En todo el mundo, clubes y referentes de distintas disciplinas deportivas se sumaron a las manifestaciones contra el racismo tras el asesinato de George Floyd en los Estados Unidos.
El pasado 15 de julio la CNN le contaba al mundo que aparecía un nuevo video sobre el asesinato de George Floyd. Las cámaras corporales de policías ofrecían un nuevo contexto crítico en los momentos previos a la muerte.
Uno de los medios de comunicación más poderoso del mundo informó que las últimas palabras de Floyd, que no se vieron en una transcripción publicada anteriormente, fueron: “No puedo respirar”. La grabación muestra otra toma de la muerte, otro asesinato de componente racista que buena parte del pueblo norteamericano está decidido a no olvidar.
El crimen fue el pasado 25 de mayo en Minneapolis, cuando la ola de la pandemia ya era grande en todo el continente americano, cuando la prensa mundial no salía del asombro por el genocidio epidemiológico que ordenaba Donald Trump. En ese contexto, mayoritariamente el pueblo negro y latino que vive en EEUU salió a las calles a expresar su tristeza, su bronca, sus latidos de injusticia y ese viejo grito de poner fin al racismo.
Las redes sociales ardieron en el fuego de una bronca que atravesó todos los idiomas, pero la pandemia no permitió que esas grandes manifestaciones ganasen las calles y avenidas de las capitales del mundo. A las pocas horas del asesinato a manos de la policía el deporte se hizo sentir. El fútbol, el automovilismo, el fútbol americano y el básquet, entre otros, tuvieron destacados gestos antirracistas en todo el planeta.
Polideportivo gestual
El plantel del Liverpool fue uno de los primeros planteles con enorme peso mundial en reaccionar. Los futbolistas del club de la Premier League se tomaron una foto durante un entrenamiento en su estadio de Anfield, donde los 29 miembros del plantel profesional se arrodillaron en medio del campo de juego formando un círculo.
El gesto de arrodillarse, tal como lo explicó Le Bron James en un posteo, tiene que ver con Colin Kaepernick, un jugador de la NFL (National Football League) que una vez se puso de rodillas durante el himno estadounidense en signo de protesta contra los abusos policiales y la desigualdad racial.
A muy pocos días del homicidio varios jugadores del fútbol americano se hicieron presentes con un gran video en redes sociales. “¿Cuántas veces tenemos que pedirte que escuches a tus jugadores? ¿Que sea uno de nosotros el asesinado por un policía de manera brutal? ¿Qué si yo fuera George Floyd?”, se preguntan los hombres de la NFL. “Los jugadores queremos escuchar su opinión. Nosotros, la liga de fútbol americano, condenamos al racismo y a la opresión sistemática de las personas negras. Admitimos que nos equivocamos al silenciar a nuestros jugadores para que no protesten pacíficamente”, dicen en la parte final del video.
“#BlackLivesMatter (La vida de los negros cuenta)”, con esa consigna las redes sociales de miles de deportistas se desparramaban por el planeta.
Le Bron James, ícono de la NBA actual y estrella de los Lakers, escribió: “¿Lo entiendes ahora o sigues viendo borroso? Permanece despierto”.
El ex tenista Yannick Noah publicó una foto en la que exige justicia. El francés lleva una camiseta con la inscripción “No puedo respirar”, frase que Floyd gritaba mientras le aprisionaban la garganta con la rodilla, y que se ha convertido en un slogan de los manifestantes.
Mientras tanto, otro que defendió los colores franceses, Mbappé, escribió en su cuenta de Twitter: “Justicia por George”.
La Fórmula 1, cuando pudo regresar a las pistas, también se expresó. Catorce de los 20 pilotos de la F1, entre ellos Lewis Hamilton, que lució una camiseta con la leyenda ‘Black Lives Matter’, clavaron una rodilla en el suelo en apoyo a la lucha contra el racismo, el domingo 5 de julio antes de la salida del Gran Premio de Austria. Los otros llevaron camisetas con las palabras ‘End Racism’ (acabar con el racismo).
Frances Tiafoe, tenista estadounidense, publicó un video en la red social Instagram donde numerosos jugadores, entre ellos Serena Williams, Gael Monfils, Jo-Wilfried Tsonga, Naomi Osaka y Coco Gauff, dicen “Basta”, como reacción a la muerte de Floyd.
MLS al palo
Una de las protestas más impactantes estuvo a cargo de los futbolistas de la MLS. En el acto del 8 de julio, que parecía sería un minuto de silencio como tantas otras veces se ha visto, participaron más de 100 futbolistas de toda la liga y se alargó por encima de los 8 minutos, concretamente hasta los 8 minutos y 45 segundos, creando así una duración simbólica que mandaba un profundo mensaje. La autopsia del cuerpo de Floyd reveló que la asfixia del policía de Minneapolis se alargó unos 7 minutos y 45 segundos. A este tiempo de agonía se unió el minuto de silencio en homenaje al propio George y a todas las víctimas de racismo en el mundo.
Orlando City e Inter de Miami formaron un círculo en el campo y desde los márgenes del terreno de juego se fueron uniendo cada vez más futbolistas de otros equipos hasta llegar a formar un conjunto de más de 100 personas en lo que fue un homenaje multitudinario.
Los jugadores portaban camisetas en las que se podían leer mensajes reivindicativos como “silencio es violencia”, “negro y orgulloso” o “negro todo el tiempo”. Los futbolistas también saltaron al campo con barbijos que llevaban mensajes reivindicativos, guantes negros y diferentes detalles que reflejaban los mensajes en favor de la lucha contra el racismo.
Otro gesto muy renombrado fue el que tuvo el francés Thierry Henry, actual entrenador del Montreal Impact. Se arrodilló durante ocho minutos y 46 segundos para protestar contra el racismo y rendir tributo a George Floyd en el comienzo de su primer partido en el torneo de reanudación de la MLS.
Y por casa…
Los y las deportistas de Argentina fueron por la misma línea de manifestaciones antirracistas. Pero más allá de las expresiones, en nuestro país seguimos soportando manifestaciones de un alto contenido de discriminación.
La última noticia relacionada a estos temas se dio una semana antes de ingresar a la cuarentena anunciada por Alberto Fernández. Atlanta le ganaba de local 2 a 0 a Nueva Chicago (Primera Nacional); el encuentro estaba 0-0 cuando, a los 22 minutos del complemento, la visita sufrió la expulsión de dos de sus futbolistas de manera consecutiva: Facundo Mater y Arnaldo González, una de sus figuras.
El segundo se ofuscó por la tarjeta roja que le exhibió el árbitro Gastón Suárez. Y, mientras dejaba el campo de juego, fue silbado por la platea local. La respuesta de González fue con gestos antisemitas contra los hinchas de Atlanta. Primero, acercó llevó sus manos hacia sus genitales, e hizo el ademán de la circuncisión. Segundos después, llevó su mano a la cabeza y simuló la kipá. A los pocos minutos las redes sociales explotaron en un claro repudio por la reacción del jugador de Chicago.
La reacción del club de Mataderos fue rápida en Twitter: “Desde el Club Atlético Nueva Chicago repudiamos los gestos realizados por el jugador Arnaldo González, y evaluaremos las medidas disciplinarias a tomar. Pedimos disculpas a todos los hinchas de Atlanta y a toda la comunidad judía”.
El futbolista, en diálogo con el programa Chicago un sentimiento (AM 1440), declaró: “Yo no soy de reaccionar así. Es mi trabajo y tengo que dar otro ejemplo, no tengo que reaccionar de esa manera. Estoy muy triste. Pido disculpas”.
La Policía de la Ciudad de Buenos Aires le labró una denuncia judicial y un acta contravencional por violar el artículo 103 del Código Contravencional porteño por incitación al desorden. El futbolista fue denunciado por infracción a la ley 23.592, relacionada a actos discriminatorios.
El otro
Con respecto a estos temas, Javier Bundio, antropólogo y doctor en Ciencias Sociales, dice que “el fútbol forma parte de la sociedad. Evidentemente, si en el fútbol se expresa racismo y xenofobia es porque en la sociedad existe, pero no tiene una relación directa. No es que si se presentan más cantos xenófobos en los estadios aquello pueda tomarse como la medida que explique y demuestre un incremento de la xenofobia en la esfera social”.
A pesar de que la sociedad argentina está caracterizada por ser un crisol de razas, Bundio explica que, aunque compartan esa idea metafórica que conforman las etnias, “no es una relación cordial y de aceptación, sino más bien lo contrario, ya que desde el siglo XIX hay un fuerte rechazo por lo autóctono, hacia los pueblos originarios, mechado por la lógica de ‘Civilización vs Barbarie’”.
Bundio escribió una tesis de doctorado titulado “La construcción del otro en el fútbol. Identidad y alteridad en los cantos de las hinchadas argentinas”, y en ella desglosa los componentes que constituyen los cánticos futboleros. El rol de la hinchada, por diferentes motivos, fue creciendo con el transcurso de los años. La violencia verbal y física ganó terreno en las tribunas del deporte más popular de Argentina. “Se naturaliza el canto xenófobo y es esta postura sobre la que hay que hacer reflexionar y desarmar, para que esta noción no se tome como una cuestión folklórica y lúdica”.
Argentina, en general, no se reconoce como una sociedad racista, pero escuchamos frases como “yo no soy racista, pero ese es un negro de mierda”. En el mismo momento en que se construye ese discurso “yo no soy racista, pero...” se reconoce que hay racismo y se trata de defender un próximo comentario como no racista pero en realidad lo que se hace es reforzarlo.
Mientras tanto, muchos de ellos se conmovieron por el asesinato de Floyd en EEUU y luego activaron sus deditos para copiar y pegar consignas antirracistas en sus redes sociales.