La ONU demandó ayer por la introducción inmediata de un ingreso básico temporal para las personas más pobres del mundo, con el propósito de reducir el aumento de casos de coronavirus. El costo sería el equivalente a una tercera parte lo que los países en desarrollo deben pagar por su deuda externa.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo publicó el documento Ingreso Básico Temporal: Proteger a las Personas Pobres y Vulnerables en los Países en Desarrollo, que estima que proveer un ingreso básico durante seis meses a los 2700 millones de personas que viven por debajo o apenas por encima del umbral de pobreza en 132 países en desarrollo costaría 199.000 millones de dólares, el equivalente a un tercio de lo que deben pagar los países en desarrollo en concepto de deuda externa, durante este año. El objetivo: que esas casi tres mil millones de personas, las más pobres, permanezcan en sus hogares durante la pandemia.
El PNUD asevera que la medida es viable y urgente ya que la pandemia avanza a un ritmo que supera el millón y medio de casos nuevos por semana, sobre todo en los países en desarrollo, donde siete de cada diez trabajadores generan su sustento en la economía informal y no pueden subsistir si no salen de sus casas ya que no cuentan con ninguna protección social.
Una de las autoridades del PNUD, Achim Steiner, sostuvo que los rescates y los planes de recuperación no pueden centrarse únicamente en los grandes mercados y negocios. “Un ingreso básico temporal podría permitir a los gobiernos dar a las personas en confinamiento un sustento financiero, volver a inyectar efectivo en las economías locales para ayudar a mantener los pequeños negocios a flote, y desacelerar el devastador avance de la Covid 19”.
Para sufragar el ingreso básico temporal los países podrían, por ejemplo, reorientar los fondos que originalmente destinarían este año al pago de su deuda, apunta el informe. La aplicación de una moratoria amplia de la deuda para todos los países en desarrollo, como ha solicitado el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, permitiría a los países reorientar temporalmente esos fondos hacia medidas de emergencia que contrarresten los efectos de la crisis provocada por la pandemia.