Alejandro Gaggero y Gustavo García Zanotti tomaron los balances de Vicentín, los folletos corporativos del grupo, los informes de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, bases de datos de comercio exterior de Sudamérica –y variedad de fuentes secundarios–, y dejaron a la agroexportadora al desnudo: fuga de capitales, empresas cáscara para evadir y eludir impuestos, préstamos dentro del grupo, vaciamientos varios y más.
Esto contaron sobre la investigación que vienen realizando a pedido del Banco Nación, con el título “Análisis de la evolución reciente del grupo Vicentín en relación a la fuga de capitales y los precios de transferencia”.
Habiendo avanzado mucho sobre el conglomerado de empresas que conforman los dos holdings del Grupo Vicentín, el local y el offshore, quería consultarles si ya tienen una visión clara sobre el modo operativo de la empresa para los dos temas en los que se concentran: estructura empresaria y precios de transferencia asociados a la fuga de activos.
AG: Lo que marcamos en el informe como conclusión más importante, hasta donde llegamos a trabajar, se podría dividir en dos cuestiones. Una tiene que ver con el pasado reciente del grupo y cómo fue llevando adelante prácticas que van en línea con esto que vos mencionabas del vaciamiento, y eso es una cuestión que no es de los últimos seis meses del 2019 sino de los últimos años: cómo el grupo se fue transformando en su estructura corporativa creando una estructura paralela en Uruguay y transfiriendo activos para debilitar la posición de Vicentín SAIC como empresa holding y como la que tiene las participaciones accionarias en las empresas más importantes. Esas participaciones quedaron casi todas en Uruguay y eso es muy llamativo porque es un proceso estructural que se concretó en pocos años, sobre todo a partir del año 2014 se acentuó un proceso que es fuerte desde lo estructural para el Grupo.
Y otra parte del informe, también en esta línea, habla un poco de la dinámica más financiera de la empresa y de cómo fue tomando deuda e invirtiéndola de un modo que no amplió su capacidad productiva en un contexto que lo ameritaba, sino que los indicios evidencian otro tipo de lógica. Eso es el comportamiento sostenido pero el segundo punto es un poco lo que salió en los medios y que tiene que ver con los números recientes que son muy llamativos. En ésas dos líneas va el informe.
GZ: Para tener muy claro lo que hizo Vicentín hay que decir que conformó dos holdings, uno en Uruguay como decía Alejandro y otro acá en Argentina que es Vicentín SAIC. Este último le fue vendiendo a Vicentín Family Group participaciones de empresas, lo que denominamos transferencia de activos. El problema fue que, con la intervención y posible expropiación, ese holding con sede en Uruguay con la gran cantidad de empresas que tiene, quedaría afuera de lo que el Estado de propone recuperar, porque básicamente se intervino la empresa sin saber la magnitud de su estructura real, que estaba dividida en dos desde hacía algún tiempo. Así se estaría interviniendo y expropiando sólo una parte.
Claudio Lozano: «Lo de Vicentín es una simulación para una venta fraudulenta»
Pregunta blanca, sin subterfugios pero necesaria a esta altura y a propósito de lo que estabas diciendo. ¿Cómo es posible realizar un anuncio de las características de una expropiación, con la carga simbólica que tiene en este país donde la propiedad privada es sagrada y en boca del mismísimo presidente de la Nación, sin tener conocimiento de la estructura dual y real de la empresa, sin saber que existía un holding offshore?
GZ: Esta es mi opinión, para mí fue un error por falta de información. El gobierno operó con lo que sabía hasta ese momento, tal vez fue una cuestión de tiempos también. A nosotros nos costó varias semanas hacer una reconstrucción de cómo están conformados los holdings, algo complejo para un gobierno que opera sobre la coyuntura y con el peligro de que la empresa extranjerice activos con esa información. Tomaron decisiones con lo poco que sabían y eso configura un problema.
AG: Este es un problema de larga data y estamos poco preparados en general para comprender y enfrentar los cambios corporativos que se dieron en el mundo empresarial tanto en la Argentina como en el mundo. Los movimientos de internacionalización y financiarización de los flujos de capital al interior de las propias empresas son difíciles de detectar y analizar, los estados nacionales llegan tarde a estas cosas y con pocas herramientas. Estamos hablando de que son cáscaras empresarias radicadas en países de baja tributación diseñadas para ocultar activos, porque una cáscara es solamente un código postal en un paraíso fiscal. Acceder a la tributación de esos países es prácticamente imposible, sin esa información no se pueden conocer sus activos. El Estado argentino tuvo la mejor intención pero no tiene las herramientas para lidiar con este tipo de situaciones, casi nadie las tiene.
Prácticamente desaparecieron los stocks que tenían las empresas, todo eso junto y en los tiempos en que se produjo es muy llamativo. Gustavo García Zanotti.
GZ: Las conclusiones generales del primer avance del trabajo que estamos realizando hablan de una empresa que se fue vaciando sostenidamente, con una particular tendencia a manipular lo que ahora estamos investigando que son los precios de transferencia en el comercio exterior y una baja inversión productiva respecto de las ganancias obtenidas. Las actividades financieras estuvieron vinculadas a la compra de empresas ya existentes, es decir crecer comprando empresas que luego serían vendidas al holding en Uruguay. Todo esto acompañado con un altísimo endeudamiento para financiar estas prácticas especulativas.
Al poco de asumir el gobierno del Frente de Todos hicimos una nota para Pausa con uno de los actuales directores del Banco Nación, Claudio Lozano. Su hipótesis preliminar por aquel entonces, y ya con el primer informe del Banco Central en la mano, era que lo de Vicentín era una quiebra autoinducida, una simulación con vistas a una venta fraudulenta. ¿Cuál sería la hipótesis que podrían elaborarse a esta altura y con el informe que están desarrollando?
GZ: Yo no sé si podría afirmar elaborar tanto como una conclusión, hay indicios, pero Vicentín es una incógnita para todos y un gran problema. Aún no podemos saber qué ocurrió en esos seis meses previos al concurso de acreedores en que el patrimonio se esfumó, tampoco tenemos mucha información sobre el flujo de caja o acerca de porqué crecieron tanto las deudas comerciales. Prácticamente desaparecieron los stocks que tenían las empresas, todo eso junto y en los tiempos en que se produjo es muy llamativo.
AG . Nosotros hicimos foco en una de las partes de este rompecabezas, que son los precios de transferencia. Básicamente, cómo a través del comercio exterior, el grupo fue eludiendo el pago de ciertos impuestos, pudo haber fugado capitales a través del propio flujo de préstamos intra grupo.
¿Cuando hablamos de precios de transferencia hablamos de sobrefacturación de importaciones y subfacturación de exportaciones? ¿O es más complejo que eso?
AG: Eso es así, pero en líneas generales se trata de manipular los precios del comercio intra grupo para eludir impuestos y fugar capitales. Puede ser a través de lo que vos decías o del endeudamiento entre las empresas del mismo grupo o vendiendo empresas de un holding al otro manipulando las cifras. Son todos los precios de las operaciones al interior del grupo o de los dos grupos, el nacional y el offshore. Nosotros tenemos una visión más focal del modus operandi de Vicentín, coincido con Gustavo en que estamos aportando datos, echando luz sobre operatoria que pueden aportar a una conclusión más general.
Les pregunto por los mecanismos de fuga de activos o capitales que han podido detectar, porque como sabemos hay varios y no todos son ilegales. ¿Cuáles fueron los del Grupo Vicentín?
AG: Nosotros en el informe de avance hicimos algunos adelantos, todavía no nos metimos en el cálculo de los precios de transferencia, pero sí analizamos los flujos comerciales y financieros intra grupo, que son intensos y muy llamativos. Ahí hay puntas para identificar lo que decías vos pero si analizamos el comportamiento comercial están muy expuestas maniobras de triangulación de importaciones, a través de firmas intermediarias de las que son realmente las que producen lo que se exporta. Es el caso de Renova o de Biocombustibles, Oleaginosa San Lorenzo en el caso de los aceites o Friar con las carnes, que producen y exportan pero no directamente sino que le venden esos producidos a otras firmas del grupo que operan como intermediarias características de las estructuras de las multinacionales. Es decir que el Grupo se vende a sí mismo lo que produce para exportar y las comercializadoras que están en países de baja tributación ejecutan las exportaciones. Esto pasaba con Vicentín Paraguay, que es una exportadora de granos que básicamente, incluso en los años en que Vicentín no podía comprar granos para procesar en Argentina, le vendía toda su producción a Vicentín Uruguay: es clave el precio al que se vendía todo eso y es lo que estamos analizando. Otro tema del que Gustavo puede hablar muy bien son los préstamos entre firmas de los holdings.
El Grupo se vende a sí mismo lo que produce para exportar y las comercializadoras que están en países de baja tributación ejecutan las exportaciones. Alejandro Gaggero.
GZ: El comercio entre firmas del grupo deja ver que todo el comercio exterior se centraliza todo en Uruguay, al menos en los papeles. No en su destino final y esto tiene que ver con la triangulación de la que hablábamos con los precios de transferencia. Lo mismo ocurre con los préstamos inter firmas, los holdings se prestan entre sí y aparece entonces Vicentín Family Group, la sucursal uruguaya por la que pasa todo ese dinero. En los cuatro años del macrismo la extranjerización de divisas estaba legalmente permitida, así que esto pudo ocurrir reglamentariamente en términos del régimen de cambios.
Ustedes recuerdan que una de las primeras sospechas acerca del destino de los préstamos obtenidos de la banca pública, esencialmente los 18.500 millones de pesos del Banco Nación para prefinanciar exportaciones, era extranjerización directa, lo que el directorio negaba aduciendo que estaban invertidos en la compra de empresas.
AG: Lo que muestra el último balance del grupo es que esa plata se usó para la compra de participaciones accionarias en empresas, eso es así, lo que no quita que lo que vos decís no pueda haber ocurrido. Porque cuando hablás de prefinanciación de exportaciones, lo que se enlaza inmediatamente es el comercio intra firmas y si hablás de comercio intra firma estás hablando de precios de transferencia. Entonces algo tan sano en lo productivo y comercial como un prefinanciamiento de exportaciones, puede ser usado para financiar actividades especulativas como manipular los precios de transferencia. Pero hay algo interesante los últimos años, porque los préstamos entre firmas del grupo crecieron bastante y dan cuenta del flujo de divisas hacia el holding radicado en un paraíso fiscal.
Hay un actor clave mencionado en el informe, la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, que permitió las fusiones entre empresas y la conformación de ese pulpo de controladas y controlantes bifronte, con despliegues locales y en Uruguay. ¿Porqué creen que esto pudo pasar? ¿Porque técnicamente no era objetable o porque políticamente esto estaba habilitado?
AG: En realidad nosotros usamos a la Comisión como fuente, sus dictámenes tienen información muy valiosa para nosotros y tienden a evaluar el grado de concentración de las operaciones en los mercados de referencia de las empresas del Grupo. Pero hay que sincerarse y decir que este tipo de prácticas están en un vacío legal para evaluarlas o fiscalizarlas. Había que controlar una serie de cuestiones de todos modos y evidentemente nadie lo hizo. Faltan herramientas legales para que el Estado nacional pueda abrir el paraguas sobre este tipo de arquitecturas corporativas. Nos debemos una discusión un poco más seria sobre lo que implican estas fusiones, si las tenemos que prohibir o regular, porque esto no es algo solamente de Vicentín sino que es típico de los grupos empresarios más importantes de la Argentina. Desde Techint hasta Eurnekián, casi todos tienen una estructura afuera del país, con sedes en paraísos fiscales y que operan como controlantes de las estructuras productivas radicadas en la Argentina. Discutir esto a fondo y generar regulaciones es una gran deuda.
Sin contar con que hay varios organismos estatales que deberían complementarse para afrontar éstos desafíos, como la AFIP, el Banco Central, la UIF, la Comisión Nacional de Valores. ¿Es un problema de huecos en la legislación o de coordinación entre organismos que durante los cuatro años macristas redujeron sus actividades fiscalizatorias integradas?
GZ: El tema ahí es qué no está prohibido y por lo tanto está permitido.
Como decía Macri o Laura Alonso al defenderlo: tener empresas offshore no es ilegal…
GZ: Exactamente, pero en referencia a la CNDC sus atribuciones tienen que ver con autorizar fusiones o la concentración económica, pero no analizar las estructuras de empresas controlantes y controladas. Muchas veces el control viene desde afuera por más que sean argentinos los que efectúan estos pasajes de empresas. Es así que la CNDC no tiene atribuciones para regular ni fiscalizar estos movimientos.
Pensando en ese unicornio azul que persigue el peronismo desde el Pacto Social de Gelbard para aquí, esto de la burguesía empresaria nacional que podría aportar a un proceso de reconstrucción productiva nacional y popular, ¿qué porcentaje de las grandes empresas argentinas son “nacionales” o de capital local y cuántas transnacionales o controladas por capitales extranjeros? Alejandro decía que en 2001 de las 200 firmas productivas más importantes sólo 47 eran nacionales, ¿tenés datos actualizados sobre ese punto?
AG: La última actualización que hice era del 2018 y los datos son prácticamente iguales que en 2001, porque los mayores saltos en el proceso de extranjerización fueron en la segunda mitad de la década del 90 y en la postconvertibilidad. Los efectos de la devaluación impactaron fuertemente en varios grupos locales que vendieron sus empresas (Loma Negra, Pérez Companc). Durante la segunda parte del kirchnerismo esto se atenuó un poco pero quedamos en niveles muy altos, más que otros países de la región. Tenemos muy pocos grupos locales en comparación con países vecinos en América Latina como Brasil o Chile. Pero me interesa la primera parte de tu pregunta, más allá de los pocos grupos empresariales nacionales ¿hoy qué significa ser “nacional”?, ¿lo mismo que hace 40 años? Claramente no y no está incorporado al debate público, que incluye el político por supuesto. La conformación de los grupos locales es igual a la de Vicentín, internacionalizados y con sedes en paraísos fiscales, con gran volumen de comercio intra grupo y flujos financieros muy parecidos a las multinacionales. Son cuestiones que no tenemos en la cabeza y seguimos con una idealización que nos remonta a las empresas argentinas de hace unos 30 años. Tenemos que aprender a lidiar con eso. Las relaciones de fuerza que se establecen entre grupos multinacionales y nacionales y el Estado sí tienen diferencias, no es lo mismo negociar con Ford que con Vicentín, pero hoy ser un grupo con base nacional es algo que no tenemos analizado y mucho menos regulado. Hay muchos casos en los que las estructuras que tienen en el país es absolutamente minoritaria para los grupos empresariales, incluso en términos productivos. Hay que incorporarlos para no llegar siempre tarde.
Desde Techint hasta Eurnekián, casi todos tienen una estructura afuera del país, con sedes en paraísos fiscales y que operan como controlantes de las estructuras productivas radicadas en la Argentina. Alejandro Gaggero
Es esto de las dificultades de intentar gobernar una Argentina offshore, que tiene intereses que pasan por fuera y por encima de los objetivos de gestión política y pública de los gobiernos o de los estados.
GZ: Acuerdo con Alejandro con la insuficiencia de análisis sobre los efectos de la internacionalización de los grandes grupos, el capital nacional trata de imitar las prácticas de las empresas extranjeras. Se internacionalizan las relaciones de propiedad creando empresas offshore controlantes de las que tienen sede en Argentina, también las relaciones financieras con préstamos intra firma y con los flujos comerciales igual. Son tres dimensiones interdependientes que se desarrollaron en los últimos 30 años que prendieron fuerte en los grupos empresarios nacionales.
AG: En el mundo se está discutiendo esto, la globalización financiera está varios pasos delante de muchos gobiernos en el planeta. Este gobierno da señales de que está enfrentando estas cuestiones, ha nombrado gente especializada en éstos temas en lugares importantes y que antes no los tenían, como el caso de Verónica Grondona que trabaja en la AFIP y es especialistas en procesos de transferencia. Ha habido un cambio.
GZ: Y la academia tiene que generar institucionalidad en éstos asuntos, si al país le interesa avanzar en estas complejidades hay que activar herramientas para investigarlo a través de las universidades, del Conicet, los grupos de investigadores o donde sea. En su momento el CEFIDAR (Centro de Economía y Finanzas para el Gobierno Argentino) era sostenido por el Banco Nación, una herramienta que se abocaba a estos temas y eso ya no existe más. Hay que crear una institucionalidad que garantice un desarrollo sostenido de éstas investigaciones, porque es un proceso con el que vamos a convivir durante mucho tiempo.