con la hipótesis de que estaba en Bahía Blanca, que estaba con vida y uno no deja de desear que así sea”, indicó la entrevistada. “Hasta ahora lo que aparece como la versión más coherente es que los últimos que vieron con vida a Facundo fueron los agentes de la policía, según han testimoniado los vecinos que vieron cómo a Facundo, a media tarde [del 30 de abril], lo interceptaba un móvil provincial en la ruta y lo introducía en un patrullero”, agregó.
En un principio, los policías reconocieron que demoraron a Facundo en Mayor Buratovich -el pueblo aledaño a Pedro Luro- y le dictaron la infracción por violar la cuarentena, aunque lo dejaron seguir camino. “Esa actuación policial ya resulta irregular: a pesar de ser infraccionado por violar la cuarentena y de constatar telefónicamente con la madre el domicilio de Facundo, los policías -según dicen- no disponen que retorne a su casa sino que lo dejan seguir camino”, opinan desde la CPM.
Además, se suma otra versión, también provista por integrantes de la fuerza, que ubica a Facundo en Teniente Origone, en una camioneta con dirección a Bahía Blanca. La familia Castro conoció estos testimonios el 19 de junio, más de 50 días después de la desaparición del joven, durante los rastrillajes en la zona. Ese mismo día también notaron que la ubicación informada por los policías que lo demoraron no era la misma que figuraba en el acta.
El 27 de junio, tres vecinos de Pedro Luro se comunicaron con la familia de Facundo y le contaron que el día de la desaparición, alrededor de las 3 de la tarde, después de pasar el ingreso de la localidad de Mayor Buratovich, vieron a Facundo cuando era detenido por dos policías e ingresado a la cabina trasera de un patrullero. Los tres vecinos se habían presentado en la comisaría de Pedro Luro para ofrecer su testimonio, pero nunca fueron llamados a declarar.
“La versión de estas personas coincide con la pericia que localiza a los patrulleros efectivamente a la hora y en el lugar en que los vecinos vieron a los patrulleros que estaban deteniendo a Facundo. Según esa prueba, el patrullero estuvo detenido unos minutos, lo cual que coincide con lo que describen los vecinos de Pedro Luro, que además identificaron a Facundo porque lo conocían”, explicó Raggio a Pausa.
Pese a que la Bonaerense fue apartada de la investigación, aún siguen presentes en el escenario de los rastrillajes, tal como advirtió públicamente Luciano Peretto, abogado de la familia Astudillo Castro, quien además denunció amenazas de la propia fuerza policial.
Ayer apareció un nuevo testimonio, de una mujer que aseguró haber trasladado a Facundo en su auto particular hasta Bahía Blanca. “Todavía no hemos tenido acceso al testimonio de la persona. En principio no tenemos detalle de en qué lugar está localizado, en qué tiempo, cuándo fue, cómo, qué concordancia tiene ese testimonio con los otros testimonios, incluso de los policías, y con todos los elementos de la causa. En principio no podemos hacer una evaluación. La fiscalía se comprometió a enviar ese testimonio”, indicó Raggio.
“No es un hecho excepcional”
Para Sandra Raggio, la desaparición de Facundo “no se inscribe como un hecho excepcional”. “Las policías durante la democracia han producido desapariciones forzadas en provincias como Río Negro, Chubut, o en Buenos Aires".
Las historias se suceden como una seguidilla de violencia, impunidad y dolor: Andrés Núñez, albañil desaparecido por la Bonaerense en 1990, Miguel Brú, el joven que falta desde 1993 de su hogar en La Plata, Jorge Julio López, desaparecido luego de haber denunciado las torturas de Miguel Etchecolatz durante la dictadura. "En democracia hubo casos de desaparición forzada y por supuesto se inscribe en las prácticas violentas que tiene la policía en todo el territorio de la provincia de Buenos Aires” asegura Raggio. Más acá en el tiempo, la masacre de Monte o la muerte de Lucas Verón en La Matanza completan el prontuario, tan viejo como oscuro, de la maldita policía.
La directora de la Comisión Provincial de la Memoria lo grafica: "Se trata de hostigamientos a la población y a determinada población: jóvenes de los sectores populares que responden a la lógica arbitraria de un estereotipo que lo supone sujetos peligrosos o que sus vidas y su integridad valen menos que la del resto, con un claro sentido racista y clasista de la orientación de esa violencia". "Eso va desde el hostigamiento, cuando los paran, los insultan, los maltratan, las golpizas, las torturas, las detenciones arbitrarias, los armados de causas, los allanamientos ilegales hasta llegar al gatillo fácil y la desaparición forzada. Son todas prácticas policiales y -estamos hablando de la provincia de Buenos Aires- que son sistemáticas, generalizadas y recurrentes", puntualiza.
Raggio advierte sobre la "trama de encubrimiento" que sigue a estas situaciones: "Es corporativo. No es solo una acción de los responsables directos del hecho, sino que sus colegas y sus compañeros de fuerza trabajan de manera coordinada, absolutamente consciente y voluntaria en producir impunidad”.
En los últimos días el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires manifestó que estas situaciones son producto de la "falta de profesionalización" de la policía provincial. "Está muy bien que el ministro Berni reconozca que la violencia policial es un problema de la fuerza", expresó Raggio. "En gran medida tiene que ver con la profesionalización de la fuerza, con cómo actúa y con el control que hay sobre ella. Así que es importante que el ministro advierta esto y lo tome como un problema a resolver", agregó.
A instancias de la Comisión, el Comité contra las desapariciones forzadas de las Naciones Unidas se expidió sobre la desaparición de Facundo. "El Comité advirtió que hay elementos para sospechar que se trata de una desaparición forzada, por eso insta al gobierno a que tome medidas para que si lo tenían detenido que aparezca, que se investigue hasta las últimas consecuencias y que se proteja a testigos y familiares que están impulsando la investigación".
Violencia policial en cuarentena
La pandemia de coronavirus y el imperativo del aislamiento situó a las fuerzas policiales en la calle en tanto mecanismo de control de las medidas sanitarias. En el caso de Facundo, el joven había sido demorado con el argumento de estar incumpliendo las restricciones a la circulación por el Covid. "El rol de la policía en el control de la cuarentena ha sido una oportunidad de la policía para producir hechos de violencia institucional, de abuso policial, de torturas, de asesinatos. Y, en este caso, se está investigando una desaparición forzada", manifiesta Raggio. “Son episodios que están justificados por la represión de la cuarentena y casos muy graves también de violencia, de tortura, de lesiones”, explicita.
"En el marco de la cuarentena donde había muchísimo menos circulación de gente y donde de hecho hubo menos casos delictivos, la violencia policial se sostuvo produciendo hechos gravísimos", considera.
—Siempre hablando de la provincia de Buenos Aires.
—Hablando de la provincia de Buenos Aires; obviamente también hay casos muy notables en otros lugares del país como San Luis, Tucumán o Chubut donde se han producido casos gravísimos provocando la muerte. En algunos hubo desaparición forzada seguida de muerte, como en el caso de [Luis] Espinoza de Tucumán, que estuvo varios días desaparecido hasta que se encontró el cuerpo. Había sido asesinado y tirado por un peñasco por la policía para hacer desaparecer el cuerpo. Ya tenemos un caso de desaparición forzada seguida de muerte en la provincia de Tucumán. O sea que no estamos hablando de algo imposible que ocurra.
“Queremos que Facundo esté vivo, que esté bien y que haya decidido ausentarse de sus afectos. Es muy improbable, porque no hay ningún conflicto o elemento que indique esa conducta. A Facundo algo le ha pasado, y eso es lo que hay que investigar”, finalizó Raggio.
Hace 77 días que Facundo Astudillo Castro está desaparecido. Su familia y los organismos de derechos humanos lo siguen buscando, con la esperanza de encontrarlo con vida.